Javier Darío Canales Azcuy


En el bautizo de Perséfone teatro corrió bastante agua

Asumir la memoria desde el otro lado, deconstruir sus proyecciones generacionales desde una metáfora que no podría ser solo sinécdoque simbólica a los ojos de los que no vivimos una sola de las diásporas; metáfora y paradoja a un mismo tiempo: volver sin haber partido nunca. El árbol de los gatos, de Elaine Vilar asalta los núcleos del imaginario del «otro expatriado» (que no es solo aquel que se fue) desde la añoranza, pero no una sola, si no todas, desplazándose desde el centro mismo de la familia y la tragedia personal hasta el papel del intelectual que encuentra un asidero en la  otredad a la que te empuja el exilio (físico o existencial), y a la desmemoria y la desilusión que pare esa misma otredad cuando se pretende concretar el nostos y este se nos aparece inerte, justo en frente, daga más que bálsamo, «¿acaso he visto esta daga antes?». [+]