Una farmacia de nuevo tipo para el arte en Pinar del Río

La farmacia como espacio siempre me ha resultado seductor: los medicamentos y fórmulas, los diversos estantes y colores, y las recetas para curar o aliviar cualquier dolencia. En este caso, el médico receta a sus pacientes-alumnos otras mezclas.

Desde su figura holgada, cual Quijote ya no frente a molinos —o sí, porque a veces, la vida es quien más nos reta— Juan Carlos Rodríguez Valdés, el Juanca, como le decimos los cercanos, ha vuelto a tomar la tiza para enseñar arte contemporáneo a todo aquel que quiera aprender. Rodríguez Valdés, el director del museo más pequeño del mundo, el Museo de Arte de Pinar del Río (MAPRI), ofrece a los interesados el taller de creación Farmacia.

El fin del taller es la apreciación y creación de obras de arte desde una visión contemporánea. Parte de una premisa fundamental: «el hombre como productor y consumidor de símbolos; y el arte como una vía de transformación personal y colectiva», según afirma Juan Carlos. El taller se centra en el estudio y profundización de temas que giran alrededor de la antropología simbólica, psicología analítica, literatura, teoría crítica, audiovisual, curaduría, museografía, y arte cubano contemporáneo, en relación con la Historia del Arte Universal, y los procesos creativos.

obra-mapri3Concebido para un período de tres años, el taller que aúna a varios jóvenes de la AHS, está encaminado a desarrollar la enseñanza de las artes visuales en Pinar del Río, al autoconocimiento y la realización de  exposiciones personales y colectivas, así como servir de plataforma curatorial para dar a conocer artistas y curadores de nueva promoción.

Farmacia  se erige en este contexto, como un laboratorio de ideas y proyectos. Zona de charlas, debates y visualización de las propuestas de obras (bocetos, maquetas, objetos, videos, fotos, documentación) que están en vías de realización o que ya realizadas quedan como historia del taller. Una fórmula donde los protagonistas se presentan con muy buena salud, desde la destreza mostrada para la concepción museográfica y la pluralidad de piezas y soluciones formales.

La última muestra fue la realizada por el joven Luis Orlando Álvarez, Paco, bajo el título Viejo Invierno. Con un total de ocho piezas, la exposición discursa sobre el afán del ser humano por superarse a sí mismo, metafóricamente representado mediante las figuras del lobo y el ciervo.

Paco hace uso de la técnica mixta, destacándose la fusión del hierro repujado y la superposición de capas de color, lo que lo hace un seguidor de la pintura de Rembrandt. Así mismo, apela a materiales naturales como tierra, carbón, y sus propias uñas, con la intención de mostrar el carácter personal de las creaciones.

En esta tierra, finalmente, varios logran ver los grandes estantes desde una perspectiva estética. Quizás sea el momento de volver sobre los antiguos libros o saberes. Sea el tiempo, de que como citara la reciente edición de la Bienal de La Habana, la ciencia y el arte crucen sus caminos de nuevo en aras de enriquecer el botiquín. Uno que por esta vez, no es de primeros auxilios, sino de prometedoras poéticas artísticas.

 Fotos: De la autora

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