Símbolos que se imponen

Para Adrian García Falcón, pintor de 23 años de edad, Guantánamo es una ciudad privilegiada por la riqueza cultural que posee, especialmente en las artes plásticas. De ahí que bajo el nombre Cuando los símbolos se imponen, este novel artista propone al público una interesante exposición, con la cual homenajea en 15 piezas a grandes exponentes de esta manifestación en el alto oriente cubano.

FUENTE INSPIRACIÓN

Proveniente de la última graduación de la antigua Academia de Artes Plásticas de Guantánamo, Adrian explica que con esta muestra comienza a perfilar un estilo propio, desde el punto de vista técnico (dibujo, retrato), conceptual y temático. A la vez que, salda cierta deuda con su terruño.

“La idea es retratar a 15 personalidades de gran significación. Gente que constituye símbolo y referente de la plástica guantanamera: Regino Boti, �ngel Laborde, Orlando Piedra, Ernesto Cuesta, Rogelio Martínez, George Pérez, Oscar Nelson.

“Esos hombres constituyeron la vanguardia de su tiempo, y muchos colaboraron con la formación de artistas actuales como profesores de la desaparecida academia. Incluso, recibí clases de algunos.

“Cada dibujo mide 70 por 84 mm en cartulina. En ellos la figura va acompañada, en segundo plano, de obras peculiares hechas por ellos y que los distinguen: el acualerismo de Regino Boti, la espiral de �ngel Laborde, el arte naif de Oscar Nelson, o el paisajismo singular de Rogelio Martínez.

“Trabajo el rostro de esas personas casi fotográficamente, porque para dibujar recurrí a varias imágenes, en busca de la expresión perfecta.

“El uso de símbologías que los identifican, nace del intento por crear algo original, resultado de investigar a cada persona, su quehacer; se trata de contar y reflejar la riqueza estilística que los rodeaba�.

UN PROYECTO, LA MISMA L�NEA

Cuando los símbolos… a decir de su autor continúa la línea realista que defiende desde 2013, cuando al graduarse de la Academia, realizara la muestra Apropiación de los bodegones holandeses, que se valía de la naturaleza muerta, vinculada con elementos de comida chatarra actual. Un diálogo entre modernidad y contemporaneidad.

“Las piezas incluían objetos actuales, como botellas de refrescos, postes de mayonesa. Siempre busqué que la textura de los cuadros, transmitiese la sensación de satisfacción y gusto adecuada al paladar humano.

“Al final la acogida fue muy buena, se me reconoció la calidad de las obras y como resultado algunas se exhiben en el comedor de la Escuela Profesional de Música, como parte del coleccionismo institucional.

“También dentro de la misma estética del realismo, he realizado caricaturas, paisajes rurales, el agua, siempre con manchas, al estilo de Vincent Van Gogh, con un matiz impresionista. Me gustan igualmente las cuestiones religiosas, y de polémica social, algún día quisiera pintar sobre ello.

“Aunque llevo cinco años de graduado, la mayor parte de mis obras han sido resultado de exposiciones colectivas como instructor de arte en la jornada Boti, el concurso Vázquez Pubillones y en Casas de Cultura en el evento Nivio Fernández in memoriam, porque hacer arte, para un joven hoy en Guantánamo, no es fácil.

“La carencia de materiales, golpea mucho, y los que aún lo hacemos, sobre todo obramos por pura pasión, si no fuera así me hubiese pasado como a otros de mi año, que terminaron cambiando de profesión.

“Además tengo el orgullo de decir que mi vida no se limita solo a pintar, para satisfacer cierto ego personal, pues también contribuyo al desarrollo cultural en los barrios, donde instruyo a niños, adolescentes, jóvenes y ancianos sobre este arte, e incluso enseñé en prisiones, y te puedo decir que es sorprendente la cantidad de talento que anda por ahí, porque el arte y la creación no tienen fronteras�.