El trasfondo de toda obra creativa es un intento de revelarnos a nosotros mismos filtreando con la nostalgia. La condición humana como ente social propicia la aparición de fenómenos generacionales, grupales… El espíritu epocal completa un círculo que luego se recicla hasta la ruptura. Este punto es Ósmosis: un nuevo ciclo que penetra e intercambia con lo establecido en una influencia mutua; un nuevo espíritu que se revela y aprehende.
El Proyecto Ósmosis, gestado por el artista Yahiron Villalobo recoge a jóvenes graduados de las escuelas de instructores de arte y academias de Artes Plásticas de Las Tunas. Hijos pródigos que vuelven, no con las manos del derroche vano, sino con la obra construída desde su tiempo, invitándonos a ser cómplices o no de su visión. Muestra de ello fue la exposición colectiva inaugurada el pasado 25 de agosto último, en la galería Guernica de la Asociación Hermanos Saíz de Las Tunas.
Diecisiete artistas ofrecieron al público variedad de técnicas, desde la fotografía hasta la acuarela. Pese a sus diferencias en cuanto a estilo y temática, lograron captar esa frescura característica de una nueva generación. En general, discursan partiendo del simbolismo y el expresionismo con una sugerencia perspicaz. La muestra podrá ser disfrutada durante todo septiembre y pretenden sacar a la luz una nueva exposición para finales de este año.
El Proyecto Ósmosis propone el intercambio y la voz de un círculo que comienza a formarse desde la imagen hasta donde toquen sus arcos. La invitación es a no quedar fuera del trazado, a mancharnos de grafito y atestiguar, desde el centro, cómo crecen nuestros jóvenes creadores.
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