Canción al Padre en Bayamo, amor desde el arte

Otra vez trovadores cubanos y, en esta ocasión, un chileno, confluyeron en Bayamo para cantar y demostrar su admiración al Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, uno de los mejores hijos de esta ciudad Monumento Nacional y de todo el país. Llegaron con sus guitarras, sonrisas y el entusiasmo por participar en un evento, con trece años de vida, dedicado a quien fue también el iniciador de las guerras independentistas y primer presidente de la República en Armas, amante de la literatura y la cultura en general.

Organizado por la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en Granma, el certamen, concluido el pasado mes de abril, rindió homenaje al 198 cumpleaños del sobresaliente patriota. El encuentro fue además fuente de debates sobre la trova en la nación y de temas musicales llenos de sentimientos y alegría, en voces de quienes integran la joven vanguardia trovadoresca.

Durante la noche de apertura fue inaugurada la exposición Médanos de ensueño del realizador y fotógrafo Juan Ramírez, Miembro de Honor de la AHS. Luego, los aplausos y las canciones adornaron el ambiente en la Casa del Joven Creador (CJC), cuando el trovador bayamés Ormán Cala y el grupo Nubes ofrecieron un concierto, con motivo de cumplir ambos 15 años de vida artística.

El día siguiente, la cita fue en la necrópolis de la ciudad para homenajear a Sindo Garay, importante músico y compositor con más de 600 obras, y al poeta y periodista Bladimir Zamora Céspedes (Blado), fallecido el cinco de mayo último, quien fue apoyo y consejero de algunos de los presentes. Se depositaron flores, y ante sus tumbas se interpretaron diversos temas, incluido un poema musicalizado del Blado, quien escribió durante varios años en la prestigiosa revista El Caimán Barbudo. 

Los noveles artistas refirieron aportes a la cultura nacional de Garay, quien sintió un profundo amor hacia Bayamo, por eso pidió que sus restos descansaran en esta ciudad de enorme historia y tradición musical. Por su parte Dayron Fonseca, director de la agrupación Nubes, que conoció personalmente a Bladimir Zamora, destacó que aunque no tuvo hijos de sangre «es el padre de todos nosotros» y de otros jóvenes a quienes ayudó mucho.

Durante la tarde la música se expandió también por el patio del museo Casa Natal de Céspedes, en una descarga de trova con el encanto adicional de hacerlo donde el Padre de la Patria caminó, creció y soñó. En la noche, decenas de personas acudieron a la CJC, para esperar la fecha del cumpleaños, y a las diez las canciones comenzaron a elevarse de una manera singular.

A las doce, Tony Ãvila, uno de los autores más reconocidos del país, se acercó al micrófono y el público lo recibió con un fuerte aplauso. « ¡Viva Cuba! ¡Viva Bayamo! ¡Viva Céspedes!, quiero que sienta en su tumba nuestras canciones, nuestro homenaje», dijo el creador de fonogramas como Timbiriche y Que se haga la luz.

La noche siguiente, frente a la estatua del Iniciador terminó de forma oficial el certamen con un concierto de Ãvila. El cantautor interpretó temas como La razón, El fruto, Hombre nuevo, No hay nada más triste, Científicamente negro, La choza de Chicha y Chacho y La casa.

Abrazos, intercambios de números de teléfonos y correos electrónicos formaron parte de las despedidas de quienes asistieron al certamen. Seguramente, cada momento vivirá en sus mentes, y las canciones al Padre seguirán gravitando en Bayamo y toda Cuba, como muestra de la fidelidad y el amor de las nuevas generaciones a uno de sus mejores paradigmas.

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