Luna de Oshun

La delata el desenfado, la soltura en el andar, la pose dividida entre la diva de la canción y la mulata sandunguera de movimientos dulces y sensuales. A ratos parece desbordarse y una en el público se queda con la impresión de que el micrófono irá al suelo para entregarse por entero a un baile de caderas africanas. Aun en los temas más íntimos en los que solo la acompaña el piano, ella adereza su torrente de voz dúctil con el vaivén de los hombros, con las manos que dibujan armoniosos círculos a su alrededor. Antes de que le pidiera a su Madre una bendición ya todo el Teatro Avellaneda de Camagüey lo intuía, Luna Manzanares es hija de Oshun.

Quizá porque Canto a Oshun carga el amor del primogénito, quizás porque ella misma se reconoce en la diosa de los girasoles y por eso le pone tanto gozo a éste, el primer tema de su autoría que presenta en el concierto ofrecido la noche de este jueves, en la Ciudad de los Tinajones, como parte de la segunda etapa de su gira nacional.

Las letras de Descemer Bueno que nacen ya en cuna de oro con solo llevar su firma, el Habaname de Carlos Varela, “la canción más linda que se le haya escrito a la ciudadâ€, el Adagio del Fauno de Raúl Torres, una fusión que suena a samba, entre otras, emocionan en el timbre sólido de Luna Manzanares.

Esa gracia natural de ganarse a los públicos le sonríe a Luna, tan coloquial ella, tan respetuosa y familiar con su audiencia. A platea llena cantó la Manzanares en Camagüey, cantó  también para Andrés, un señor que tiene garantizada su butaca en cada concierto, que ella le llama mi sol sostenido, que viene siguiendo la gira desde la provincia de Holguín.

Sin pedir permiso dividió al público en dos, los de la derecha entonarían la voz primera y los sentados a la izquierda estarían a cargo de la segunda. “Son afinadísimo. ¡Me basta!â€-dijo Luna condescendiente después de seducir a su público para que asistiera gustoso a esa clase de canto coral.

Y por si no bastara también los puso en pie de baile para despedir la noche. (¡Quién se resiste a seguirla!) Se le veía contenta a la habanera, en tierra central. Solo tuvimos por una hora y media a la ganadora del JoJazz y del Premio Cubadisco, se fue sin que el público reaccionara a tiempo para pedirle otro tema, como quien disfruta dejar con ganas de más, como quien sabe que ese público volverá, por su Luna de Oshun.

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  • cuando contenido y forma se unen en una creación periodistica el lector sencillamente se encanta. solo puedo decir que a esa hora del concierto dormía en casa, en Puerto Padre, pero acabo de disfrutarlo, gracias mi niña or permitirme desde tus letras asistir al concierto de Luna.

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