Yadira Álvarez: “la definición de la escritura como el oficio más solitario del mundo es demasiado absoluta”

Yadira Álvarez Betancourt es muy joven y escribe como los dioses. Para los amantes del género fantástico en Cuba siempre es un placer encontrar uno de sus cuentos —a veces escasos— en las antologías nacionales que se gestan. Algunos soñamos con novelas de Yadira, largas sagas en las que podría continuar deslumbrándonos con su poder de hacer e imaginar. Yadira es una de las autoras del fantástico cubano que ha nacido para formar parte de la memoria espiritual de sus muchos lectores, entre los que me incluyo.

Siempre una entrevista es un pretexto para la conversación entre dos amigas. Así que la provoco. La primera flecha: Úrsula K. Le Guin. Llegarán otras a la diana que es Yadira, para lograr así que ambas nos movamos de nuestra zona de confort y busquemos un motivo más para hablar del género que tanto nos apasiona.

Yadira, a veces en público, otras en privado, se ha mencionado que tu narrativa dialoga mucho con la estética de una autora descomunal como es Úrsula K. Le Guin, ¿sientes esa influencia o la de otros escritores en tu obra? ¿Son esas comparaciones negativas o positivas para tu trabajo?

Esa autora en particular, como otras de la Ciencia-Ficción, díganse Angélica Gordischer, Elia Barceló, Connie Willis, Zenna Henderson, Octavia Buttler, por solo mencionar a algunas, me han permitido ver una dimensión de la CF en particular y de la narrativa en general que apunta, en un sentido, a una serie de vivencias y experiencias propias y/o atribuidas al género femenino; y en otro a todas las posibles transgresiones, modos de expresión, deseos de justicia, temores y anhelos de las mujeres en la realidad y con proyección al futuro. Desde lo estilístico, los temas abordados y la construcción de personajes y conflictos, me siento muy identificada con Úrsula K. Le Guin, y con todas las demás. No lo veo como una influencia negativa, ya que intento por todos los medios escribir como YO, pero acepto que muchos referentes ya han sido tratados y no por ello dejan de ser nuevos, frescos; todo está en la mano, la imaginación y el oficio de la escritora, quien debe encontrar, a partir de sus vivencias y conocimientos, su propia voz.  Y tampoco hallo negativa la comparación. El listón está bien alto, indudablemente, pero lo único que hago es continuar, de cierta forma es mi homenaje a un modo de escribir, a un grupo de temas que compartimos las escritoras de CF y que nos inquietan, nos conmueven y compulsan a expresarnos. Es un honor ser comparada con alguien tan grande como Úrsula.

Eres una autora que se hace de rogar, pues si bien tienes una de las narrativas jóvenes más potentes de la actualidad, son pocas tus publicaciones, ¿por qué no has apostado por una presencia más cercana a los concursos?

Tengo poco tiempo, y a veces me cuesta concentrarme. La narrativa necesita tiempo, dedicación, concentración. No es sentarse y parir un cuento: a algunos les nacen fácilmente, a mí no. Mi proceso creativo es accidentado, errático, lento y redundante, tiene además que competir con otros procesos creativos a veces igual de exigentes, y con responsabilidades sociales, laborales (no soy una escritora profesional) y familiares. ¡Si además le sumas que soy muy perfeccionista y crítica, a veces cruel, y me cuesta mucho “liberar” un cuento porque no lo dejo ir hasta que no estoy 100% convencida de que no voy a tener que pedirle disculpas al lector por someterlo a mi obra…! Me cuesta mucho escribir para concursos, entregar en tiempo o ajustarme a una cantidad de páginas o un tema específico. Reconozco que son carencias de mi forma de escribir en las que tendré que trabajar alguna vez… cuando tenga tiempo.

Tu libro Historias de Vitira fue creado a cuatro manos, en conjunción con tu hermano Denis Álvarez, ¿qué piensas de los autores que apuestan por presentarse como binomio para darse a conocer? ¿Es difícil trabajar, literariamente, con alguien de tu familia?

A veces no es cuestión de darse a conocer en binomio, a veces simplemente sale así y ya. Para mí el proceso fue agradable y fácil. Mi hermano es un escritor no profesional, sometido a los mismos retos que yo, tenemos muchas lecturas y temas de conversación en común, no hay contradicciones muy grandes en cuanto a formas de pensar y afrontar la vida, de modo que fue una experiencia bonita que nos enriqueció y acercó más. También sucede que era una cuentinovela, forma que permite ciertas libertades en cuanto a lo que cada miembro del binomio escribe. A lo mejor si hubiéramos empezado por una novela, la historia sería otra.

¿Eres una autora que se siente vinculada al fandom?

No tanto. Por un lado no he publicado demasiado y eso hace que mi presencia como escritora a la que siguen no sea notable. Por otro lado, el fandom requiere encuentros, espacios de intercambio constante, discusión, debate y compartir experiencias. Eso lleva tiempo y organización. Hay pocos espacios organizados, además. Exceptuando DIALFA, el Taller Espacio Abierto, el Grupo Ariete, los lanzamientos de libros y los encuentros temáticos organizados por el profesor Raúl Aguiar, los escritores Eric Flores, Alejandro Rojas y otros, hay un vacío que no se compensa con lo que hay. Te pongo un ejemplo: muchos de los miembros del fandom son personas muy jóvenes, que haciendo un tremendo esfuerzo coordinan sus encuentros de modo espontáneo para disfrutar de propuestas cinematográficas, cosplays, juegos de rol, intercambios de libros y debates: los coordinan en los horarios que tienen, los días de los que disponen, donde pueden. Yo debo planificar muy bien mi tiempo, no puedo simplemente escaparme un día cualquiera (ganas que tendría) para algo así. Espacios más organizados, estables y en horarios no laborales serían divinos para la gente como yo. Las redes sociales de algún modo han compensado eso, pero igual: vernos y debatir es esencial, la red no es suficiente. Y tomando en cuenta nuestras posibilidades reales con la red, un movimiento del fandom virtual es casi inaccesible.

Muchos de tus cuentos hablan desde el dolor y la desesperanza, desde múltiples maneras del desmembramiento espiritual de tus personajes, ¿cómo concibes tus libros?, ¿cómo transcurre tu proceso creativo?

A veces ciertos temas tienen un poder tal de evocación que me motivan a escribir sobre ellos. El dolor y el desmembramiento son partes de la vida y merecen ser contados, y no siempre creo que sea hacia la desesperanza o la pérdida, ya que a veces conducen a cambios. En algunas de mis historias la gente sufre y pierde, sí, pero a la vez esas pérdidas constituyen puntos de partida para nuevos comienzos, resignificaciones. Escribo cuando me conmuevo, cuando pienso en formas de convertir eso que me conmovió en el inicio de algo más.

¿Qué opinas de las autoras jóvenes que comparten quehacer contigo en los predios del fantástico?

Es un grupo interesante, muy heterogéneo. Tienen voces poderosas y son muy críticas y sensibles. Traen historias que merecen ser contadas, que merecen ser leídas.

Mucho se ha hablado del malestream, ¿existe en Cuba?

No soy una teórica de la narrativa ni de la sociología, no puedo, enfáticamente, decir que andamos ya por esos predios. Creo que es un movimiento en construcción y abarca no solo la narrativa. Es un fenómeno que por definición se impone debido a la realidad que estamos viviendo actualmente, es este momento en que tantas palabras deben ser conjugadas en femenino, tantos aspectos de la vida que nos ha tocado deben ser vistos desde una perspectiva femenina que amplíe la comprensión de eso que se vive. Pero igual: está en construcción, estamos en la parte inicial del proceso, en la visibilización… ya más adelante, tal vez, podremos decir que estamos ahí, de verdad y con todas las ruedas.

¿Cuáles son los temas que como autora te interesan y cuáles no?

Me apasionan muchos temas. Desde mi perfil profesional estoy obligada a estudiar e informarme ampliamente así que mi rango de intereses es bastante extenso. Eso lo traslado a la literatura. Pero hay temas que me apasionan particularmente. La feminidad, la alteridad, la maternidad, la educación, el encuentro de culturas y los vínculos familiares y legales me interesan de forma especial y creo que, como todo lo intrínsecamente humano, nunca estarán obsoletos. Me gusta a dónde llevan cuando les das protagonismo temático en la historia.

El manejo genético, la ecología y la búsqueda de nuevos planetas son otros de los temas que me tientan. Pero con estos tengo un hándicap respetable: mi formación es en ciencias sociales; en las disciplinas científicas y los fundamentos tecnológicos necesarios para tratar seriamente estos temas, preciso de algo más de tiempo y ayuda para entender y crear.

Sobre los tópicos que no me interesaría escribir, no sabría decir cuáles. Los temas son como hilos de colores, materiales y texturas diferentes. Cada historia, como un tapiz, abarca uno o varios que pueden estar relacionados directa o tangencialmente para formar el contexto general. Podría decir que no me gusta la guerra, o la violencia, o la política, o la religión, pero incluso estos son temas humanos que cada escritor toma según su modo de verlo, y lo traslada a su trama si corresponde.

Si tuvieras que mencionar a tres autores que cambiaron tu vida, ¿quiénes serían y por qué?

Úrsula K. Le Guin, claro, por su estilo preciso y lleno de sugerencias, además de su poder transgresor, los temas que aborda, su coherencia y la perfecta construcción de sus personajes. Isaac Asimov, por haber abierto tantas puertas, tantas líneas temáticas por donde un lector u otro escritor pueden ir, y por haber sido uno de mis primeros referentes en la ciencia-ficción. Y Agustín de Rojas… podría decir que por su estilo, por ser cubano y escribir una CF de la que muchos en el mundo no nos creían capaces… pero en realidad amo a Agustín de Rojas por su novela Una leyenda del futuro, un libro al que acudo al menos una vez al año y siempre le encuentro algo nuevo y entrañable para mí.

Se ha hablado de la literatura como el oficio más solitario del mundo, ¿qué es para ti?

Solitario tal vez en el hecho de que una escribe sola, preferiblemente sin intromisiones o interferencias externas, aislada circunstancialmente de los demás. Pero en la concepción de las historias, en la creación de los personajes, los conflictos y las soluciones, durante el worldbuilding, yo no creo que esté sola. Muchas historias surgen de nuestro vínculo con la realidad y con las demás personas. Tomamos de unos y de otros, aprendemos de lo que sienten y viven, de sus experiencias y conocimientos, de sus dudas. Algunas amistades se han reconocido en mis personajes, otras han detectado que un tema que conversaron conmigo se convirtió en materia para una historia, a otras les pido ayuda para dar continuidad a alguna idea en desarrollo. No estaba sola cuando imaginé la historia, aunque esté sola en el proceso de escribirla. Ser escritor de ficción no es solo escribir porque si no seríamos simples escribientes, gente que copia. Es imaginar y crear, es sacar de la trama del todo una serie de eventos, personas y realidades que no están, y creamos sobre la base de lo que vivimos, sentimos y debatimos en compañía de otros. Además, para ese proceso creativo hace falta ayuda, ya sea logística, emocional, económica o simplemente alguien a quien pedirle que sea tu lector beta o tu asesor en algún tema, y en ese caso ¿puede decirse que se esté solo? Los escritores y escritoras no están solos: detrás de ellos hay parejas que decidieron asumir las tareas domésticas y dejarles tiempo libre para crear, hijos, ahijados o sobrinos que les interrumpen o hacen silencio a su alrededor, amigos que preguntan por dónde van, asesores que ofrecen información, seguidores que hacen la pelota, familiares, colegas de trabajo, obras de otros autores; gente que ayuda, gente que inspira, gente que incordia… Creo que la definición de la escritura como el oficio más solitario del mundo es demasiado absoluta, debería revisarse.

¿Qué le falta internamente al movimiento del fantástico cubano para llegar a erigirse como un grupo sólido?

Tiempo, dedicación, organización, editores y editoriales, voluntad de crear, revisar y criticarse, intercambio, información, flexibilidad, comunicación y estudio. Creo que es lo que precisa cualquier movimiento creador, pero en el caso del fantástico en Cuba tenemos muchas limitaciones que debemos vencer en lo material, en lo literario, en la visión que tenemos de nosotros mismos como movimiento y de nuestra calidad como narradores, aspectos en definitiva que nos ganarán el respeto del público, críticos y editores.

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  • Yadira es una excelente colega de trabajo y sorprende por su sinceridad, sencillez y laboriosidad, nadie imaginaría todo lo que hace y esta arista de su vida poco conocida por sus compañeros de trabajo es maravillosa como compensación de la labor que realiza cotidianamente ¿o no? y a la que le dedica gran cantidada de energía. La felicito en lo personal y ojalá pueda continaur con sus múltiples tareas y seguir regalando nuevos textos, la convido a que sus estudiantes conozcan lo que escribe y sea parte de su formación pues esa sensibilidad y agudeza los hará mejores y nos hará mejores a todos los que leemos sus textos y estamos orgullosos de esta joven y comprometida mujer con su tiempo.

  • Conozco a Yadira a partir de los extintos foros Vanguardia y El Invasor, y de algunos encuentros esporadicos , el ultimo hace casi un lustro. He leido varios de sus cuentos , algunos en formato digital ,y en una antologia que gentilmente me dedico.Siempre he pensado que debia dar el salto para ser escritora profesional , pues calidad le sobra. Sigue adelante , Kykubi, o Cryptic spectre , pero sigue adelante..
    Si estas letras llegan a tus manos , mi correo: jsalanueva@perdurit.com.cu

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