Conversación con el joven Ethiel, que además es un Failde

Para un cubano la experiencia más cercana al tráfico de la Ciudad de México, es una cola, de esas para las que hay que marcar desde la madrugada. Uno siente que el tiempo se le desprende a la vida. Afuera los focos rojos parpadean, los policías indican que casi cualquier atajo está cerrado. Este 11 de noviembre de 2017 Enrique Iglesias dará un concierto en el Zócalo y la ciudad sufre un infarto de arterias tupidas y largas filas de autos. Un Failde viaja a mi lado. Aprovecha esta pausa (que en música sería un inmenso calderón) y se confiesa nervioso, como hace mucho no se sentía. Tan nervioso como aquella otra primera vez en que los veteranos de Acierto Juvenil anunciaron que le tocaba improvisar en el Teatro Sauto al compás de un danzón, y el muchacho de 14 años sopló lo que le vino a la mente y lo que traía en el alma. La verdad: ahora debe estar más nervioso, pues desde hace semanas las redes sociales, la prensa, la radio y la televisión mexicana anuncian que la Orquesta Miguel Failde tendrá su debut en la Ciudad de México justo esta noche y en un lugar que desde hace 80 años es la meca del baile popular en esta capital: el Salón Los Ángeles. Se dice que Benny ahí compuso el famoso mambo Bonito y Sabroso; Jorrín entre esas columnas le cogió el gusto a México y en lugar de un mes se quedó un año; en ese lugar el danzón y el son imperan cada semana con una frecuencia y naturalidad que a veces nos falta en la Isla.

Ethiel está nervioso y es normal; son 26 años recién cumplidos y una flauta que se atora en el Fa sostenido. Son 26 años y el único Failde en más de tres generaciones que se dedica a la música: un legado de más de un siglo pesa sobre sus espaldas, también un viaje de siete horas desde Xalapa, capital de Veracruz donde la orquesta se presentó con mucho éxito. Un Failde en tiempos de reguetón al frente de otros jóvenes que han decidido seguirle, en un bote que lleva por nombre Miguel y que va a contracorriente surcando el gusto y la memoria de grandes mayorías, al amparo de algunas instituciones, frente al olvido innombrable de otras y hasta de hombres concretos con ínfulas y apellidos.

Y mientras el tiempo pasa y este embotellamiento nos convierte en viajeros inmóviles Ethiel y yo conversamos: 

¿Por qué los nervios? 

Tocar en Los Ángeles será un antes y un después en mi vida y en mi carrera. Ya había estado aquí en algunos de mis viajes anteriores, solos yo y mi flauta, echando un “palomazo” con la Danzonera de Felipe Urbán y la Orquesta Antillana de Arturo Núñez, pero hoy voy a tocar con el respaldo de mi Orquesta, de los que me acompañan hace 5 años en esta aventura, en las buenas y en las malas.

Hace mucho tiempo que me acostumbré a un repertorio habitual, el público bailador no tan especializado no exige tanto y además el cubano reacciona con naturalidad ante lo que tú sueltes. Es como un reflejo incondicionado. Pero aquí el público se toma su tiempo para entender cómo lidiar con determinados ritmos o estructuras de la muy compleja música popular cubana. Los Ángeles es un lugar mítico, grandes artistas de Cuba y el mundo han pisado ese tabloncillo. Hoy se va a concretar un sueño o quedará enterrado el prestigio de la Orquesta Failde en este país.

Hay muchas cosas en juego: en primer lugar la confirmación de que lo que estamos haciendo vale la pena y que además funciona frente a un bailador que no es cubano. Llegar a este lugar gracias a la confianza de Déborah Holtz organizadora de Baile por un Trasplante y una personalidad muy reconocida en el ambiente de los medios de comunicación y la literatura en México, sin defraudar la deferencia de Miguel Nieto, dueño del Salón y celoso guardián de un tesoro familiar. Y por si fuera poco, serán dos presentaciones seguidas en el mismo lugar, con unas pocas horas de diferencia, pues mañana nos hemos comprometido a una matinée danzonera. 

Me da mucho temor siempre deshonrar mi apellido. Es una carga que asumí con orgullo y soy consciente de que no me juzgarán igual que a otros. Siempre me gustaría que quedara lo más alto posible la obra y el legado de Miguel Failde.

¿Qué significa para el joven Ethiel, ser un Failde? 

Algunos mexicanos me han llamado la salvación del danzón, y no me gusta para nada verme así, como un mesías ni mucho menos. Lo considero un exceso. Pero al propio tiempo agradezco ese aliento, lo que significan esas muestras de respeto y cariño. La verdad es que en estas tierras el danzón no requiere ser salvado, cada día hay más danzoneros y las agrupaciones interpretan lo que el público necesita.

Creo que en Cuba mi papel es más importante, para sacar el género de las vitrinas y de esa apariencia añosa, de solapas y faldas largas. Somos una bocanada de oxígeno, un puñado de ganas de reinventar la música, el baile, el vestuario, para traerlo al presente, aunque no esté en las listas de éxito de la radio y la televisión. La solución no es tener danzón las 24 horas, no es imponer, o establecer regulaciones o indicaciones metodológicas, sino garantizar su presencia en la banda sonora de todos los cubanos de cualquier generación. Que sepamos diferenciar un danzón de un mambo o de la timba y que se reconozca su utilidad en la historia de Cuba y también en el presente. Que se promuevan los motivos para sentirnos orgullosos, que en una fiesta entre los temas de actualidad se ponga un mambo y los muchachos sepan bailarlo y luego seguir con lo que venga. Que en las fiestas de quince en lugar del vals se baile el danzón que es igual de elegante y más cubano.

En todo esto son fundamentales la escuela, los miles de instructores de arte que hemos formado en Cuba, todas las instituciones de la cultura y los medios de comunicación.

¿Y no te cansas de ser ese Failde?

Hay momentos en que me digo a mí mismo: qué difícil. Pero no me espanto. Si no a estas “alturas en Simpson”, ya me hubiera dedicado a otra cosa. El danzón y la orquesta son mi proyecto de vida.

Recién graduado yo tenía un trío y hacía lo que muchos: ambientar la vida nocturna de los hoteles en Varadero, eso que llaman “sopa”. Un buen día rompí con eso que me proporcionaba estabilidad económica, para perseguir este sueño.

Te confieso que en algún momento he pensado en dejar la flauta, a veces tengo tantos proyectos: el Encuentro Internacional Danzonero, el programa de radio en Taíno, la propia vida de la orquesta, ensayos, arreglos, etc., que siento que no me alcanza el tiempo para el estudio del instrumento.

A mí me gusta el danzón, lo disfruto porque lo aprendí desde niño, desde la escuela, primero como bailador a los 6 años y luego ya como músico en la medida en que voy asumiendo el legado de los Failde. Yo puedo estar una hora entera escuchando esta música, sólo por placer. Me duele sentirlo relegado o que se quede detenido como música muerta, patrimonio inamovible. Y claro me duelen las chapucerías y el poco rigor, también la falta de políticas concretas de fomento y el seguimiento de determinadas instituciones.

¿Cuáles son tus danzones preferidos de cualquier época?

Las Alturas de Simpson de Miguel Failde. Es el himno de los danzoneros. Solemne, potente. Ese primer redoble de timbal junto a esa primera nota repetida tres veces levanta a un muerto.

Almendra de Abelardito Valdés. Es el danzón que lo concentra todo: lirismo, contrapunto, belleza melódica, fuerza. Para La Failde es nuestra carta de presentación pues le hemos puesto lo nuestro al arreglo, en el trabajo de voces, en las improvisaciones, en el preciosismo con que fue grabado.

El que más goza de Orestes López. En lo personal esa melodía en tono menor me trae un montón de recuerdos de mis primeros años como músico tocando danzones junto a Acierto Juvenil en Matanzas; de mi madre. Es muy simple pero se deja bailar. El montuno es de los más sabrosos.

Cicuta Tibia de Ernesto Duarte. Se nota mucho la influencia del jazz. Es un danzón poderoso, libre, contemporáneo. Posee una exquisita sensualidad, a veces perturbadora y el ejecutante puede plantear su discurso.

Monserrate de Alejandro Falcón. Orquestación plena. Su autor combina con soltura lo clásico y lo popular. Es una puerta abierta a cómo debe y puede sonar el danzón del siglo XXI. En particular el montaje de este tema contribuyó mucho  a definir el formato de la Orquesta Failde y fue nuestra primera grabación profesional.

¿Cuán difícil es dirigir una orquesta de jóvenes como tú?

La Orquesta Failde fue primero una especie de club para compañeros de escuela. Mi madre, que se dedicó a ser nuestra productora, era entonces la madre de La Failde, la que dialogaba y resolvía las discrepancias, yo apenas me ocupaba de lo estrictamente musical y no desarrollé esa paciencia para resolver problemas de otra índole, que a veces son simples majaderías, otros asuntos muy serios, razonables, y que en cualquier caso roban tiempo. Pero un director también tiene que ocuparse de eso, de la disciplina, la exigencia,  de dar el ejemplo, mantener una rutina de trabajo, y lograr que todos se sepan iguales en responsabilidad. Asumir ese rol ha sido difícil, en particular frente a los que vienen de fuera, con experiencias en otras agrupaciones de música popular o sin una formación de academia, que traen algunos vicios que hay que atenuar. Y además lidiar con músicos que son mayores que yo en edad, que han vivido más y lograr siempre desde la sinceridad y la fe en lo que hacemos aunar los criterios y avanzar, es muy difícil.

El promedio etario de La Failde es de 23 años y sólo cuatro exceden los 30. 

A propósito, luego de la pérdida de mi madre, además de asumir ese rol de director con más conciencia, también comencé a promover que la orquesta se conociera de ese modo, pues ella era “La Failde”; el apellido y esa sensibilidad por el arte vienen de su lado, incluso así se dirigían a ella sus compañeros de trabajo y amigos, por eso la siento viva cada vez que el público o la prensa utiliza ese apócope.

Ya has tenido varias experiencias en este mismo Salón y además la orquesta ya se ha presentado frente al público de Veracruz; los jarochos tienen fama de ser los más cubanos entre los mexicanos. ¿Qué extrañas de tu público en Cuba?

El bailar de todo. Lo que sueltes en un concierto, el público cubano es capaz de asumirlo y gozarlo. Más allá de una forma coreográfica o musical, uno aprecia el verdadero disfrute, la forma tan orgánica de reaccionar ante la propuesta de la orquesta. Extraño esa calidez de los cubanos, la forma en que nos reciben cuando vamos a otras provincias donde no se nos ve con frecuencia o en la misma Matanzas, donde francamente nos presentamos muy pocas veces al año fuera de los centros nocturnos. Yo siento que el público de la isla es el único capaz de ponerse en mi lugar y que puede entender todos los problemas y a todo lo que debe renunciar un músico que se dedique a estos géneros llamados “tradicionales”.

De este país y su público ¿qué vas a extrañar?

Del público mexicano voy a extrañar esos bailes de tres o cuatro horas de puro danzón, sin necesidad de alternar con otro género.

México es un mercado natural para la música cubana y también para La Failde, una plataforma de lanzamiento internacional. Ha sido así desde hace mucho tiempo, es un vínculo histórico que los jóvenes también debemos aprovechar. Tener éxito aquí te confirma que tu música es un emblema a escala planetaria, que puede funcionar en otras latitudes y al propio tiempo te llena de regocijo y energía para regresar a la Isla con las pilas cargadas para trabajar, no a fanfarronear.

¿Por qué el danzón es tan masivo en México?

En primer lugar porque la población mexicana es muchísimo mayor que la de nuestro país.3

El danzón proporciona a los mexicanos ese momento de distinción y elegancia, que rompe, mientras dura el acto social del baile, con los contrastes que aquí se viven. Podemos ser reyes por unos instantes. Escogen con mucho cuidado sus prendas y sus vestidos, se afinan las maneras y se muestran lejos de las rutinas cotidianas. El danzón aquí en México se asocia mucho a un ideal de buen gusto y se promueve un ambiente sano lejos de la ebriedad o los excesos, se cuidan mucho los valores asociados a la pareja y al romance. Cada baile o evento es un momento de realización personal, montan sus coreografías, van a otros estados a competir, ganan premios, muestran lo que aprendieron y claro, tienen los recursos para moverse y organizar esos espacios que en la mayoría de los casos no reciben apoyos gubernamentales.

Esa cantidad de academias y eventos, permite también que las danzoneras tengan trabajo casi todo el año y existe una sana rivalidad entre ellas. Encomiable ha sido el papel de los salones de baile en la promoción de la cultura popular, esos lugares como el Salón Los Ángeles a donde se puede ir a bailar todas las semanas por un precio razonable de acuerdo al salario. Aquí el danzón ha sido un elemento tan notable que incluso ha llegado al cine con varios títulos, algunos de los cuales se consideran clásicos de la cinematografía nacional.

Le faltan jóvenes al público danzonero cubano, ¿será porque es un baile con más de 140 años?

Claro que tiene que ver con que el danzón existe hace más de 140 años, lo cual ya de por sí, es toda una singularidad en términos culturales, pues se sigue bailando y tocando aunque no esté en los hit parade. Miguel Failde definió la estructura de este género y su célula rítmica con Las Alturas de Simpson, partitura oficializada ante la alta clase social matancera el primero de enero de 1879, una obra por encargo y que ya había sido ensayada por el autor a forma de contradanza unos años antes. Pero la prensa de la época recoge testimonios e incluso polémicas, que permiten afirmar que el baile llamado danzón existía ya en los barrios más humildes desde por lo menos 30 años antes. No son muchos los géneros musicales de carácter popular que han logrado tal récord de permanencia.

El movimiento Amigos del Danzón, que es la columna vertebral para el fomento del baile y los eventos asociados a este género en nuestro país, tiene que entender que la excesiva ortodoxia sólo frena el recambio generacional y que por ello es necesario flexibilizar algunas normas relacionadas con el vestuario y con el propio baile, sin que eso implique una traición a los mejores valores que el danzón representa. Nada de prohibiciones al interior del movimiento danzonero, al contrario el diálogo, la aceptación de las nuevas propuestas de todo tipo, también musicales, desde su utilidad para el disfrute.

El rol de los medios es fundamental. Que no se hable del danzón y sus géneros derivados sólo de vez en cuando y en programas de baja factura. Que se priorice a los jóvenes y en general a todos los que hagan buena música. Producir mejores registros fonográficos y garantizar su presencia en todas las escuelas y centros culturales. Desde hace un año conduzco el programa Danzoneando en Radio Taíno que ahora también se transmite en Radio Más, la emisora de los veracruzanos y casi siempre es un problema la calidad sonora de las grabaciones pues la mayoría son de hace más de 40 años o tomadas en directo, o sea el danzón suena viejo.

El formato del video clip es otra herramienta que debemos aprovechar, con la inyección de buenos presupuestos que permitan asegurar guiones de calidad, la contratación de una técnica de vanguardia a nivel internacional y un mejor uso de los efectos visuales para recrear desde códigos contemporáneos toda nuestra tradición.

Las fiestas populares y los eventos danzoneros que son asegurados desde los presupuestos estatales deben ganar en convocatoria, sistematicidad, calidad y difusión. Reitero que en este empeño es vital la labor de las Casas de Cultura y las escuelas.

Algunos sueños…

Sueño con un Centro de Desarrollo e Investigación del Danzón en Cuba que sin burocracia y con un equipo multidisciplinario trabaje por la preservación de la memoria y la sistematización de las mejores experiencias. Una sede que permita mantener un salón de baile para que las orquestas se presenten con regularidad y que el público natural del danzón, que ya sabemos son personas mayores que viven de una pensión, pueda asistir y claro, los jóvenes, a partir de una programación bien pensada y una adecuada promoción.

Una línea de producciones discográficas que tengan la calidad que estos tiempos requieren. Grabar y popularizar nuevos danzones, danzonetes, mambos, temas que porten nuestra visión de la sociedad cubana actual, haciendo la crónica de nuestro tiempo, como mejor tributo al pasado que heredamos.

También un programa de televisión con todas las de la ley para disfrutar la música y compartir experiencias de vida.

¿Qué quiere ser la Failde para otros jóvenes músicos cubanos? Si es que piensan en ello.

Sin petulancia, ojalá fuéramos un modelo de éxito para hacerles ver a los jóvenes que si defienden algo en lo que creen realmente, pueden lograr grandes cosas e incluso vivir digna y orgullosamente, sin importar el estilo musical, con empeño y con sacrificio, considerando las lógicas del mercado, pero sin hacer concesiones. Eso tiene que ser posible.

Que decir Failde sea equivalente a decir danzón y buena música cubana. Para nosotros, empezando por mí, todo lo anterior implica el para nada sencillo reto de ser coherentes a cada instante y en cualquier lugar.

La Orquesta Failde de gira por México, embajadores de los jóvenes músicos cubanos

 

Encuentro de generaciones: Ethiel junto al maestro Arturo Márquez autor del famoso Danzón No. 2 y su esposa, la excelente bailadora Laura Calderón de la Barca

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    1. EXELENTE ENTREVISTA , RESPONDISTE COMO TODO UN CABALLERO Y UN CUBANO ORGULLOSODE SU MUSICA Y SU CULTURA, SEGURO DE LO QUE QUIERE Y DEL GENERO MUSICAL QUE DEFIENDE, GRACIAS POR PERMITIR QUE CUBA CUENTE CON TU TALENTO JOVEN Y QUE SEPAS QUE TIENES MONTON DE SEGUIDORES QUE SUEÑAN AL IGUAL QUE TU, CON QUE EL GENERO SEA DEFENDIDO HASTA EL FINAL DE LA HUMANIDAD

      1. Hermano lo que yo puedo ser en la música lo eres tú en el baile. El movimiento danzonero de Guantánamo y de toda Cuba necesita más jóvenes como tú: con el alma bien puesta y las ganas de defender lo nuestro

  • Siempre lo digo y lo diré, este muchacho tiene mucho pero mucho que dar para la cultura cubana y del mundo. Gracias por permitirnos contar con tu talento, tu tenacidad, ahínco y humildad.
    Te amamos Ethiel!!!

  • Gracias por esta entrevista donde se nos muestra a un Ethiel más humano. Quiero decirle que por favor nunca abandone la flauta, que siempre haga un tiempo para su instrumento que es maravilloso y dice tanto de él. Además, aunque me alegra mucho lo bien que le ha ido en México, que no olvide nunca que los cubanos lo necesitamos mucho, como él mismo dice, aquí la pelea es más dura y los que peinamos canas lo necesitamos para poner nuestra música en buen lugar, que venga cualquier ritmo, pero que nuestra música esté presente. Yo soy de Matanzas y lamento mucho lo poco que se puede ver a la orquesta aquí. Supongo que no es culpa de Ethiel, pero solo en el Encuentro Internacional a principios de año podemos bailar con ellos. Por favor a las autoridades de cultura: queremos a La Failde por lo menos una vez al mes, eso no puede ser tan difícil. Sigan trabajando duro muchachos, con modestia y buena música!

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