Codanza


Danzar en Romerías

Danza en Paisajes Públicos es, en Romerías de Mayo, uno de los espacios que más atrae a las personas, al hacer partícipes del lenguaje universal de la danza a quienes se acercan al céntrico parque Calixto García: invitados, romeros de varios generaciones y sobre todo, a los transeúntes que se toman, casi al caer la tarde, unos minutos para, en el trasiego diario, asombrarse de la maravilla. Porque precisamente eso es la danza: un encuentro en diálogo personal, aunque la manifestación ocupe los espacios públicos; un viaje a las expresiones (y emociones) del cuerpo en movimiento, como afirma la maestra Maricel Godoy, directora de la Compañía de Danza Contemporánea Codanza, anfitriona desde su surgimiento de este espacio en la fiesta del arte joven.

Desde la génesis de Romerías la expresión danzaria es parte esencial del programa del Festival Mundial de Juventudes Artísticas, con la presencia en escenarios, parques y plazas de Codanza y otras compañías invitadas, pero el espacio Danza en Paisajes Públicos celebra en este 2023 sus 20 años. Y aunque no participan reconocidas compañías de otras provincias, como en ediciones anteriores, Maricel –principal gestora del anhelo de convertir a Holguín en la capital cubana de la danza– articuló un excelente programa, dinámico y variado, que lleva al público la fuerza, la vitalidad y la destreza de Codanza, que recién celebró sus tres décadas en escena, con coreografías creadas o adaptadas para la interacción y el espacio público.

Participarán, además, la holguinera Compañía Folclórica La Campana; estudiantes de la Escuela Elemental de Arte Raúl Gómez García y de la Escuela Profesional de Danza Alfredo Velásquez Carcassés, de Guantánamo, y proyectos de Danzas Urbanas del Sistema Provincial de Casas de Cultura, como Equidna, Alfa Crew y Utopía, con el parque y sus alrededores como principal escenario para la convergencia de la danza y los espacios urbanos. La gente lo agradece y al terminar la función el parque queda un poco más solo, a la espera de nuevos espacios que, en Romerías de Mayo, nos reafirmen la utilidad del arte para todos y con todos, fiesta constante de la expresión en su amplio sentido.

 


Codanza o el esplendor de las llamas del espíritu vivo del fuego

Palabras de apertura de la exposición “Memorias de un Festival”, dedicada al aniversario 30 de la Compañía de Danza Contemporánea Codanza, anfitriona del Concurso de Danza del Atlántico Norte y Grand Prix Vladimir Malakhov, y que se exhibe, con obras de los fotógrafos Juan Pablo Carreras y Carlos Rafael Díaz, en el lobby del Teatro Eddy Suñol de la ciudad de Holguín.

Codanza y yo nacimos el mismo año. Apenas separados por dos meses, ambos nacimos en 1992, que es también el año prístino del germen: el año en que el espíritu-Codanza y su mito, el espíritu vivo del fuego, comenzó a crecer hasta celebrar hoy sus tres décadas. Por eso, y por otras tantas cosas, digo siempre que Codanza es mi compañía. No solo porque marca mi edad, sino, sobre todo, porque Codanza me abrió los ojos y los sentidos, por primera vez, a la danza contemporánea, a las expresiones del cuerpo en la escena, a los misterios de la creación danzaria (que es, además, abrir ciertas puertas del corazón y la mente difíciles de volver a cerrar).

Árbol de fuego – Alexis del Toro

Después de aquella “revelación” vendrían otras compañías, reconocidas puestas, grandes intérpretes, pero Codanza fue la inicial, la más persistente y necesaria, y por tanto la más esperada, y como decía antes, mi compañía. Los he visto crecer, rozar la perfección, tantear búsquedas creativas. Madurar en cada puesta. Incluso levantarse y rearmarse más de una vez, para volver al escenario con idénticos bríos, con la consabida exigencia que caracteriza a la maestra Maricel Godoy y que hace suya toda la compañía desde aquel día fundacional de 1992. Así Codanza fue creciendo hasta hacerse vital en mi memoria afectiva, como lo ha sido para muchísimas personas en Holguín y el mundo: una escuela, la casa, el horizonte, el misterio.

Árbol de fuego – Alexis del Toro

Con Codanza llegó la bendición y la magia de Vladimir Malakhov y su primera presentación en la ciudad, en 2013, cuando obsequió su “Regalo de Malakhov para Cuba”. Poco después “Un regalo a Malakhov de bailarines cubanos” fue el agradecimiento para el gran bailarín ucraniano, y resultó la piedra fundacional, la primera de un templo mayor que la compañía ha ido edificando: el Concurso de Danza del Atlántico Norte y Grand Prix Vladimir Malakhov, en 2014. Desde entonces cada certamen convierta a Holguín en la capital cubana de la danza, plataforma para el intercambio y el desarrollo escénico, para el crecimiento y la creación que, además de estimular a jóvenes bailarines cubanos y de varias partes del mundo, reúne a coreógrafos, intérpretes, investigadores, críticos y especialistas en una ciudad ávida de buen arte.

Árbol de fuego – Carlos Rafael

Llega Codanza a una especie de mayoría de edad sobre el escenario; aunque sabemos bien que la fuerza, la vitalidad y la destreza que preconiza desde su génesis nos la reafirma, desde hace mucho, como una de las principales compañías escénicas del país. Ninguna de sus obras –herederas del estilo cubano de danza moderna, unido a conceptos abanderados por Pina Bausch, entre otros maestros, y enriquecidos mediante los aportes del trabajo con reconocidos coreógrafos cubanos y extranjeros– busca ser complaciente, ni con el público ni con la crítica, ni mucho menos con un colectivo que ha sabido reinventarse y crecer, asumiendo los riesgos como parte de su concepción fundacional, pues saben que solo lo difícil resulta estimulante. Pertrechados por la osadía conceptual en la que articulan sus discursos, Codanza nos ofrece una mezcla de múltiples significados y aleaciones culturales: la complejidad con que asumen la belleza para entregárnosla hace posible cada una de las obras. Esta jornada por el 30 aniversario nos permitirá, una vez más, ser testigos agradecidos de vivir la era Codanza y ver avivarse en la escena y arder en llamas al verdadero espíritu vivo del fuego.

Árbol de fuego – Carlos Rafael

En Holguín, 25 de septiembre de 2022


La danza de las palabras en la luz: un pacto entre narración oral escénica y literatura (+ video y podcast)

Como aedas de la luz y el viento van guiados por un hilo invisible que los conduce por la calle Maceo de la ciudad de Holguín, una arteria que conecta la mágica casita del cuento, en las faldas de la Loma de la Cruz, con el número 121 de la céntrica vía, en cuyo segundo nivel tiene la joven literatura cubana un oasis luminoso.

De cómo Ediciones La Luz y la Compañía de Narración Oral Palabras al Viento se unieron en simbiosis que vuelve a la palabra danza, canción, e insufla vida al libro desde las sonoridades de las voces de los narradores, cuentan sus artífices.

Esta plática transcurrió en la sede de Ediciones La Luz, en vísperas de la primavera. Queríamos conversar de cómo se cumplen los sueños. Fermín López habla bajo, con un chisporroteo de satisfacción en los ojos, ha de ser por la historia que ahora lo desborda. Es el director de la agrupación, única de su tipo en la ciudad:

“Desde nuestros inicios quisimos estar vinculados al trabajo de los escritores, principalmente los de las provincias. Nacimos en Holguín, donde hay compañías de tanto prestigio como el Lírico, el Guiñol, Codanza y, por tanto, donde lograr posicionarse, obtener reconocimiento, tener un lugar dentro de la cultura de la provincia y el país, es difícil.

Nuestro vínculo, casi desde los inicios, con Ediciones La Luz y conocer a Luis Yuseff, el director de la editorial, fue muy importante y colaboró a que Palabras al Viento se ubicara en el lugar que tiene en estos momentos, porque todos saben de este sello y su certera selección de textos y autores. El hecho de darnos la posibilidad de empezar a crear con sus publicaciones hizo que nuestro trabajo fuera creciendo y tuviera cada día más valor y una factura artística acabada”.

Yordanis Sera está a mi diestra trae una gran agenda con apuntes. Es integrante de la compañía y me cuenta anécdotas conmovedoras y tiernas, todas no caben en este relato. Es enfático cuando asegura “creo que no coincidimos solamente por estar en el mismo camino. Nuestros trabajos tenían que encontrase, como vanguardistas, como generadores de una visualidad hermosa, por la búsqueda del atractivo para seducir al público.

Retoñando en La Luz

Esta confluencia nos lleva a perpetuar amistad y relación de trabajo, así llegamos a nuestro primer proyecto juntos, Retoños de almendro. Luis Yuseff, siempre nos motiva y nos reta porque desde La Habana, a donde fuimos a participar en el festival Primavera de Cuentos, Mayra Navarro nos habló de Retoños, no teníamos en nuestras manos ese libro y llegamos aquí con el “bicho” de encontrarlo.

Pablo guerra, en grabación de audilibro Retoños de almendro/ cortesía del entrevistado

Esa literatura de autores cubanos nacidos a partir de los 70 no formaba parte de nuestro repertorio como narradores. Entonces Luis Yuseff nos llamó y logró despertar en Fermín la pasión por la idea. Creo que ellos mientras hablan van viendo lo que desean lograr y hasta yo mismo veo lo que se arma y gesta ahí. El audiolibro Retoños de almendro nació así, de una chispa que se prendió.”

“Este proyecto está pensado, más que todo, para un público infantil que tiene limitaciones y que demanda una enseñanza especial: los niños ciegos y débiles visuales” (1), aclara Luis Yuseff, tras una taza de café. Todo el tiempo ha estado escuchando nuestro diálogo tripartito, escoltado por sus infaltables caracoles, cuadros, originales enmarañados y recuerdos de sus amigos de todas partes. Rompe el silencio para acotar: “El audiolibro entra en la colección Quemapalabras. Pablo Guerra y yo la ideamos con la intención de preservar la memoria de la voz, pero Retoños… ya no tiene las voces de los autores como en los audiolibros anteriores de la editorial. El propósito de acercar esa obra a los niños para los que estaba dirigido merecía otros añadidos que fueran más allá, por eso acudimos a un grupo de profesionales que no acostumbraba a lidiar con una cabina de radio, pero sí con un público amplio. La condición siempre fue que se respetara en la grabación el texto tal cual”.  

“El trabajo con Pablo Guerra como director fue una experiencia grandiosa, él llegaba a grabar con todo pensado, también fue muy divertido, existieron muchos encuentros y desencuentros, pero, finalmente tuvo éxito,” resalta Yordanis.

Todo no quedó en el éter. Estos textos fueron a la escena y recuerda Luis Yuseff que “la puesta tiene una visualidad que los niños a los que se destinan los audiolibros no pueden disfrutar, pero hay otros públicos que también merecen la belleza de esta representación que no se resume nada más en buenas actuaciones, salidas ingeniosas, los colores del vestuario, sino en una puesta que es coreográfica”.

Ya antes Yordanis me ha mostrado en su gran libreta de apuntes, algo que dijo Fermín hace unos días y es que “la narración oral es una expresión teatral con estructura danzaría”. Todo coincide con la mirada del poeta-editor sobre los actores. Y esto distingue a Palabras al Viento, su ritmo, el tempo, la forma grácil de moverse en la escena.

Yordanis Sera en grabación de Retoños de almendro/ cortesía del entrevistado

Con ese singular modo de expresión “vino un espectáculo que fue Premio de la ciudad, con autores del catálogo de La Luz: Alabanza para una ciudad, donde Fermín logra que el vestuario se convirtiera en elemento escenográfico dentro de una puesta de narración oral. Fue un espectáculo exitoso y hermoso”, rememora Yordanis.

Retoños también está versionado para pasacalles y aclara Fermín que “es muy difícil para un narrador trabajar en espacios públicos porque la narración es a viva voz. Para Palabras al Viento se convirtió en algo sencillo porque teníamos una iniciativa que se llamaba Cuenta cuentos en movimiento y entrábamos a las instituciones de la ciudad a narrar.

Sacamos cuentos de Retoños y fue genial. No teníamos la banda sonora que habitualmente nos acompaña, eso nos obligó a sustituirla por guitarras, claves maracas, y era el mismo cuento, pero en otro contexto.

Y como árbol de raíz persistente Retoños… retoña en un proyecto audiovisual de la joven directora de televisión Eylín Abreu. A la vuelta de media vuelta piensan llamar al programa que prevé de trece a quince entregas con los cuentos del libro interpretados por estos actores.

Abrazos y confesiones

Los pactos entre Palabras al Viento y Ediciones La Luz no van solo dirigidos al público infantil. “Luis Yuseff nos retó con El libro de los abrazos, de Eduardo Galiano”, dice Fermín y sonríe cómplice: “siempre tengo la suerte o el privilegio de que él me de los textos enmarañados, así puedo ver el proceso y eso enriquece mi mundo de creador. Cuando comencé a leer este libro me di cuenta de que era muy complicado lo que me estaba pidiendo hacer. No era un juego creativo como en otros casos. Los textos de Galiano son sintéticos y breves y para llegar a los cuarenta y cinco minutos de espectáculo era necesario trabajar quince o dieciséis cuentos. Entonces pensaba en cómo iba el público a digerir tantas historias pequeñas y me llevó mucho trabajo armarlo, pero el resultado fue fantástico. Se utilizaron todos los recursos de la escena, algo que parece muy distante de nuestra especialización, donde el narrador casi nunca usa todo el aparataje del teatro.

Fermín López en escena/ Autor: Carlos rafael/ cortesía del entrevistado

En esa obra a la que llamamos Confesiones, cada puente está enriquecido por tecnicismos. Trabajamos muchas imágenes que van apoyando cada texto y eso le dio cuerpo al espectáculo. Para mi tiene una magia increíble y nos acabó de posicionar en un lugar soñado. Y lo que ha acontecido con el público es asombroso.

De mi maestro Nelson Dorr aprendí que lo más importante para un espectáculo es el efecto final y este tiene un efecto final sorprendente. Para mi es de los espectáculos más retadores y elaborados que tenemos hasta el momento.     

El vestuario fue diseñado con mucho tino. Es una tela que casi nadie quiere utilizar, guinga, y fue porque no había otra, pero pensé, son cuadros, están enmarcados, es muy difícil distinguir uno del otro, como a veces es difícil entender el texto, hay muchas transparencias en los diseños porque estamos descubriendo cosas, diciendo otras que en un momento no se podían decir, además el peinado y maquillaje tienen que ver con la línea estética y concepción del espectáculo mismo”.

Puede parecer barroco a algunos el modo de presentar a los narradores, con fantásticos atuendos y elaboradas escenografías. Mas, la eficacia comunicativa del texto narrado que se sostiene en los recursos del teatro es de efectos perdurables, extraordinarios. Entonces ¿por qué habría de privarse en la escena a la narración de las posibilidades expresivas de tales herramientas? Indago.

Fermín me explica que “la escuela de narración oral ortodoxa tenía reglas como que los narradores solo debían vestirse de negro o blanco, estaban despojados de los tecnicismos de la escena y solo tenían como arma potente la voz; después la narración se fue nutriendo de otras expresiones y existe el temor de que las personas empiecen a llenar sus espectáculos de otros elementos y se pierda el cuento.

“Pero el cuento te brinda aperturas para las otras manifestaciones del arte. Cuando no haces un análisis profundo de él no las encuentras. Eso lleva un estudio para que fluya la apertura a otras artes y estas se empasten con la historia. Pero siempre digo que independientemente de lo que utilicemos hay que respetar el discurso del cuento, es la única ley”.

Esto me resulta muy claro cuando Yordanis declara que “la narración oral es como un trasvase del texto escrito al oral, de la literatura a la escena, donde se reinventa la historia y se entra a un proceso de cocreación con el escritor. Cuando la palabra está bien dicha, el vestuario y lo demás no la dañan porque está bien danzada, bien escrita, bien armada”.

Al respecto agrega Fermín que “hay autores que uno trabaja y respeta fielmente el texto, en el caso de El libro de los abrazos, nos ajustamos casi todo el tiempo al texto original y fuimos creando una historia a nivel de imágenes, paralela a este texto que se articula a él, y esta historia es la que hace que el público se acerque y se aleje y se reinvente la historia misma”.

Los narradores aseguran que esta obra los aproximó al público joven como ninguna hecha antes. Tal vez por eso se han animado a multiplicarla, según confiesa Fermín: “estamos trabajando en Confesiones 2, que se pondría consecutivamente en escena en dos días. Tendrá otro diseño de vestuario y concepción de montaje. Ya tenemos una selección de textos”.

Cuando brota el musgo

Volviendo a los inicios mis interlocutores me recuerdan que las colaboraciones entre estos equipos creativos continuaron con “Dice el musgo que brota”(2), un audiolibro que recoge una parte de la antología de igual nombre y de donde sale un personaje que tomó vida propia y forma parte de otro espectáculo”, dice Yordanis.

“Este segundo audiolibro es distinto totalmente del primero, que se trataba de cuentos, con un cuerpo amplio donde se podía jugar con la historia. Son poesía. Textos muy cortos, resultado de una selección que hicimos en conjunto, que resultaba un reto porque era el trabajo de diploma para graduarse del ISA del director, Héctor Ochoa. No obstante, lo disfrutamos mucho.

En su caso nos enfrentamos a otra dinámica de trabajo, con gran flexibilidad para trabajar, conocía dónde quería llegar con cada texto, pero daba un margen para crear, proponer cosas. En ambos audiolibros nos sentimos muy bien. Cada uno con sus características y ahí está el resultado”, especifica Fermín.

“Hemos hablado de la posibilidad de insertar en la escena de la puesta de Dice el musgo que brota, la exposición de las ilustraciones en grandes piezas que acompañan al libro”, añade Luis Yuseff.

Y como es de sabios agradecer, añade: “todo esto siempre ha tenido el apoyo de las becas El reino de este mundo de la Asociación Hermanos Saíz. Siempre habrá que agradecer a los amigos que nos han apoyado, entre ellos, Jeremy Harris, músico australiano. Y hay que acotar que estos audiolibros se han distribuido de manera gratuita”.

Reflejos

La extensión del Sars-cov 2 han limitado la presencia en las tablas de la compañía holguinera, pero ellos buscan modos de hacerse escuchar siempre junto a La Luz. Yordanis anuncia que grabarán cuentos de la colección Espejo (3). “Luis nos convocó, en la era del WhatsApp, a grabarlos y ya tenemos algunos”. Estos audios se distribuirán por las distintas redes sociales y plataformas en las que se insertan la editorial y Palabras al Viento.

Los sueños, el futuro, lo alcanzado

Y así se cruzan los caminos de ambos empeños. Aquí se hacen libros, allá se narran, entre ambos se construye la fascinación por la palabra. Luis Yuseff augura “los vínculos entre la editorial y la compañía han estado matizados por libros que dentro de nuestro catálogo son los más importantes y atractivos para el público.

Retoños de almendro y Dice el musgo que brota son dos antologías importantísimas dentro del panorama literario cubano. Ambas antologadas por Eldys Baratute, y con el valor añadido de ser ilustradas por artistas plásticos de todo el país.

En el caso de Retoños fue el primer libro de la editorial que tuvo todos sus interiores en cuatricromía. Entrábamos a una nueva era. Fue la primera tirada que superó los 6 000 ejemplares para un título de un sello perteneciente al Sistema de Ediciones Territoriales, pensada para el trabajo de la risográfica y las limitantes propias de dicho sistema de impresiones. Pero este se convirtió en un proyecto que sumó una exposición itinerante, juegos de postales y una de las campañas de promoción del libro y la lectura que tuvo a los muchachos de la Casa del Cuento como protagonistas, y fue el primer audiolibro que se grabó dedicado al público infantil.

Retoños de almendro abrió una puerta que no se cerrará. Marca un antes y un después en la proyección de Ediciones La Luz, porque lo que vino luego fue El libro de los abrazos, una idea largamente acariciada que se logró gracias a la amabilidad de Ivonne Galiano y Eduardo Heras León, un libro que atrajo hacia La Luz la atención de un público que tal vez no sabía que existíamos, y luego estuvo Dice el musgo que brota, un libro muy parecido al concepto de Retoños… y toda la campaña que generó, pero tiene el añadido de que nos trajo por primera vez el Premio de la Crítica Literaria y también Premio de Edición en la Feria del Libro en Holguín.

Por último, la colección Espejo, una de las más buscadas y reconocida por un Premio Especial del Lector en la última Feria Internacional del Libro en La Habana. Esta es una colección atractiva también ideada por Eldys Baratute para celebrar la unión de dos generaciones de autores en un mismo volumen”.

Ante los logros comunes no parecen satisfechos. Los narradores, el poeta editor, sus compañeros y cómplices continúan en el inveterado arte de buscar lo imposible para los otros.

“Ellos seguirán trabajando con el catálogo de la editorial”, declara Luis Yuseff convencido y convincente. “Van a permanecer los vínculos porque estos nexos de Ediciones La Luz y Palabras al Viento siempre están relacionados con libros que en la luz marcan hitos”.


Codanza, celebración del espíritu del fuego (+ Galería de imágenes)

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Codanza ha sido, por mucho tiempo, mi compañía. Me explico: Yo apenas sé mover los pies, ni tras los ritmos más pegajosos que desatan en otros el frenesí del baile, y no me imagino, ni remotamente, en un escenario (salvo alguna que otra experiencia reciente, pero que nada tiene que ver con la danza). Pero ellos, la Compañía de Danza Contemporánea Codanza, que arriba este 25 de septiembre a su aniversario 28, fueron quienes me abrieron los ojos y los sentidos, por primera vez, al arte de la expresión danzaria.

Y además es mi compañía porque nacimos casi juntos. Codanza fue fundada a finales de septiembre de 1992, y yo nací en noviembre, también a finales, separados por dos meses.

Después vendrían otras compañías, reconocidas puestas, grandes intérpretes, pero Codanza fue la inicial (aunque ahora mismo no recuerde la primera obra de ellos que vi).

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En mis años universitarios éramos asiduos a casi todo lo que en materia cultural ocurría en Holguín, una ciudad donde los eventos y los acontecimientos se suceden uno tras otro. Entre ellos frecuentábamos las temporadas de aniversarios de Codanza, los estrenos y también las reposiciones de obras que llenaban la sala principal del Teatro Eddy Suñol. Sus bailarines copaban, además, los espacios públicos en eventos como la Semana de la Cultura, las Romerías de Mayo o la Fiesta de la Cultura Iberoamericana. Así Codanza –liderada por la maestra Maricel Godoy– fue creciendo hasta hacerse vital en mi memoria afectiva, como lo ha sido para muchísimas personas.

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Con Codanza llegó Vladimir Malakhov y su primera presentación en estos predios, en 2013. El mítico bailarín ucraniano, considerado por la revista Dance Magazine como el mejor bailarín del mundo en cinco ocasiones, obsequió su “Regalo de Malakhov para Cuba”, que consistió en interpretar las coreografías La muerte del cisne, de Mauro Di Candia, y Voyague, de Renato Zanella. Los holguineros entregaron, entonces, “Un regalo a Malakhov de bailarines cubanos”; momentos estos que, al decir de Maricel Godoy, resultó “piedra fundacional, la primera piedra de un templo mayor que hemos ido construyendo”: el Concurso de Danza del Atlántico Norte y Grand Prix Vladimir Malakhov.

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A partir del siguiente año, la compañía es anfitriona del Malakhov, como le decimos, surgido en 2014 para estimular a jóvenes bailarines cubanos y de varias partes del mundo. La cita reúne a coreógrafos, intérpretes, investigadores, críticos y especialistas, quienes ofrecen talleres, conferencias, clases magistrales, con el deseo –subraya Maricel– que cada certamen convierta a Holguín en la capital cubana de la danza, plataforma para el intercambio y el desarrollo escénico, para el crecimiento y la creación (incluso la AHS entrega un premio, de cuyo jurado he sido parte más de una vez).

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Pasó el tiempo, y entre estrenos de los que escribí, como Casita, Tráiler, Muerte prevista en el guion en su más reciente puesta, El segundo sexo, Árbol de fuego, Ofrenda de toro, entre otras, llegué incluso a trabajar con Codanza. Y con ellos me fui a Matanzas, a las jornadas del Danzandos, y a Manzanillo, donde presentaron varias obras. Incluso mis amigos bailarines son –o fueron– de Codanza. Los vi crecer, rozar la perfección en varias obras, tantear búsquedas creativas en otras. Madurar en cada puesta. Incluso rearmarse después de menguar el colectivo, y volver al escenario con idénticos bríos, con la consabida exigencia que caracteriza a Maricel y que hace suya la compañía.

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Este 2020 –como viene haciéndolo desde hace varios ediciones– Codanza realizaría una jornada de celebración por su aniversario en los días del Grand Prix; pero este, en su VI edición, quedó pospuesto para similar fecha de 2021, dada la situación de excepcionalidad epidemiológica causada por la Covid-19 en el país (al igual que las presentaciones). Aun así, sin llenar, como acostumbran sus estrenos, las salas del Complejo Teatral Eddy Suñol, o las calles y parques, Codanza celebra la fuerza, vitalidad y destreza que la caracteriza –como reza su lema– en el escenario de la danza insular.

La compañía –escribe Ana Lourdes Estrada Fernández en su libro Codanza. Espíritu vivo del fuego, publicado por Ediciones Holguín en 2010– es la precursora del movimiento danzario profesional en el territorio, “pues con la excepción del cuerpo de baile del Teatro Lírico, cuyo trabajo –como es de suponer– no se dedicaba solamente a la danza, la provincia no contaba con ninguna compañía profesional de ballet, danza o folklore”. Fundada por un grupo de jóvenes bailarines graduados de la Escuela Nacional de Arte (ENA) y liderados por la bailarina, maestra y coreógrafa Maricel Godoy, se lanzaron a la creación escénica a propósito de la edición XIII del Festival Internacional de Ballet de La Habana, pues Holguín sería nuevamente subsede del evento. La pieza fundacional fue Tridireccional y estuvo interpretada por Rosario Arencibia, Gilberto Pérez, Rosario Hernández y Wilber Pérez. Aunque la obra no llegó a presentarse en el Festival, fue la primera coreografía de un grupo de jóvenes que fueron, para bien, el embrión de Codanza.

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Con el apoyo del Consejo Provincial de las Artes Escénicas (CPAE) y la Asociación Hermanos Saíz (AHS), Codanza surgía con el objetivo de la “aprehensión e interpretación contemporánea de las aspiraciones más sublimes y nobles de cuanto mueve y concierne al ser humano a través de la danza, utilizando la validez de la actuación ya en la expresión, la palabra o la acción física”, añade Ana Lourdes, quien subraya que cuando es aprobada por el CPAE en 1994 ya tenían unas quince obras creadas.

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Ese fue el origen del “mito Codanza”, un colectivo que es considerado por la crítica especializada como una de las mejores compañías escénicas del país y que ha realizado múltiples giras internacionales en España, México, Venezuela, Alemania, Suiza y Austria.

Importantes premios de interpretación y coreografía avalan también su trabajo, entre ellos el Premio de la Ciudad de Holguín en varias ocasiones; en el Concurso Nacional de Coreografía e Interpretación Danzandos, en Matanzas; el Concurso Nacional Solamente Solos; el Festival Internacional “Un Desierto para la Danza”, en México; y el Encuentro Internacional de Danza en Paisajes Urbanos, en La Habana.

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Ninguna de sus obras –herederas del estilo cubano de danza moderna, unido a conceptos proporcionados por Pina Bausch, Merce Cunningham, el body contact, enriquecidos mediante lo que le aporta el trabajo con creadores de compañías nacionales y extranjeras, y entre las que podemos mencionar las siguientes: Ritual, Año cero, Pasajera la lluvia, Muerte prevista en el guion, El banco que murió de amor, La fuente de agua salá, Memoria fragmentada, Casita, Árbol de fuego, Tráiler, El segundo sexo y Ofrenda de Toro– busca ser complaciente, ni con el público ni con la crítica, ni mucho menos con una Compañía que ha asumido los riesgos como parte de su concepción fundacional. Solo lo difícil, aseguraba el escritor José Lezama Lima, resulta estimulante. Y uno de sus principales logros es la osadía conceptual en la que articulan sus discursos. En la mezcla de múltiples significados y aleaciones culturales propios de la danza contemporánea, encontramos uno de sus principales atractivos: la complejidad con que asumen la belleza para entregárnosla palpable en cada una de las piezas.

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Por eso, en su 28 aniversario este 25 de septiembre –creciendo, trabajando, impulsando, además, nuevas coreografías– celebro la fuerza, vitalidad y destreza de Codanza.

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Regresará el Malakhov a Holguín en septiembre de 2021

Debido a la situación de excepcionalidad epidemiológica causada por la Covid-19 en el país, el Concurso de Danza y Grand Prix Vladimir Malakhov, importante evento para la danza joven realizado cada dos años en la ciudad de Holguín, pospone su VI edición para similar fecha de 2021.

En su lugar, del 21 al 25 de ese mes, anuncia el Consejo Provincial de las Artes Escénicas (CPAE), se celebrará “Memorias de un Festival”, un recuento de lo vivido en estas cinco ediciones, a través de diversas plataformas digitales, incluida la trasmisión en vivo desde Facebook Live, y el apoyo en la prensa y programas nacionales y provinciales de radio y televisión.

Codanza – Obra ABC así no/ Foto Carlos Rafael

Asimismo, se convoca “a la VI edición en 2021 de este evento, presidido por la estrella del ballet mundial Vladimir Malakhov; la maestra Maricel Godoy, coreógrafa y directora de la Compañía de Danza Contemporánea Codanza, y el empresario internacional del ballet, Paul Seaquist”.

Codanza – Muerte prevista en el guion/Foto Carlos Rafael

El Concurso de Danza y Grand Prix Vladimir Malakhov surgió en septiembre de 2014 con el objetivo de estimular el trabajo de los jóvenes bailarines cubanos y latinoamericanos. Desde entonces Codanza es la anfitriona de la cita, que cuenta con la presencia del célebre bailarín ucraniano considerado por la revista Dance Magazine en varias ocasiones como el mejor bailarín del mundo. El encuentro ha posibilitado la confluencia en Holguín de bailarines, coreógrafos, estudiantes, críticos e investigadores de la danza de países como España, México, Japón, Uruguay y Estados Unidos, y reconocidas compañías y maestros de la danza en Cuba.

“Predomina en este Concurso la juventud de los coreógrafos y los intérpretes, y más que un certamen, el Grand Prix Vladimir Malakhov es una fiesta de la danza mundial”, añade Maricel Godoy.

Obra CASITA (Codanza)/Foto Carlos Rafael

Cada vez más cerca, la danza

Cada vez más cerca es una exposición con una visualidad poderosamente arborescente y barroca. No me refiero al período de la historia del arte, claro, sino a “lo barroco” como espacio portador de un sentido estético “transhistórico”, en alternancia con lo clásico. Nueve poetas –nueve poéticas engarzadas en una especie de organicidad visual y sensitiva– acompañan igual cantidad de imágenes “atrapadas” por el ojo sensible y entrenado de Wilker López.

Wilker, adiestrado en las lides del fotoperiodismo y la realización audiovisual, atrapa la fuerza de Imaginem et Similitudinem, coreografía que Yoel González Rodríguez realizó para la holguinera Compañía de Danza Contemporánea Codanza, dirigida por la maestra Maricel Godoy. Si Yoel parte de varios conceptos platónicos –“lo bello en sí”, “lo bueno en sí”, “lo múltiple”, “la unidad”, “la idea única”, reciclando, de alguna manera, el clásico mito de la caverna, para acercarnos a la “naturaleza que somos” (también la naturaleza del cuerpo) y al “parentesco de lo que el hombre declara como perfección y exactitud”–, Wilker se apodera también de ellos, para transmitirnos, “atrapando los misterios” de la obra, los cuerpos animalizados, metamorfoseándose como si transitaran por el ciclo histórico de la vida, la obsesión por la exploración, la precisión y la exactitud (incluso geométrica, equidistante, lírica).

Esta misma exploración hace que el “tríptico barroco” de Cada vez más cerca se expanda en sus posibilidades: la coreografía en el cuerpo –y la mente– de los bailarines, la mirada fotográfica de Wilker, y los versos de Delfín Prats, Lourdes González, Luis Yuseff, Gilberto González Seik, José Luis Serrano, Ronel González, Zulema Gutiérrez, Elizabeth Soto y Moisés Mayán, cargan el sentido referencial de una muestra que crece al ocupar espacios públicos destinados a la polisémica mirada colectiva (una iluminación tenebrista, como escapada de un cuadro de Caravaggio, hasta ciertas reminiscencias –inconscientes, pueden ser, todo depende del receptor, por eso la multiplicidad y singularidad de la experiencia artística– como salidas de filmes del director Terrence Malick; por ejemplo, los atardeceres de Days of Heaven).

“Todo texto se construye como un mosaico de citas, todo texto es absorción y transformación de otro texto”, escribió Julia Kristeva refiriéndose a Mijaíl Bajtín. Y la danza, sabemos, es un texto cargado de posibilidades, de sentidos encontrados, sugiriendo. Como lo es la fotografía. Si hago énfasis en lo del barroco “transhistórico”, en su contraposición natural y complementaria con el clasicismo, dos formas de “sensibilidad eternas”, es porque este es –nos recuerda Eugenio d’Ors– irracional, femenino y dionisíaco; musical y abundante; atraído por las formas redondeadas y ascendentes. En ambas, en las formas de Yoel González en Imaginem et Similitudinem, y en las fotografías de Wilker López, que dependen de estas pero viven como creación en sí, como signos independientes de la poiesis, existe esta mirada barroca, que nos reafirma que, desbordando los espacios, el hecho artístico está “cada vez más cerca”.  

En Holguín, julio 3 y 2020

*Palabras del catálogo de la exposición Cada vez más cerca, del joven artista y realizador Wilker López, inaugurada el 15 de julio de 2020 en los corredores del Centro Provincial de Arte de Holguín.


Cada vez más cerca, danza y poesía en el lente de Wilker López (+ fotos)

La exposición fotográfica Cada vez más cerca, del joven realizador audiovisual Wilker López, se exhibe en los alrededores del parque Calixto García de Holguín como parte de las acciones culturales por el verano 2020 y de la segunda fase de recuperación de la Covid-19.

Fotos Carlos Parra

Basada en Imaginem et Similitudinem, coreografía del guantanamero Joel González interpretada por la Compañía de Danza Contemporánea Codanza, bajo la tutela de la maestra Maricel Godoy, la muestra, compuesta por 10 gigantografías, “tiene la particularidad de ir acompañada por los versos de varios poetas holguineros,” comentó Wilker.

Inspirados en las imágenes de Wilker, los versos que acompañan las fotografías portan mensajes de aliento a todas las personas que lucharon contra la Covid-19, a través de la obra de Delfín Prats, Maestro de Juventudes de la AHS; Lourdes González, Zulema Gutiérrez, José Luis Serrano, Moisés Mayán, Ronel González, Luis Yuseff, Elizabeth Soto y Gilberto González Seik.

Desde el Centro Provincial de Artes Plásticas hasta la Casa de Cultura Manuel Dositeo Aguilera se extienden estas imágenes, que expresan, explicó el artista, que “aún en la fase de recuperación, el aislamiento social continúa siendo el mejor medicamento contra el virus”.

Fotos Carlos Parra

“Se escogió esta coreografía porque contiene el espíritu sanador de lo natural y por ser Codanza una compañía que sobresale en el ámbito danzario nacional, que durante más de 20 años ha llegado al pueblo y ha trascendido las fronteras del país”, destacó el fotógrafo.

“Wilker López, entrenado en las lides del fotoperiodismo y de la realización audiovisual, atrapa la fuerza de Imaginem et Similitudinem, y a través de una mirada barroca reafirma, desbordando espacios, que el hecho artístico se encuentra cada vez más cerca”, escribió en las palabras del catálogo de esta muestra el joven periodista y escritor Erian Peña Pupo.

Cada vez más cerca responde a “la capacidad del arte para salvar de cerca en circunstancias difíciles, como lo ha sido la crisis sanitaria ocasionada por la Covid-19, donde la creación artística se percibe más próxima, aun cuando grandes eventos culturales se encuentran suspendidos, además de acercar la compañía y la danza a su público”.

Fotos Carlos Parra

Nacido en Las Tunas en 1991, Wilker es estudiante de cuarto año de la Facultad de Artes de los Medios de Comunicación Audiovisual (Famca) en la Universidad de las Artes (Holguín). Como fotógrafo del Centro de Comunicación Cultural La Luz, ha colaborado con medios como Juventud Rebelde, La Jiribilla y Arte por Excelencias. Ha llevado a cabo la dirección y dirección de fotografía de varios documentales, videos clip, comerciales de TV y campañas publicitarias.

Ganador del Premio de la Ciudad de Holguín 2020 en la categoría Comunicación Promocional y de otros galardones internacionales como Plata en el Effie Awards en Ecuador y Bronce en el Ojo de Iberoamérica, en Argentina, con el documental Cuentos de Libertad. Realizó los videos clips dedicados al aniversario 300 del pueblo de Holguín.

Fotos Carlos Parra

Fotos Carlos Parra

Fotos Carlos Parra

Fotos Carlos Parra

Fotos Carlos Parra

Fotos Carlos Parra

Fotos Carlos Parra

Fotos Carlos Parra