humor cubano


El humor: el arte de la creatividad y la inteligencia

El humor es el arte que se vale de la creatividad y la inteligencia para lograr la salud del ser humano expresando su necesidad a partir de la ruptura, la transgresión y la osadía, y ejerciendo la crítica a través de la comunicación con el talento. Se apoya en cualquier filo que le permita discernir, en un contexto determinado, su inquietud para dar la alerta a partir de la seriedad y la reflexión.

Fueron esas algunas definiciones que compartió, recientemente, Enrique Amador Quiñones (Kike), director del Centro Promotor del Humor. A partir de esa concepción —quienes pudimos escucharlo en el Primer Taller Nacional de Prensa, Humor e Identidad, en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí—, comprendimos mejor que el humor tiene que parecerse a los días que se viven.

Ello se evidencia al analizar la línea única que ha seguido el humor cubano, desde el propio nacimiento del bufo hasta la actualidad, como apuntó Kike, quien para ello realizó un recuento de los momentos más significativos de la trayectoria nacional en ese ámbito. “El teatro vernáculo es la reelaboración del bufo y maneja la sátira a partir de sus personajes: el negrito, el gallego y la mulata; ellos reúnen las características de lo que somos como cubanosâ€.

Aunque muchos pudieran pensar que con el triunfo de la Revolución desapareció la sátira social no ha sido así. Basta pensar en algunos espacios esenciales en la potenciación de dicha tradición: el teatro musical, del dramaturgo Héctor Quintero, el programa radial Alegrías de Sobremesa, de Alberto Luberta Noy, y los guiones de Enrique Núñez Rodríguez para el gustado espacio televisivo San Nicolás del Peladero.

En todo este debate valen las aclaraciones de la cineasta y directora de televisión Magda González Grau, quien al participar en el Taller rememoró algunos de los programas humorísticos insignes de la pantalla cubana: Punto G, ¿Jura decir la verdad?, Detrás de la fachada, San Nicolás del Peladero, Deja que yo te cuente, hasta llegar al “sobrevivienteâ€, como diría ella, Vivir del Cuento.

“En este último nos vemos de alguna manera retratados, o por lo menos representadosâ€, expresó la cineasta, quien además agregó que “debemos recuperar esos espacios en la televisión, en la medida en que el cubano se sienta identificado con la situaciones políticas presentadas desde la sátira social, reflexionará sobre lo que somos y sobre lo que deberíamos ser. Ese sería el aporte del humor a esa sociedad que deberíamos serâ€.

Otro criterio valioso fue el de la escritora y realizadora de programas radiales Caridad Martínez, quien afirmó que “el humor en la radio prácticamente ha desaparecidoâ€, y planteó la necesidad de aunar fuerzas entre el propio Centro Promotor del Humor y el Instituto Cubano de Radio y Televisión para recuperar el género en un medio tan importante como el radial.

El actor Osvaldo Doimeadiós defendió la participación de los humoristas en el destino político del país, pues como ya habíamos apuntado “el humor tiene que parecerse a los días que se vivenâ€. Y dijo más: No se puede concebir ningún proyecto de país con él ausente, pues no seríamos nosotros.

Sobre este mismo asunto,  Arístides Hernández, Ares, caricaturista y vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba defendió que este arte debe “ser la contrapartida y señalar a través de la sátira social los errores que estamos cometiendo en la sociedadâ€. Y Ricardo Ronquillo Bello, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba, apuntó que existieron etapas de la prensa cubana en la que se mantuvo muy activo.

Añadió que en ese empeño nacía este Primer Taller Nacional de Prensa, Humor e Identidad. “Su celebración forma parte del empeño de hacer un periodismo más cercano a la idiosincrasia del cubano. En la construcción de un nuevo modelo de prensa para nuestro socialismo, se debe saldar la gran deuda editorial con el humor como variable comunicativaâ€.

El humor arroja luz sobre lo común y lo cotidiano y una de sus funciones más importantes es satirizar para hacer reflexionar. Es por eso que nuestros humoristas han decidido aunar esfuerzos y situarlo en el lugar que merece. Pero para ello hay que seguir insistiendo y no renunciar al empeño de mover el pensamiento. Estar prestos para todas las batallas y dialogar, como recomendó Ignacio Hernández, director del programa Vivir del cuento.

En esta pretensión el Centro Promotor del Humor, que cumple ya 25 años de creado, es una pieza clave pues ha contribuido a profesionalizar y atender, así como ayudar en la formación y desarrollo de quienes, a lo largo y ancho del país se dedican al humor de forma ocasional o permanente. Con su amplio y diverso programa de giras, estrenos y reposiciones de espectáculos que abordan disímiles temas de nuestra realidad, con un humor inteligente que critica, satiriza y hace pensar mucho puede lograrse.

Sabemos que el humor es un componente indispensable de la condición humana, y en el caso de los cubanos tenemos una manera linda de expresar el humor cotidiano, el de la calle, de la gente común, ese que sale de los comentarios y de las frases picantes, lo cual nos distingue sobre otras nacionalidades. Incluso se afirma que el cubano es capaz de reírse hasta de su propia desgracia.


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