Cubadisco


Manuel Leandro: Confesiones de un Mortal

Hace dos años leí en el perfil de Facebook del cantautor holguinero Alito Abad unas palabras sobre los inicios de Manuel Leandro Sánchez (Manolito) en la música, una especie de pórtico y exhortación a escuchar una de sus canciones, de esas que se desgranaban entre trovadores en las tardes bohemias del parque Calixto García o en las peñas de la Casa de la Tova de Holguín: “Manu sabe como pocos de amor y de la ira que se esconde en un acorde, de lo mal que le quedaban esos 15 años para tanta belleza, lo avergonzábamos siempre presentándolo así, él reía con su timidez característica y subía a entregar el pechoâ€, dice.

Aferrándose a la belleza cruel de la poesía, con acordes de fondo, Manuel Leandro compone desde los 15 años, cuando empezó a interesarse por la música y la literatura. “A esa edad comencé a componer mis propias canciones y descubrí en la música una forma poderosa para expresar mis emociones, un lenguaje inmenso y emocionanteâ€. A menudo, me comenta, le inspiraban cosas que había escrito anteriormente, o textos de otros autores que lo marcaban de algún modo. Componer es la forma que le permite conectar profundamente con los demás y, sobre todo, con él mismo.

De la escualidez, lo triste y lo conmovedor han salido sus canciones. Su delgada figura, con la guitarra en ristre, las gafas oscuras casi siempre y el cabello largo, no oculta poses. Es parte de su esencia, de la timidez sincera y de su fuerza poética, que como un dios iracundo lanza en cada verso, en cada acorde, desgarrado por motivos que le punzan y laceran… el Alma.

El año 2007 supuso un giro importante en su inicios al obtener el Premio “Del verso y de la miel†en el apartado de Trova, galardón que se entrega como parte del certamen organizado por la célula de la Asociación Hermanos Saíz en el municipio de Báguanos. “Fue un momento importante en mi carrera. Ser reconocido por este concurso significó mucho para mí en términos de validación de mi trabajo y fue una oportunidad para darme a conocer en la escena musical local. Además fue la gran motivación para seguir explorando y creciendo como compositor. Por otro lado recuerdo que con el dinero que otorgaba el premio grabé mi primer demo, con el que me presenté para entrar a la Asociaciónâ€, comenta.

A partir de 2008 el auge de la trova en Holguín es notorio, a este movimiento te vinculas junto a Alito Abad, Fernando Cabreja, Raúl Prieto, Edelis Loyola… ¿Qué supuso para ti formar parte de la canción de autor y la trova holguinera?

“Crecer durante esos años fue una experiencia muy enriquecedora. Me permitió conocer a otros artistas talentosos y apasionados por la música, nutrirme de ellos. Además, la trova y la canción de autor son géneros que se centran en la poesía y en la composición cuidadosa de letras, lo que me llevó a explorar más a fondo la escritura y a mejorar mi habilidad como compositor.

“Ser parte de este movimiento también me permitió acceder a un público maravilloso, primero en la ciudad de Holguín, y luego en el resto del país gracias al sistema de eventos y festivales que promueve la AHS.â€

Muchos jóvenes y seguidores que escuchaban en las tardes de trova a estos cantautores quedaron prendados de sus versos, pues fueron ellos quienes marcaron momentos importantes en la vida del público y de la ciudad. La trova en Holguín fue, en esos años, un fuerte movimiento que agrupó a varias generaciones de artistas y poetas, y entonces la ciudad fue más bohemia y la trova fue una especie de reliquia, un objeto sagrado de su cultura.

Para no dejar morir ese empeño surge en 2016, por iniciativa del cantautor Raúl Prieto, la Feria de los Trovadores “avizorando en los músicos de su entorno un crecimiento orgánico que podía ser potenciado mediante la unidadâ€. Hasta hoy la Feria reúne a trovadores con diferentes estéticas, discursos y maneras de hacer.

¿Cuánto crees que aporta la Feria, como cantera de noveles músicos, al desarrollo del género?

“La Feria es lo que ha mantenido unidos a los cantautores holguineros. Es algo que debemos agradecerle a Raúl Prieto por soñarlo y desarrollarlo hasta hoy; y también, por supuesto, a las instituciones que han contribuido a que se sostenga cada mes. Espacios como este son una forma también de encontrar nuevas voces. Así como me sentí inspirado en mis inicios por esa magia, otros jóvenes descubren hoy la necesidad de compartir sus experiencias a través de la música gracias a estos encuentros, y por eso me siento agradecido de poder formar parte.â€

Manolito se ha nutrido de lo mejor del arte y la música de sus coterráneos, asimismo ha dejado su huella en varios espacios, materiales audiovisuales y libros como su cancionero Del aire soy, publicado por Ediciones La Luz en 2018, sus peñas en la Casa de la Trova, el espacio “Quiero una canción†en las Romerías de Mayo, y su sitio más asiduo y cercano “El Club de los Neciosâ€, en el café de la AHS holguinera, donde se presenta y comparte con su público.

“En el Club de los Necios no intento salvar el género musical como tal, sino al público que se reúne alrededor de él. La gente que asiste habitualmente allí, mayormente jóvenes, no tiene muchas opciones, ya sea por limitaciones económicas o por identidad estética. Hemos creado una especie de familia que intento proteger a pesar de todo. Esa es la razón fundamental por la que ha perdurado durante tantos años.â€

Recientemente su disco Mortal, producido por el sello discográfico Bis Music, ha sido nominado al Premio Cubadisco 2023 en la categoría de Trova, junto a La ruta del esclavo, de Gerardo Alfonso, y Vida a vida, con varios intérpretes, producido por Nelson Vila.

¿A esta altura de tu carrera qué connotación adquiere la nominación de Mortal, tu primer álbum de estudio, al Cubadisco?

“Fue una gran sorpresa. Esta nominación representa el reconocimiento al esfuerzo y talento de cada uno de los artistas y miembros del equipo técnico que trabajó en su producción. Además, estoy feliz de compartir este certamen con artistas a los que admiro y respeto profundamente.

“Por otro lado, agradezco inmensamente esta oportunidad, porque gracias a esta nominación Mortal ha conseguido maximizar su alcance, y eso, a fin de cuentas, siempre fue el objetivo principal: que la música llegue a la vida de todos los que la necesiten.â€

Este álbum, confiesa, no es más que el reflejo de una importante etapa de su vida, preguntas que quizás siguen sin respuestas. “En el álbum se reúnen nueve canciones que compuse en mis primeros años como cantautor. Grabarlas era una deuda pendiente conmigo y con las personas que comenzaron a escucharme en esa época. También por eso no fue difícil encontrar una coherencia conceptual; en general, todas giran en torno a las mismas preguntas o inquietudes que me acompañaron durante esos añosâ€.

¿Cómo valoras la producción del disco cubano y cuánto crees que influye en la obra de un joven trovador?

“La realización de un disco es importantísima en la carrera de un músico. En primer lugar, porque brinda la posibilidad de compartir el resultado de su trabajo con un número inmenso de personas, y es un proceso increíble de aprendizaje y crecimiento. Construir un disco es una asignatura completamente nueva y compleja; es necesario observar tu propia obra desde muchos ángulos diferentes y eso hace que descubras un universo de posibilidades. También es una gran responsabilidad saber que cada decisión que tomes, cada acorde, estará ahí para siempre.

“En Cuba, a pesar de no contar con un gran mercado discográfico, producir música es tan importante como en cualquier otra parte del mundo, e incluso podría tener una importancia aún mayor debido a las limitaciones de movilidad que tenemos los músicos aquí.

“A pesar de todo, cada año se presentan discos increíbles y a medida que el acceso tecnológico se hace más potente y accesible, también aumenta la calidad de las producciones en términos técnicos, tanto en sellos oficiales como en el florecimiento creciente de productos independientes.»

Manuel Leandro Sánchez se aferra cada vez más a lo sincero, aunque eso implique arriesgarse, sumergirse en zonas dolorosas o incómodas de su propia conciencia, porque es ahí donde habita quizás una verdad un poco más limpia. En cada nueva canción intenta, dice, ir un poco más profundo en ese sentido, aunque no cree que lo consigue siempre. Es un camino de aprendizaje, no sólo como creador sino como ser humano, como mortal; y eso es en definitiva lo más importante. Por eso siente que su música se parece a él, cada vez más.


Cubadisco 2021: El dilema de las nominaciones

Hace algunos años que la Feria de la Música Cubana Cubadisco —cuya vigésimo tercera edición se realiza este año de manera online, del 13 al 23 de mayo— genera opiniones encontradas a partir de cómo se organizan las diversas categorías y nominaciones. El esfuerzo loable por desarrollar el certamen en el marco de las irreparables consecuencias para la cultura que ha dejado la pandemia de la Covid-19, amerita aún la observancia de un diseño cada vez más a tono con la realidad de la industria y con la demanda de un público ávido de contenidos musicales de excelencia.

Me refiero no solo a lo que se promociona en los medios o en las redes sociales, sino también a lo que se “explica†y se “justifica†del diseño del evento más importante que tiene la música cubana en el año, sobre todo, en el papel que juega el criterio especializado y la participación de los expertos de la industria y los creadores —principales protagonistas del certamen— a la hora de decidir su funcionalidad. Es verdad que no debe dejarse al azar o a lo que dicte la mayoría, la decisión final de quiénes son los nominados o premiados —para eso trabaja gran parte del año el grupo consultivo del Premio—; pero sí esclarecer qué función tiene la votación (ya sea o no por un premio de popularidad o de los medios especializados) que justamente se colocó esta vez en la plataforma Streaming Cuba y a cuyo link solo se accede a través de la telefonía móvil.

¿Todos tuvieron acceso? ¿Se comunicó eficientemente esta posibilidad que no se había tenido en años anteriores?

Las redes sociales han venido a suplir un espacio cada vez más importante de socialización de contenidos en un país que cada año incrementa su acceso a Internet. Pero, ¿cómo se redirecciona a los públicos hacia esos contenidos?, ¿es el espacio online suficiente para llamar la atención sobre un evento de relevante importancia para la cultura cubana? Si bien es un logro que un canal especializado como Clave haya engrosado su parrilla con los contenidos del certamen 14 horas de transmisiones diarias, creo que habría que redireccionar esa parrilla hacia otros canales y horarios estelares necesitados de buenos contenidos musicales (los espacios de las noches de sábados y domingos por Cubavisión, por ejemplo, donde en otros momentos se han programado). Lamentablemente, en Cuba todavía todos no tienen acceso a Canal Clave.

Conciertos para un Premio y Documentales para un Premio, preparados específicamente para resaltar la labor y resultados de Cubadisco, son materiales de excelente calidad que debieran socializarse con más regularidad y en diversos medios y soportes. También el espacio Tienes la Palabra, que ha organizado en las tardes el Ministerio de Cultura y la red de Streaming Cuba, y donde han comparecido con sus criterios varios musicólogos y especialistas, ameritaría un lugar más relevante en los medios tradicionales de comunicación.

Pero sin dudas, la parte que sigue generando más opiniones cada año en el diseño de Cubadisco, es la manera en que se organizan las nominaciones y las categorías a premiar. Debo reconocer lo difícil que resulta organizar coherentemente dos años de producciones fonográficas (la edición de 2020 no se realizó por los efectos de la pandemia) y la amplitud de categorías surgidas este año por esa particularidad. Sin embargo, aún quedan lagunas conceptuales que movilizan la opinión especializada, de los públicos y de los propios músicos participantes.

Sigue la dicotomía dentro de la Música Urbana, donde no calificamos certeramente a ciertos géneros mal vistos por la política cultural: acabemos de llamar al reggaetón por su nombre si lo vamos a nominar y a premiar. El rap, la cultura hip-hop, la escena electrónica y otros géneros también concebidos desde la urbanidad engrosan esa categoría, ¿por qué el eufemismo con un género que ha evolucionado y cuya popularidad y dinámicas de producción y promoción crecen por días?, ¿acaso sus valores musicales, ponderados por un jurado que nomina, no son suficientes para legitimarlo?

El criterio cuantitativo no debe ser el único medidor a la hora de organizar y diseñar las categorías en Cubadisco. Los criterios de selección y organicidad deben buscar el equilibrio representativo de lo que se produce musicalmente en un período, pero también de cómo se produce y cuáles son las tendencias más actuales de esa producción dentro de la industria. A mi juicio, ya es hora de que una categoría como el single, cuya práctica de producción está legitimada a nivel mundial, se nomine. Incluso, músicos cubanos de reconocida trayectoria como Leoni Torres o X Alfonso, como también la mayoría de los defensores de la escena urbana, diseñan sus lanzamientos y producciones de esta manera (el propio Leoni Torres, después de Salseando, no produjo un CD completo hasta este 2021, ¿por eso no tiene derecho a estar y competir en Cubadisco?) Algunas de las reflexiones sobre el tema ya fueron expuestas en el espacio Tienes la Palabra, donde las musicólogas Yentsy Pérez Rangel y Leannelis Cárdenas expusieron el asunto. Cubadisco tiene también la misión de orientar, de marcar pautas para la producción fonográfica en Cuba. La inserción de esta categoría obligaría a las disqueras cubanas a cambiar para bien económico y promocional sus producciones, algo que ya hacen algunas pero que solo se generaliza a la hora de hacer campañas políticas o de bien público.

En el mismo sentido, si hemos pasado casi dos años elaborando contenidos caseros o los llamados lives,  potenciados incluso desde la institucionalidad para dar salida a la obra de los músicos en los llamados conciertos Estamos Contigo, por qué no se tuvo en cuenta esta categoría que ya han introducido otros certámenes como el Lucas, por ejemplo. Hay también calidad en varios de estos materiales, capaces de competir y servir a la vez de estímulo a quienes no han parado su creación incluso en los momentos más difíciles de la pandemia. De eso también trata la labor de un artista, de buscar soluciones, de ser lo suficientemente creativo a la hora de hacer llegar su obra al público.

Es difícil —repito— lograr uniformidad dentro de la gran variedad de producciones recibidas. Defiendo incluso la inclusión de categorías que este año muestran ciertas zonas pobladas de la producción, como el caso de Antología/Versiones o Nuevos Cantautores (aunque esta última todavía es muy discordante con su hermana mayor, la tradicional Ópera Prima), pero incluso, la existencia de estas u otras categorías no debió imposibilitar la participación de obras que muy bien funcionaban en otras, amén de que creciera el volumen categorial. Por ejemplo, ¿que imposibilita que un excelente disco como A romper el coco, ubicado en la categoría Tradición Sonera del área de música Patrimonial, concurse igualmente en Antología/Versiones?, ¿acaso no es también un disco de versiones? Lo mismo pudo suceder con A Journey through Cuban Music, de Aimée Nuviola, disco de versiones pero también de música bailable (categoría en la que ganó un Grammy Latino); o con ¡Ay! Mamá Inés. Llegó la Valdés, cuya excelente intérprete pudo también participar en Cancionística; o con un disco experimental de electrónica y música house como Deja la bobería de Dj Reitt & Shanara, conformado por versiones a temas antológicos de la música popular cubana, que pudo a su vez estar también en Antología/Versiones.

Sirvan estos ejemplos como botón de muestra del problema, pero existen otros muchos dentro de los nominados de este año. ¿Por qué las cuotas? Si hay diez buenos discos en cada categoría, debieran estar nominados como corresponde, como sí ocurrió en las categorías Audiovisuales, en algunas de las cuales hay seis, siete y hasta ocho concursantes. Más importante resultaría analizar precisamente las áreas de silencios que todavía existen y que no llenan ni convocan categorías en importantes géneros de la música cubana desatendidos o no promocionados por las disqueras, algo que ha señalado por estos días el crítico Oni Acosta.

La diferenciación etaria está bien para llamar la atención sobre cierta superproducción cualitativa en determinados géneros, pero ha sido una práctica de los últimos Cubadisco el separar competitivamente a los jóvenes de los consagrados, sobre todo en la música popular bailable o el jazz, y esto no me parece estratégicamente correcto. Este año, dada la cada vez más creciente participación de los jóvenes, surge Nuevos Cantautores y ninguno de los nominados en esa categoría participa en otras donde debieron estar: Nueva Trova, Canción Contemporánea o Cancionística, por solo mencionar algunas de las probables. Cubadisco premia la mejor producción de un año, ningún consagrado va a dejar de serlo por “perder†en buena lid con un joven; sin embargo, para un joven músico es muy importante saber que compitió con los mejores exponentes de su género.

Por último, quiero hacer referencia a un debate bizantino que ha avivado por estos días el maestro Joaquín Betancourt, Premio Nacional de Música, en sus perfiles en redes sociales, y que tiene que ver con el reconocimiento de los arreglistas, repertoristas y productores musicales.

En la última edición fue reconocida con el Premio al Productor Élsida González, productora ejecutiva del disco que a la postre se alzó con el Gran Premio, Saxofones live sessions; anteriormente, en 2018, debemos suponer que Jorge Aragón, productor del disco Libre de pecado. Beatriz Márquez canta a Adolfo Guzmán ganador del Gran Premio y de varias categorías, quien recibió a la par el reconocimiento con la intérprete en la gala de premiados, fuera el Productor de ese año. Debo suponer que este año igualmente se dé el premio que quizá resulte del Gran Premio Cubadisco 2021. Pero, ¿por qué no se nomina igualmente esta importante especialidad en una categoría? Digo más, ¿por qué no se estimula debidamente la notoria labor de estos especialistas, igualmente músicos, sin los cuales la producción fonográfica no existiría?, ¿por qué, aunque no resulten premiados en Cubadisco, no se reconoce su labor en otras tantas producciones que desarrollan en el año y que son nominadas o premiadas en otros certámenes? (sirva de ejemplo puntual este año, el caso de Roniel Alfonso, premiado en el Grammy Latino 2019 con el disco A Journey thruogh Cuban Music de Aimée Nuviola; o el de los cubanos nominados al Grammy Latino 2020).

Estas y otras reflexiones siguen moviendo el análisis de Cubadisco 2021 y es bueno que así sea, la polémica demuestra que la música cubana sigue estando viva y que constituye la piedra angular de las manifestaciones artísticas de la cultura cubana.


EL DISCO DE LA SEMANA. Añejo XXV, Tendencia

*Tomado de Cubarte

Ahora que las medidas tomadas en nuestro país para evitar la propagación de la Covid-19 han dado al traste con la suspensión de Cubadisco 2020, a desarrollarse entre el 15 y el 23 de mayo de 2021, según nota oficial del Instituto Cubano de la Música; este espacio continúa acercándose a los fonogramas aspirantes a nominaciones en el evento más importante de la industria musical y discográfica de Cuba.

En esta ocasión nos referiremos a Añejo XXV, perteneciente a la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales, Egrem, última producción discográfica del pinareño grupo Tendencia que, sin dudas, debe estar entre los propuestos en el área de música Rock.

Fundada en 1994, Tendencia arribó en el 2019 a sus primeros 25 años. Banda fundamental en la escena del rock cubano, es portadora de una sonoridad donde se mezclan la intensidad del rock más apasionado junto a la alegría y el ímpetu contagioso del Caribe, definida como Metal Mestizo o Etno Metal, que ha marcado una etapa de búsquedas y hallazgos donde se mixtura el groove metal con elementos de la música afrocubana: rumba, conga y tradiciones folclóricas de percusión.

Con varios demos grabados y cuatro discos anteriores: Re-evolución (System Rock, 2002), Rebeldes (Egrem, 2005), Confidencial (Santo Grial Producciones, 2009) y Cargando cruces (K-100/Antipop Prod., 2018); sabe lo que es ganar Cubadisco (Ãlbum del Año, 2005), además de obtener un premio a Mejor video de rock en Lucas (2011) y Premio Cuerda Viva (2014). Añejo XXV, su quinto álbum de estudio, compila diez temas y un bonus track con canciones incluidas en placas anteriores que, de manera especial, marcan el recorrido musical de la banda en estos años: “Moñungaâ€, “Egofiliaâ€, “Aché pá téâ€, “Pal chapeaoâ€, “Al macheteâ€, “Payasoâ€, “Por tus venasâ€, “A degüelloâ€, “Mr. Fula†y “Miedo internoâ€. Resulta una recreación y una especie de vuelta antológica que reafirma el sonido característico de Tendencia como uno de los pilares del rock nacional en las últimas décadas. El sonido gutural característico del metal se vuelve aquí una añoranza sentida por el buen rock, lo que a la vez combina esa necesidad de creación auténtica con la mezcla de los tambores y ritmos afrocubanos. En ese sentido, temas como “Moñunga†(“Ritual en cazuelaâ€) es muy evocador en la búsqueda de una sonoridad “afrorockeraâ€, a la vez que otros como “Mr. Fula†o “Miedo interno†cumplen el cometido de crónica social más cercano a géneros como la trova.

  

Con dirección general y producción musical de José E. Mederos (Kiko Tendencia: guitarra, teclados y coros), la banda a regrabado estos temas con la participación de Aniel Barrera (voz), Sergio Puente (guitarra), Jorge Alfredo Carballo (bajo), Enmanuel Pujol (timbal, congas y tambores batá), Lázaro Hernández (drums) y la colaboración especial de David Blanco en el tema “Al macheteâ€, erigido en clásico del metal doméstico. La producción ejecutiva estuvo a cargo de Adriana Pazos; la grabación, mezcla y masterización de Daelsis Pena y José Raúl Varona; la fotografía de Gabriel Dávalos; y el diseño de Raúl Muñoz.  

Como siempre, les dejo este link de youtube con el performance en vivo de Tendencia tocando uno de los temas incluidos en esta placa, “Mr. Fulaâ€:


El Viaje, Zule Guerra

*Tomado de Cubarte

Por segunda ocasión llega a este espacio Zule Guerra, vocalista y jazzista cubana que nos presenta este año su última producción fonográfica y primer CD de estudio: El Viaje, perteneciente a la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales, Egrem. Consecuente con su incursión dentro del llamado Nu jazz, es este un fonograma que se perfila como un fuerte contrincante dentro del género en el próximo Cubadisco 2020.

El talento de Zule Guerra como cantante y vocalista ha sido reconocido con un premio JoJazz de Interpretación en 2013, Gran Premio y Premio de la Popularidad en el Festival Slavianski Bazar 2014 y un Premio de Oro en el Festival de las Artes Baltic Stage, Letonia, 2015. Ya sabe lo que es ganar un Premio Cubadisco en Ópera prima fonográfica y audiovisual con Blues de Habana (Egrem, 2016), además de ser nominada en el 2018 con su EP independiente Sesiones de Vitrola. Su participación ese último año en el Festival Artes de Cuba, organizado por el Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas de Washington, fue de las más ovacionadas por el público y la crítica especializada.

A la exquisitez musical e interpretativa de este disco, debe añadirse la autoría de todos los temas a cargo de la propia Zule. El Viaje nos propone eso: el andar por la vida de una artista que devuelve sus vivencias en trascendentes imágenes musicales, que coquetea con una amplia variedad de estilos, desde el palo monte a la canción afrocubana (excepcional sentido del tempo en «Canción para que Luis se duerma», que recuerda por momentos el «Drume negrita» de Bola de Nieve), pasando por el latin jazz y las obvias influencias de la música cubana. Vuelve a poner de manifiesto sus dotes interpretativas, su amplio rango vocal y el poderío técnico y expresivo de su voz; sobre todo, el dominio del ska que tan certeramente utiliza en temas como «Criolla en blues» o «Sweet and big orange hope».

Disco acústico este, donde la improvisación llega en acordes más claros, sobre todo de la mano de la guitarra y el drums. En ese sentido, se deben destacar los arreglos de Jesús Pupo y la producción musical de Ernán López-Nussa. Elenco acompañante de lujo con el propio Pupo en el piano, Héctor Quintana en la guitarra, Samuel Burgos al bajo, Denis Boffil en la percusión, Marcos Morales en la batería , Emir Santa Cruz en el saxofón y Alejandro Delgado en el fliscorno. Con Yoana Grass en la producción general, completan el equipo de realización Alfonso Peña en la grabación y mezcla; Siavash Mozaffari en la masterización;  Arien Chang y René Rodríguez en las fotos; y Marla Cruz en el diseño gráfico.

Para la promoción de este disco en las plataformas digitales, hace unos días se lanzó el EPK que acompaña su presentación. En él su autora explica las interioridades y motivaciones de este viaje:

 

Recuerde: si va a viajar, que sea con buena música.


“Seguir haciendo músicaâ€

La música electrónica tiene ya unas cuantas décadas de historia y uno de los principales problemas que frenan su desarrollo en Cuba es la falta de escenarios para los artistas del género. Por demás, hay artistas que se salen de la norma y son calificados dentro un gran grupo como “música alternativa†o “arte undergroundâ€, a pesar de su gran diversidad.

Sin embargo, cuando eres un amante de las fiestas de DJs y vives tus noches al ritmo de las máquinas, la inserción de esta modalidad sonora en los centros nocturnos habituales de la ciudad podría ser la clave para quienes desean disfrutar de propuestas musicales más atractivas.

En la búsqueda de un sello individual y común a la vez, surgió en el 2016 un proyecto musical que hoy se abre paso desde el Camagüey legendario para el mundo, con el ímpetu del buen arte hecho por jóvenes.

La Jornada de Música Electrónica Beat 32, auspiciada por la filial principeña de la Asociación Hermanos Saíz, llegó a su cuarta edición para proponer nuevas prácticas de producción y difusión cultural favorecidas por el desarrollo tecnológico, siempre en sintonía con la creación.

Sobre este evento y el trabajo que realiza la AHS en la promoción de este género musical el Portal del Arte Joven Cubano conversó con uno de sus organizadores, Richard Castro Pimentel, más conocido como Dj Richy.

festival beat32/ Foto de Alejandro Rodríguez Leiva

¿Cuáles son los retos de organizar y producir un festival como el Beat 32?

El 1er reto es lograr que cada año se realice un festival con una gran dosis de compromiso, entrega y seriedad de quienes trabajamos todos los días para fomentar una cultura de la música electrónica en la provincia.

La cita propuso eventos teóricos que abordaron temas como la música electrónica en Cuba por el Dj Leo Milano procedente de La Habana, conferencias de marketing y producción de este tipo festivales en el país. Además de los conciertos en la Terraza Arte Joven de la AHS y los Boiler Room acompañados por la muy esperada Carpa Tatoo con exponentes del arte corporal y del tatuaje.

En esta edición contamos con la participación de algunos de los mejores exponentes del género de las provincias de La Habana, Matanzas, Villa Clara, Holguín y del territorio, oportunidad de recreación y sano esparcimiento para todo el público seguidor.

Dj Michela en la apertura del Festival de Música Electrónica Beat 32/ Foto de Alejandro Rodríguez Leiva

Con la creación del Beat 32 hemos ido ganando en recursos técnicos y en espacios dentro de la Asociación Hermanos Saíz destinados a la promoción del quehacer de los Djs.

Esta idea surgió a partir de la necesidad de fomentar la cultura dance, una vertiente artística que genera emociones, estados de ánimos, sentimientos, ideas, posiciones, entretenimientos y espacios para el intercambio entre los jóvenes porque les da la oportunidad de reencontrar a amigos de todo el país con los que casi nunca pueden compartir su música y sus conocimientos, al tiempo que las sesiones teóricas les proporcionan nuevas herramientas para sus creaciones.

¿Cómo llegas a la AHS?

Llegué a la AHS en el año 2016 como el primer productor de música electrónica que entraba en esa sección y comencé a colaborar en peñas como Karma People que dirigen actualmente los Djs ChapaX3MO y Nergal. Además, me vinculé con los proyectos socioculturales Cine en los Barrios y Golpe a Golpe para llevar la música electrónica a las comunidades rurales y barrios alejados del centro de la ciudad y brindar así una propuesta novedosa que los jóvenes esperaban cada noche.

Conferencia sobre la Música Electroacústica y tradicional en el Conservatorio de Música José Antonio White/ Foto de Alejandro Rodríguez Leiva

Sin dudas, la AHS me abrió las puertas, me dio una vía de apoyo y la plataforma necesaria para difundir la labor de los Djs que intentaban formarse un sello creativo propio y que todavía lo hacen.

Richard, nos hablabas de los espacios que ha creado la AHS para la difusión de la música electrónica en el territorio. ¿Qué es Fractal House?

Fractal House es un proyecto mío y de un grupo de amigos. Un día nos reunimos los DJs productores Mad David, Nergall y Xami y “cocinamos†este sueño para difundir los distintos géneros y subgéneros de la música electroacústica propia e internacional con elementos tradicionales que se nutren de nuestras raíces esencialmente cubanas. Todo con el objetivo de que los jóvenes conozcan lo que hacen nuestros artistas, porque son ellos su principal destinatario.

Actualmente Fractal House tiene su peña en la Casa del Joven Creador y en la sede del Proyecto EJO de la ciudad de Camagüey, en estos espectáculos vinculamos a los  Djs y VJs, con audiovisuales que ayudan a construir la historia propuesta en sus temas. Además de insertar a bailarines y actores teatrales para una puesta en escena más completa y atractiva.

Nuestros planes futuros es hacer una gira por todas las universidades de Camagüey, y si es posible de otras provincias, todo depende del apoyo que nos puedan brindar las instituciones.

Richy, a tu entender se puede realizar música electrónica sin tener una formación académica…

En mi caso, de ser un artista empírico a formar parte del staff de Djs productores del Laboratorio Nacional de Música Electroacústica significó mucho, sobre todo en el ámbito profesional, porque fue el resultado de todo el trabajo que anteriormente venía realizando en la AHS.

Dj Leo Milano y Dj Richy Castro con estudiantes del Conservatorio de Música José Antonio White/ Foto de Alejandro Rodríguez Leiva

Pero sin dudas, hay que dedicarle muchas horas de estudio. Soy de los que piensan que se nace con el “bichito de la músicaâ€, ese que te estimula a levantarte todos los días y que lleva el esfuerzo continuo y el empeño diario para lograr superarse en un mundo musical competitivo y que constantemente evoluciona.

Así que no importa si eres aficionado o laureado, la profesionalidad, el amor por lo que haces y el talento deben ser los rasgos en común entre todos los artistas.

¿Cómo comienza este año para Richard Castro?

Ahora mismo estoy nominado a los premios Cuerda Viva y con vistas a presentarme al Cubadisco y he tenido la oportunidad de firmar con tres disqueras internacionales, pero lo más importante es seguir creando y desarrollándome como artista.

La música para mí es un modo de vida que hasta el día de hoy me enamora, así que mi plan es seguir haciéndola y dar mi granito de arena para que en Cuba haya un movimiento real de música electrónica.


Rumbávila Fusión pone en alto el nombre de Cuba

Con un repertorio consolidado en el arte de lograr una rumba fusionada con ritmos haitianos, la agrupación Rumbávila Fusión ha llevado su música hasta el Festival Viva la Salsa, efectuado en Perú por estos días, y que se prestigia con artistas de gran valía y con noches interminables de conciertos.

Su presencia se hizo efectiva a partir de la invitación lanzada por Producciones Abdala, compañía que ha avalado su producción discográfica y su primera presentación aconteció el jueves 3 de octubre.

En el cronograma de presentaciones también se incluyen artistas cubanos como Los Van Van y Alexander Abreu y Habana D’ Primera, así como otros internacionales entre los que figuran Jerry Rivera, Víctor Manuelle, Tito Nieves y Alberto Barros.

Bajo la dirección de Ariel Gallardo Ruíz (El Goma), los músicos y bailarines de Rumbávila Fusión dejaron escuelas, dulcerías y los más disímiles oficios para sincronizarse musicalmente en este proyecto, cuando era solo eso: las ganas de unos cuantos de fusionar la rumba con los ritmos haitianos.

De presentaciones ocasionales y una plantilla conformada de a poquitos, pasaron a conquistar sistematicidad en las carteleras culturales, a codearse con los grandes del género en numerosos eventos, y a atesorar premios y reconocimientos.

Su primer fonograma llegó en el año 2015, con el título Defendiendo mis raíces, bajo el sello Unicornio de la casa productora Abdala, y en el segundo, La esencia de mi rumba, logran 12 temas que sin desligarse de la sonoridad y la métrica que los identifican, mostraron ritmos más acabados y variopintos. Entre ellos destacan La esencia de mi rumba y la versión musicalizada del concepto de Revolución, canciones que cuentan ya con videos-clips de amplia repercusión en la televisión nacional.

Si bien han dado de qué hablar y su hoja de vida en la música ya engrosa varias nominaciones a los Premios Lucas y al Festival Cubadisco, el mejor galardón llega con el aplauso de sus seguidores que encuentran en sus composiciones motivos suficientes para bailar y rendir homenaje a la rumba, género musical declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.


Ashé pa´ los Negrons

Cuando era difícil triunfar con carreras individuales en Bayamo, crearon lo que se llamó la Afroindustria, proyecto que reunía cerca de diez agrupaciones de rap y hip hop, y después de un par de años, en el 2006, nació Negrons.

Ganadores del Premio Cubadisco 2019 en la categoría de música urbana con el álbum Binary, los integrantes de esta agrupación defienden nuevas formas de hacer dentro del género, como asegura Ramón Sánchez Pérez, líder del grupo.

“El hecho de ser de Bayamo hace que seamos distintos desde nuestra forma de hablar, tenemos otra cadencia, otra melodía, y el estilo del rap es muy parecido en las agrupaciones. Nosotros rompemos un poco con eso porque tratamos de mover al público, darles un mensaje, pero también hacerlos bailar. Tratamos de mezclar géneros como el funk, el reggae, el dancehall…usamos el rap pero no en su esencia más pura. En nuestras canciones puedes escuchar mezclas de rap con guaguancó, rumba… Siempre está presente la música cubanaâ€.

“Todo grupo tiene su sello, pero en el rap se hace casi todo under ground y no tan comercial, y nosotros desde que fuimos en nuestros comienzos a un Festival el Holguín descubrimos nuevas formas de hacer Rap, no sólo under ground, sino algo similar a lo que hacía Madera Limpia (Guantánamo), y Tolerancia (Holguín). Ahí vimos que se pueden hacer otras cosasâ€.

Casi desde los inicios, Negrons integró la Asociación Hermanos Saíz, institución que los apoyó totalmente y gracias a la cual realizaron sus primeras peñas en la ciudad de Bayamo. Incluso la AHS financió el primer disco del grupo «Contratiempo».

Por motivos personales y posibilidades de superación profesional, los jóvenes músicos de formación empírica llegaron a La Habana, para abrir así una nueva etapa para Negrons, agrupación que ya habían  profesionalizado en el 2012 en Bayamo.

“Llegar a La Habana fue difícil porque tuvimos que comenzar desde cero todos los procesos. En ese punto tienes que reinventarte solo, tener trabajos extras, y representa un sacrificio doble.â€

https://www.youtube.com/watch?v=byUkuuQ1Z48

Tras algunos meses de intenso trabajo en la capital, las presentaciones se volvieron un poco más habituales, y Negrons comenzó a subir a los escenarios como invitado en diversos espacios, hasta que lograron crear una peña habitual en los jardines del Teatro Mella.

En el 2015 tuvieron una nominación para el premio Cubadisco con el fonograma Que onda, grabado también en Bayamo.

“Creo que la forma de interpretar y ver la música nos hace diferentesâ€, afirman sus integrantes, “porque nosotros tomamos el hip hop y el rap como base para las fusiones que hacemosâ€.

Para estos graduados universitarios que decidieron apostar por la música no hay obstáculos grandes, cualquier sacrificio ha valido la pena cuando suben al escenario y entregan al público esa mezcla de ritmos a la cual no puedes mostrarte indiferente. Con la música de Negrons afloran nuestras raíces congas y carabalíes, la cubanía se desborda cuando los toques de tambor te anuncian “Soy guajiro, vengo del monte…así que Ashé pa´mis Negronsâ€.

https://soundcloud.com/user-84193165 

 

 

 


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