Camilo Noa: la poesía como forma de exorcismo cotidiano

A Gibara se llega bordeando curvas que vislumbran el mar oculto tras pequeñas montañas, mientras se ve la costa donde descansan sencillos botes con nombres de mujer. De Gibara se sale con aire extraviado, dejando atrás estos fragmentos de mar que nos recuerdan nuestra perenne condición insular, aquella que profetizara Virgilio Piñera en La isla en peso.

La misma condición insular que toma como asidero (o embarcadero) literario Camilo José Noa Rodríguez (Guantánamo, 1990) para la creación poética. Él mismo lo ha dicho en más de una ocasión: «Me seduce muchísimo el discurso sobre lo insular…». Su poesía, precisamente, es una muestra de ello.

Con este joven escritor, coordinador de la célula de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en el municipio Gibara y ganador, con el cuaderno Liturgias y Peregrinaciones, del concurso El árbol que silba y canta en su última edición, conversa el Portal del Arte Joven Cubano.

 ¿Cómo llegaste a la poesía? O sea: ¿cuál fue ese momento de iniciación poética? ¿Cómo te supiste poeta?

Creo que la poesía me descubrió en una de esas largas noches de guardia en el servicio militar: entre relevo y relevo uno tenía mucho tiempo y yo lo empleaba leyendo y escribiendo. Aquellos escritos se convertían (a retazos) en algunos versos, pero no fueron más que torpes intentos de juguetear con la palabra. Sin embargo, creo que ahí estuvo el punto de partida. Ahora mismo disto mucho de hacer verdadera poesía, pero tanteo el terreno, aprendo de las palabras y me atrevo. Pienso que todo viaje iniciático debe tener eso: alguna anécdota que te suscite una sonrisa (o una lágrima) y el atrevimiento de continuar el camino, una vez dado el primer paso. Es una fórmula que me funciona para todo.

 ¿Qué autores consideras imprescindibles a la hora de conformar una antología de influencias en tu obra? ¿Por qué? ¿Hay autores cubanos en esa antología personal?

Comenzaré por la última, te digo por qué: la mayoría de mis indispensables son cubanos, pues me seduce muchísimo el discurso sobre lo insular, lo cotidiano, también la evocación a ultramar y la religiosidad. No es que sea imposible encontrar esto en autores foráneos, pero cuando lo tienes cerca, cuando vives dentro de La isla en peso o Noche insular o Testamento del pez, uno se siente totalmente en sintonía. También me sucede que prefiero la compañía de mis amigos, con los que todavía me siento a tomar un café para hablar de su poesía, otros que tengo a la distancia de una llamada telefónica, etc. Supongo que esto se debe a que ellos también viven mi tiempo y escriben acerca de él y me hacen sentir identificado. A esa antología personal no podría faltarle un Luis Yuseff, un Yannier H. Palao, nuestros Delfín Prats y Manuel García Verdecia, Lina de Feria, Soleida Ríos, Reina María Rodríguez, etc. También los que me acompañan en mi generación como tú, y hablando de generaciones, disfruto mucho la poesía de Orígenes, a Virgilio, Lezama y Baquero los tengo en un pedestal, aunque admiro generalmente a todos los que formaron parte; creo que nosotros somos fruto de ese tiempo.

Por supuesto, también consumo muchísima literatura extranjera, me nutro… Ahora mismo estoy muy interesado en la poesía visual, experimental, eso de mezclar la voz del poema con el audiovisual me parece exquisito, quisiera hacer algo como eso. Vivimos en una era digital y debemos saber sacarle el mejor provecho.

 ¿Cómo ves la poesía escrita por los jóvenes nacidos después de los 80 en Cuba? ¿Acaso podemos hablar de acuerdo a la temática en sus obras, de una generación de poetas nacidos después de la década de los 80?

Sinceramente, se me hace difícil responder a esta pregunta, siendo parte de ese grupo tan heterogéneo, se me hace demasiado cercana. Pero me atrevo a decir que mayoritariamente los autores nacidos después de los años 80 en Cuba compartimos un discurso generacional. En nuestro tiempo sucedieron varios eventos que hicieron cambiar la vida de los cubanos, hablamos de Período Especial, de emigración, etc. Crecimos con eso, es parte de nuestra cotidianeidad e irremediablemente está codificado en el ADN de nuestra obra. Virgilio no se equivocó: «la maldita circunstancia del agua por todas partes…»

 Como creador, ¿qué oportunidades te brinda la AHS y cuáles no…?

Considero un orgullo y un verdadero privilegio pertenecer a la Asociación Hermanos Saíz; en las oportunidades que he tenido, así lo he expresado. La AHS hace un verdadero despliegue de oportunidades para sus asociados, incluso, en su mayoría también van dirigidas a aquellos creadores que no pertenecen a la organización, me refiero al sistema de becas y premios que esta ofrece. En mi caso particular, aún no he enviado a los premios que se convocan para la sección de Literatura, pero he tenido la oportunidad de participar en algunos de los principales eventos y festivales convocados por la AHS, es el caso de Romerías de Mayo, la Cruzada Literaria de la filial camagüeyana, las jornadas Celestino de Cuento y Reina del Mar, etc. Ese es el tipo de promoción y oportunidad que amerita la obra de un joven artista y la Asociación Hermanos Saíz lo cumple con creces. También tiene ese poder de nuclear a sus miembros, de hacer de la organización una gran familia, y eso la distingue.

¿Se puede afirmar que, al igual que Holguín es la ciudad de los parques, es también la ciudad de los poetas? ¿Hay algo en sus obras que los distingue?

Bueno, no creo que tenga voz autorizada para afirmarlo, además recordemos que ya nuestro querido Eduardo Heras León refutó esa hipótesis cuando prologara la compilación Memoria de los otros (Ed. La Luz, 2006), antología que reúne un compendio de narradores holguineros graduados del Curso de Técnicas Narrativas del Centro de formación literaria Onelio Jorge Cardoso, y estos son apenas los que coincidieron en esa categoría… Pero es muy cierto que las letras holguineras están marcadas fuertemente por la huella de sus poetas, y la ciudad definitivamente es algo que no puede faltar en sus obras. Ese podría ser uno de los elementos que los distinga.

 Hablemos del poemario premiado en el evento El árbol que silba y canta de la AHS holguinera: Liturgias y Peregrinaciones. ¿Cuál es el hilo conductor, qué obsesiones mueven a Camilo Noa en la creación poética?

Liturgias es un libro que dedico a mi madre, tiene mucha carga intimista y se bifurca hacia el tema religioso sin apartarse de aquello de “ser madre”. Por supuesto, está la imagen de la Virgen de la Caridad también como esa forma de ver la maternidad, protectora, fiel… quise hacer un cuaderno de imágenes, cosas que veo a diario en la calle, en mis pequeños viajes a otras ciudades, etc. Pero en esencia es un libro que habla acerca de mi relación con mi madre; en una ocasión comenté que mi madre es un cuerpo tatuado de poesía, así lo veo yo, entonces hago el oficio de transcriptor, tomo el poema que es parte de su piel y lo llevo a la cuartilla.

 Sé que has dejado reposar este libro y que su génesis se deriva de varios años atrás… Entonces ¿cómo nace un poemario? ¿Cuándo sientes que una obra —un verso o un poema— está finalmente terminado?

Soy mal consejero para estas cosas, si fuera por mí jamás pudiera publicar un libro, se me hace muy difícil aunar textos y conformar un cuaderno, cada vez que vuelvo sobre un texto le hago modificaciones, lo desmiembro, nunca estoy conforme. Liturgias y Peregrinaciones se me escapa, ya está en manos de su editor y no volveré sobre él, pero lo que se mantiene inédito siempre va a quedar expuesto al cambio.

 La familia, el hogar y de alguna manera el país, la Nación como una amplia casa, mueven muchos de tus versos… ¿Qué te preocupa, qué deseas expresar y qué esperas recibir con la escritura?

Sé que es reiterativo decir que escribo por necesidad, eso es algo que comparten todos los que escriben poesía, pero tampoco es algo que pueda negarse. Escribo cuando necesito exorcizar un evento que ha dejado huella en mi vida y la poesía es mi manera de expresarlo. Espero que al final alguien pueda leerme, a fin de cuentas es lo que buscamos todos. Si he de recibir algo de la poesía, desearía que mis amigos puedan identificarme en mis textos, entonces habrá valido la pena.

 Liturgias y Peregrinaciones será publicado en la colección Analekta de Ediciones La Luz… ¿Cómo valoras el sistema editorial cubano actualmente? ¿Expectativas, qué esperas del libro una vez publicado?

Ediciones La Luz es una casa para mí, bellas amistades me ligan a esta editorial; también el trabajo, pues colaboro desde hace ya dos años con la programación y realización del sitio web de esta casa editora. Pero nada es comparable con la satisfacción de publicar mi primer libro con La Luz, es bien reconocido el amor y la dedicación con que hace sus libros, que son verdaderas obras de arte. Creo que especialmente el Sistema de Editoriales Territoriales (SET) está en su edad de esplendor, se están haciendo libros bellísimos y también se están publicando autores muy necesarios. Por la parte de mi libro, solo espero que tenga buena acogida, que le sea agradable a los lectores y que me busquen. ¡Estoy deseando firmar algún ejemplar!

Foto de portada: Del autor

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