alexander hernández chang


Unidos por un mismo ideal

Subían y bajaban del lomerío con las palabras en forma de verso. Alegraban las noches en el corazón del parque Serafín Sánchez Valdivia o en una esquina de cualquier calle. Proponían esculturas con dimensiones llamativas. Daban vida, color y sonidos bisoños a la quieta ciudad.

En su mayoría, olían aún a escuelas habaneras o villareñas. Consumían expresiones artísticas renovadoras; discursos desafiantes para algunos, alarmantes para otros. Eran capaces de arrastrar a unos cuántos curiosos, y a otros ya convencidos de la valía de la oleada de jóvenes con muchas ganas de hacer y que poco a poco rompieron filas para integrarse al contexto cultural espirituano.

“Como en el resto del país, los artistas jóvenes estábamos agrupados en la Brigada Raúl Gómez García, la Brigada Hermanos Saíz y el Movimiento de la Nueva Trova. Mas, como resultado de la lógica en el desarrollo como creadores llegó la necesidad porque lo fue así, una necesidad de unirnos todos como Asociación Hermanos Saíz”, recuerda con detalles Carlos Manuel Borroto, protagonista de aquel contexto.

El arte joven espirituano siempre ha revolucionario las instituciones culturales/Tomado de los archivos de la AHS

Desde hacía meses, se hablaba de esa fusión, no bien aceptada, según la memoria colectiva de los protagonistas de aquel contexto, por todo el gremio por los temores propios que genera lo nuevo. Sin embargo, tras largos debates en busca del bien común, se aprobó, el 18 de octubre de 1986, en el Encuentro Nacional de Jóvenes Escritores, Artistas y Técnicos de la Cultura.

“Fue el momento en que se materializaba y fortalecía el sistema institucional de la cultura. Por tanto, el mecanismo para el intercambio estaba también”, rememora Juan Eduardo Bernal Echemendía (Juanelo), otro de los testigos de aquel nacimiento.

La nueva generación siempre con muchas cosas por decir no cedió espacio y aprovechó cada instante. El diálogo directo con los diferentes públicos siguió en el centro del colectivo que guitarra, pinceles y cuadernos en mano; no sabían lo que significaba la palabra conformación.

“Las más jóvenes generaciones siempre son vistas con la expectativa de qué va a pasar y nosotros no escapamos a ello. No obstante, recuerdo que se nos respaldó desde la Unión de Jóvenes Comunistas, el Partido y la Dirección Provincial de Cultura. En aquellos primeros instantes, teníamos muchas carencias: no existía la editorial, el Teatro Principal era cine; ni imaginar con emisoras municipales o un canal de televisión, por lo que no parábamos en el interior de las recién creadas instituciones. Todavía en industrias como el Central Uruguay y en centros de acopio en alta mar deben recordarnos, porque nos íbamos a esos lugares por días para compartir nuestras creaciones y nos uníamos a sus diarismos”, describe Carlos Sotolongo, otro de los miembros del primer ejecutivo de la filial espirituana de la AHS.

El Evento de arte callejero Lunas de invierno reúne a todas las manifestaciones artísticas/Tomado de los archivos de la AHS

En muy poco tiempo, otra prioridad tocó las puertas de la organización: una sede para que se convirtiera en guarida segura de tanto quehacer.

“Estaba en nuestros debates hasta que pasados unos años de la constitución de la AHS nos entregaron la vivienda, ubicada en la calle Céspedes, que desde entonces es la Casa del Joven Creador. A la par de esa preocupación siempre estuvo la de ejercer un diálogo constante, propio del cambio histórico protagonizado por la juventud. Y como ha sucedido en muchos otros momentos, no siempre encontró oídos receptivos del otro lado. Pero nosotros no nos cansábamos y volvíamos una y otra vez”, insiste Juanelo.

Como en la ciudad del Yayabo, en Trinidad el empuje arrollador de la juventud de los años 80 dinamizó los múltiples espacios donde el pensamiento se acomodaba con beneplácito.  

“Recuerdo con añoranza aquellos días en que la ciudad era un centro cultural. La AHS es un oasis artístico, donde lo nuevo se mezcló con lo viejo y se compartió con el pueblo. Tanto así, que desde que nos entregaron como sede la casa ubicada en la calle Jesús María, se convirtió en el espacio de creación para artistas de la plástica, el escenario del Teatro Gaviota, donde también sucedieron peñas, talleres… Y contamos siempre con la ayuda de quienes ya tenían una obra consolidada”, cuenta Carlos Enrique Sotolongo, presente en cada uno de aquellos primeros instantes.

Los diversos públicos espirituanos conocen de las creaciones de los jóvenes artistas./Tomado de los archivos de la AHS

Sin percatarse el tiempo pasó y a su mismo ritmo, se sumaron otras nuevas voces al grupo fundador de la AHS en predios espirituanos, quienes por edad fueron cediendo su vida activa en la organización. Mas, la mayoría no ha dejado de estar en las propuestas con aires bisoños.

“En la AHS nacieron muchas de las principales personalidades que hoy representan nuestra cultura. Lo que entonces fue un sencillo cuaderno, moldeado en un taller, hoy es un referente. Al igual, sucede en el resto de las manifestaciones”, opina Rigoberto Rodríguez Entenza (Coco), a quien se le encuentra siempre por la Casa del Joven Creador de Sancti Spíritus.

De esa efervescencia inicial, se ha bebido a lo largo de estos 34 años de vida. Eventos como el Voces cruzadas, único espacio de su tipo en el país para mirar desde la ciencia a nuestros medios de comunicación, y el Lunas de invierno, el más importante de la filial espirituana por unir a todas las manifestaciones artísticas con propuestas para los espacios públicos son dos ejemplos de un quehacer consolidado con el talento y compromiso para encauzar inteligentemente el arte cubano.

“La Asociación se parece a su tiempo y cada joven es capaz de transformar su entorno en la manera que le es posible”, reflexiona Liudmila Quincoses, la espirituana con mayor período de tiempo en el ejecutivo provincial de la organización.

Las jóvenes voces forman parte del catálogo musical espirituano./Tomado de los archivos de la AHS

En el centro del lente 

Muchos de los trazos de esta historia llegan por vez primera en formato de documental, gracias a la idea original, dirección, edición y postproducción de Alexander Hernández Chang. Resulta el mejor regalo al cumpleaños de la AHS en tiempos de COVID.

Entrevista con más de 10 protagonistas de estos 34 años se cruzan en un discurso ágil sostenido en fotos que nos devuelven momentos únicos a lo largo de esta historia.

No en vano su título, Memorias de Juventudes, nos toma de la mano desde aquel año 1986 hasta el quehacer actual y con el impacto de las células de Jatibonico y Trinidad.

La Comisión de Género de la Uneac y la AHS de Sancti Spíritus iniciará a partir de este mes, una serie mensual de conversatorios de 10 minutos diseñados en el proyecto "Formar ciudad: espacios interactivos". No te lo pierdas desde su perfil en Facebook. #UneacSanctiSpiritus#Uneac#CubaEsCultura #Cuba????????

Publicada por Unión de Escritores y Artistas de Cuba – UNEAC en Miércoles, 14 de octubre de 2020

Su premier se soñó con la apertura de la Casa del Joven Creador de Sancti Spíritus, finalmente reparada, después de más de dos años con la presencia de fuertes laceraciones constructivas, y en su interior un centro documental, donde además de atesorar bibliografía de interés para su membresía resguardará en una publicación impresa esta historia.

La actual situación epidemiológica de la provincia obligó a dilatar la celebración por todo lo alto. Mas, un día, no muy lejano, la casona de calle Céspedes abrirá esplendorosa sus puertas para retomar su vida y devolvernos la magia de un grupo juvenil que cree fielmente en que la cultura salva, a pesar de los molinos de vientos.


Eusebio Leal en el pincel de la vanguardia artística espirituana

No aspiró a la posteridad, según sus propias palabras; mas Eusebio Leal Spengler late en el recuerdo de los espirituanos. El Novio de La Habana también conquistó el corazón de la única provincia de Cuba compuesta por dos villas fundacionales: la Santísima Trinidad y el Espíritu Santo.

Si hoy el patrimonio de más de medio siglo luce vigoroso entre la modernidad, se debe en buena medida al legado y la lucidez del historiador y prolífico intelectual. Eusebio Leal vive en el recuerdo de los agradecidos y como honra a su memoria, artistas de la Asociación Hermanos Saíz quisieron dibujarlo para siempre.

Yosvani Suárez Lee y Alexander Hernández Chang unieron pinceles para dedicarle apenas un «hasta luego». Tomaron por asalto el bulevar espirituano, a pocos metros del Centro de Interpretación de la ciudad de Sancti Spíritus, donde permanece un libro de condolencias en honor al fallecido director de la red de Oficinas de las Ciudades Patrimoniales de Cuba.

Eusebio Leal desde dos miradas diferentes que resumen su incalculable aporte a la cultura espirituana y nacional/ cortesía de los entrevistados

Dos retratos componen la intervención pública que evoca los últimos pasos del amante de la Historia cubana por estos lares. A decir de Hernández Chang, presidente de la filial espirituana de la AHS, “el legado de Eusebio Leal trasciende espacio y tiempo porque pensó no ya en quienes conocieron las obras paradigmáticas de una época; sino en quienes también pudieran disfrutarlas, las noveles generaciones».

Para Suárez Lee, estampar con la técnica de acrílico sobre lienzo la utilidad de Eusebio, esa por la que él apostó a lo largo de su vida, “resultó la mejor manera de rendirle homenaje». No por gusto la acometida a cielo abierto tiene por nombre Leales a Leal.

La vanguardia artística espirituana ha querido que su Maestro de Juventudes contemple satisfecho la cotidianidad de un pueblo aferrado a sus raíces. Con este designio, la obra de 2X1.50 metros de longitud será donada a la Oficina del Conservador de la ciudad de Sancti Spíritus.


Alexander Hernández Chang: Por la legitimidad de un arte reflexivo

En los últimos tiempos, en la provincia de Sancti Spíritus se ha levantado una polémica en torno a la legitimidad de ciertas tendencias del arte contemporáneo y como siempre, en este tipo de debates, hay criterios contrapuestos acerca de las producciones simbólicas más experimentales, las cuales, para algunos, carecen de elementos conceptuales que las avalen, más allá de su calidad estética. [+]