Telefoneándole a Dios en tiempos de pandemia

“Esta obra pudo bien llamarse El amor en tiempos del Covid-19 – sostiene el promotor del Centro Cultural Mejunje Alexis Castañeda Pérez de Alejo– con respecto a la más reciente entrega de la Compañía Mejunje. Una obra que narra los soliloquios de una anciana, desde ese (des)enfoque hilarante conque suele acompañar temas de hondo contenido humano y social.

Y es que “Si puedes tú con Dios hablar†se concretó por obra y gracia del confinamiento que durante la terrible pandemia varios artistas han revertido en producción creativa.

Según figura en pancarta promocional, “era una idea que llevaba tiempo punzando la imaginación de Ramón Silverio, pero el recogimiento en su casa con tiempo para precisar detalles, más la cercanía actuante del motivo que dio pie a la historia, pues llevaron al logro.â€

Así presentó Castañeda la puesta; y ratifican sus palabras la historia real contada por el Mejunjero Mayor, quien afirma que se inspiró en su propia vecina para concebir el personaje y en las anécdotas románticas que ella le contaba cada día de confinamiento, para darle color a la trama.  

Se trata, en esencia, de una anciana que espera la llegada de su novio Jorge, hasta que descubre que este había muerto, y entonces decide entablar una comunicación telefónica con Dios.

“¿Cómo usted está, y la virgen y los demás? Salúdelos de parte mía, sabe. ¿Qué? No, yo le dije a usted que usted es un hombre casado y yo no rompo matrimonio. Siga usted con la virgen que ustedes hacen muy linda pareja.â€

Ella lo que pide es que la reunifique con su pretendiente preferido, ya sea trayéndolo a él de vuelta a la vida o llevándosela al cielo. Dios, en efecto, parece escuchar su súplica, pero Jorge insiste en esquivas hacia la protagonista, y en sus zalamerías para con otras mujeres (también imaginadas por la anciana).

“Ay Jorge, ¡tú me las vas a pagar! ¡Sí señor, porque yo me voy a casar! Yo no sé si me case con el italiano, con el millonario, con Dio´, con… ¡pero esto no se va a quedar así! ¿Y sabes por qué? Porque yo todavía tengo mucho por vivir…â€

Encarna a esta graciosa señora la actriz Mayuli Hernández Sánchez, a quien se agradece la identificación con la soledad de una anciana, su apropiación del escenario y la identificación con el recurso escenográfico más importante, un andador; para regalarnos un personaje creíble en un ambiente sugestivo.

El diseño escenográfico, minimalista y de gran sencillez, hace prevalecer el histrionismo, el texto locuaz y la ambientación sonora. Esta última está estructurada a partir de diversas versiones de la pieza original de Alberto Domínguez que da título a la puesta, “Perfidiaâ€.

Pudiera decirse que el unipersonal “Si puedes tú con Dios hablar†es una amalgama tragicómica que nos invita a la reflexión desde la risa; pero que superpone la empatía y el respeto hacia quienes peinan canas. Más lejos del melodrama que rodea a la demencia fue concebida esta graciosa alegoría de la fantasía senil.

“…y mis penas, ¡mis penas sí saben nadar!â€

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