Adiós María Dolores, llora el arte lírico

Vi cantar a María Dolores Rodríguez muy pocas veces, pero sí la vi llevar las riendas del Teatro Lírico Rodrigo Prats de Holguín con dedicación, contra los varios inconvenientes que significa dirigir una compañía con tanta historia y prestigio. Fue su primera figura y Directora General, y por más de treinta años podemos rastrear allí su impronta, bajo la influencia de sus maestros Raúl Camayd y Náyade Proenza, y otras figuras de la escena lírica.

foto tomada de facebook

A la soprano María Dolores Rodríguez, licenciada en Pedagogía y Música, perfil Canto, por el Instituto Superior de Arte, la vi emocionarse por los logros de sus alumnos en el escenario. Más de una generación de jovenes artistas la tiene como maestra. Muchos de sus alumnos –de los que se sentía verdaderamente orgullosa– ponen en práctica sus enseñanzas en varias partes del mundo, en reconocidas academias, compañías y teatros.

Desarrolló una amplia labor pedagógica: fue Profesora Auxiliar de la Filial de la Universidad de las Artes, filial de Holguín, institución docente donde contribuyó a formar los nuevos relevos, por las que tanto se preocupó, del propio Teatro Lírico Rodrigo Prats; integró la Comisión Nacional de Evaluación y la Comisión Nacional de Carrera en el ISA, e impartió clases en otros países. Era miembro de la Uneac en Holguín y se presentó en disímiles escenarios, como solista, en países de Asia, Europa y América.

Pensé entrevistarla, pero uno deja para mañana las cosas realmente importantes; las cambia por una sucesión de trabajos inútiles. Más de una vez conversamos y me contó sus estancias en Pionyang, Corea del Norte, la primera vez en el Festival de la Primavera, donde la recibieron y la despidieron como lo que era ella, una figura de primer nivel capaz de emocionar, sin importar idiomas, al más exigente melómano. Le asombraba como todo podía estar yermo, y el día de la celebración, los árboles florecían, y Pionyang era un jardín. Tuvo más de 40 obras en repertorio, entre óperas, operetas, zarzuelas y obras de concierto. Grabó para televisoras como CBS, ABC, TVE, CCTV, y fue laureada e invitada como jurado en diversos concursos nacionales y foráneos.

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Eran los días en que se preparaba el estreno de La viuda alegre, la última obra que dirigió, opereta en tres actos con música del compositor austrohúngaro Franz Lehár (1870-1948) y libreto en alemán de Victor Léon y Leo Stein, basado en la comedia L’attaché d’ambassade (1861) de Henri Meilhac. Entonces preparamos el programa de mano, amplio y cuidadoso como pocos en los que trabajé en esos meses, porque el Lírico, María Dolores y La viuda alegre, lo merecían. El Lírico de Holguín, después de un avant premiére, la estrenó en noviembre de 2019, y a inicios del próximo año, la compañía presentó, con buen éxito, la obra en Matanzas y en el Gran Teatro de La Habana.

Este 21 de agosto falleció, víctima de la Covid-19, María Dolores Rodríguez, considerada en los 90 nuestra cantante lírica más laureada. Holguín y Cuba, nuestra cultura, pierden a una de sus voces más hermosas, profesora y directora de una gran compañía. Los jóvenes intérpretes líricos, y los amantes del género, despiden a una maestra.

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