proyecto comunitario


Rumba sin perder la ruta (+Post)

Diálogo, intercambio y el precepto de que la rumba resulta un testimonio cultural y participativo han sido el centro del Festival Internacional la Ruta de la Rumba, que cada año reúne a noveles y consagradas agrupaciones, delegados internacionales e investigadores “empecinados” en abrirle paso a este género, reconocido en el año 2016 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. [+]


Verde Esperanza

Si ReinierElizarde, uno de los principales activistas del proyecto comunitario Vivan los Barrios que auspicia la ONG Camaquito, no hubiera llegado con la primicia, quizá este trabajo empezaría de una manera más poética y menos noticiosa. Pero resulta que la novedad amerita estar en el primer párrafo, y lo amerita con tanta fuerza que cambia cualquier borrador previo: el dúo camagüeyano Esperanza, formado por la pareja de baile de Yanet Álvarez y Roberto García se presentará, antes de finalizar el año, en cinco teatros de Suiza. Desde el año 2011, la organización no gubernamental apoya a estos muchachos y ahora por fin conseguirá lanzarlos al mundo.

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Cautivados por la música de órgano

Se presentan en el parque u otros lugares públicos, en el montañoso municipio de Guisa, en Granma. Poco a poco, la gente se acerca para observarlos y escuchar su música. Ellos sonríen y siguen con ritmo, a pesar de que apenas tienen entre siete y 13 años de edad.

Uno maneja la manigueta y la gran caja de música que los acompaña expulsa las melodías. Los demás las enriquecen con la paila, la tumbadora, el guayo y otros instrumentos. El público lo agradece con sus bailes y la alegría en sus rostros.

El órgano de niños El Gallito gana adeptos en guiseros y visitantes. Su director, Yunier Leyva Gómez, explica que la idea del proyecto fue del director municipal anterior, quien, en estos momentos, cumple misión internacionalista. «A principios de febrero compramos el equipo y luego hicimos las captaciones en la Casa de Cultura, a partir de pruebas de ritmo. Realizamos una reunión con los padres, y empezamos los ensayos. El 9 de marzo nos presentamos en el carnaval infantil».

Alejandro Ramos Pérez, músico de órgano jubilado, historiador de esa manifestación artística y uno de los profesores, señala: «Estos muchachos tienen talento, pues han logrado, con calidad, un repertorio de 15 piezas en apenas cinco meses. Ninguno ha pasado por centros de formación artística, pero trabajamos duro cada martes, jueves y sábado. Sus familiares nos apoyan».

Agrega que otros infantes piden que los incluyan, por eso piensan «hacer un taller y más captaciones».

DE LOGROS Y SUEÑOS

Yosvany Ortega Arias, quien toca las pailas, dice que le encanta pertenecer a este grupo, porque «comparto con mis compañeros. En el barrio, me dicen “ustedes son los mundiales”, y eso me encanta. Ojalá se nos peguen algunas noviecitas, por eso sería bueno que nos incluyeran una corbata elegante en el traje y tengamos instrumentos propios, para no utilizar los mismos que los adultos», concluye sonriente.

Para Leinier Pérez también es una experiencia maravillosa: «Me siento bien con el guayo y por cantar en el coro. Me pongo alegre cuando mi mamá está en el público».

Ella lo miraba con atención, desde una silla cercana, y expresó estar orgullosa y feliz: «esto lo motiva y ayuda mucho hasta en la escuela especial, donde es alumno. Está más alegre».

Miguel Martínez, el de la tumbadora, añade: «Ojalá fuéramos a otros territorios con frecuencia. A todo el mundo le debería gustar esto porque es música tradicional».

Para Brayan Alejandro lo mejor es sentir alegría y sentir que «somos importantes». Como aquella vez se reunieran con Fernando González, Héroe de la República de Cuba.

En el parque, las melodías corrían libre y algunos bailaban. Juan Guerra Castellanos, poblador de 62 años, enunció que es alentador presenciar este espectáculo tan lindo y cómo dominan los instrumentos, a pesar de sus cortas edades. «La primera música que conocí fue esta y, desde entonces, me encanta. Antes, atraía tanto público como una orquesta», concluye y sonríe, como si recordara su etapa de juventud.

Para Leibis Ramírez, de 30 años y trabajadora de la Salud, «deberían existir proyectos similares en toda la provincia», aun cuando existen otras experiencias con infantes en municipios como Río Cauto y Buey Arriba.

Multiplicar esa iniciativa sería favorable para contribuir, en mayor medida, al gusto por esta práctica, llegada a Cuba a finales del siglo XIX y con amplia aceptación desde entonces, especialmente en Granma, donde se desarrolla, cada año, el único festival de ese tipo de música en el país y, desde donde hace más de un siglo, la familia Borbolla, en Manzanillo, impulsara tanto la multiplicación del invento, traído de Europa, en la parte oriental de Cuba.

Tal vez, los gallitos de Guisa ahora mismo ensayen en el local, ubicado en el centro urbano de ese territorio, o se presenten delante del público. Seguramente, entre ellos habrá eternos cultivadores de la tradición. Quizá ese sea el mayor encanto del proyecto, junto a los sueños de sus miembros. Ojalá esa sensación del arte, de ayer y hoy, gravite y llegue a todas partes.

Foto de Rafael Martínez


Con el arte en las venas

Locos por el arte están algunos jóvenes de Media Luna, en Granma, que en mayo de 2009 crearon, con recursos y esfuerzos propios, el proyecto Vísperas. Sus actividades cobran fuerza inusitada y consisten en pintar muros y llevar alegría y entretenimiento a las comunidades de ese costero territorio. [+]