Ganar el Lloga burlándose a la santiaguera

¿Quién que es, o fue, santiaguero no lo dijo o se lo dijeron alguna vez? En la casa cuando aún no levantaba una cuarta del suelo y se estrellaba contra algo, o al caerse, luego de comprobar que el golpe o la caída eran más aparatosos que otra cosa, y como «los niños son de goma…» O en la escuela, cuando alguien pasaba una pena en el aula o en el patio. O gritado mientras dos y más saldaban cuentas en la fajazón concertada a las 4 y 20, al finalizar las clases, en la calle de la curvita, el parque.

Seguro que alguna vez, los nacidos en Santiago de Cuba, lo susurraron con placer ante la vergüenza del indeseable del centro de trabajo o paladearon el momento de decirlo con tono autosuficiente a quien fue incapaz de escarmentar por cabeza ajena, porque es más hiriente y concreto que el extenso «te lo dije».

Pero nunca esta palabra de solo dos vocales se disfruta tanto como cuando se grita con el coro de las 20 mil voces del estadio Guillermón Moncada, cuando la bola se va de foul a las gradas y roza peligrosamente a algún fanático fiel, seguidor de las Avispas en las buenas y las malas.

Sin embargo, hasta ahora, a muy pocos santiagueros se les había ocurrido documentar –más allá de las ciencias lingüísticas- esta forma singular de expresarnos. ¿Cómo se te ocurrió hacer un trabajo sobre el «ioo»? Es la pregunta que persigue a Dariela Gámez Paz. La idea para este documental la tuvo el escritor Julio Jiménez, pero pensada exclusivamente como un audiovisual dedicado a esta típica forma de burlarse  santiaguera. «Cuando un día hace muchos años él me lo comenta yo enseguida lo pensé para la radio. Julio al final nunca concretó esa idea, que de hecho no ha olvidado, pero realizada de otra manera. Yo me quedé con la esencia… un documental sobre el “ioo”, en radio nada más.

»Él me dio esa idea y a partir de ahí fue que indagué, y me demoré muchísimo porque no sabía bien a quien buscar como entrevistado, gracias a un profesor del Centro de Lingüística Aplicada, que fue quien me dijo que existía alguien que había hecho una investigación precisamente sobre el tema: el Doctor en Ciencias Arcilio Bonne. Imagínate, esa era la persona que yo necesitaba.

»Durante el proceso de realización busqué niños para que me dieran su visión, para que me dijeran qué pensaban ellos que era el “ioo”. Porque los niños son los primeros y los que más usan esa expresión que es bastante infantil. Aunque cuando las personas crecen puede que la sigan usando, pero  la utilizamos más cuando somos niños. Y si alguien entonces tenía que aparecer en el documental eran ellos, así que me fui a una escuela, ellos me dieron el coro de la expresión, me dieron sus criterios sobre qué creían que significaba, cuándo lo utilizaban.»

Además de hablar cantando es el título de este documental con el que la periodista, realizadora y locutora de CMKW Radio Mambí ganó por segunda vez el Taller y Concurso Nacional de la Radio Joven Antonio Lloga in memoriam. Hace dos años había captado la atención del jurado y los radialistas del evento con otro documental que redescubría a Los últimos boys scouts, una historia casi olvidada sobre esta organización, que de alguna manera cambió la vida de hombres y mujeres, que pertenecieron a ella siendo apenas unos niños.

Durante las tradicionales escuchas en el Lloga llamó la atención la excelente factura del trabajo. La utilización de recursos dramatúrgicos que resaltan su veta antropológica: la narración de un juego de béisbol en el Guillermón Moncada como hilo conductor, la conga como centro del diseño sonoro y la coda entre el especialista y los santiagueros de a pie creando un relato «sabroso», de fácil escucha.

«La idea de utilizar a un narrador deportivo, surgió porque no sabía muy bien cómo acomodar el trabajo, y entonces me dije: “bueno, si al final donde se utiliza muchísimo el “ioo” es en el estadio; donde, de hecho, personas de otras provincias conoce de la expresión porque allí es donde se dice y desde donde transmite a todo el país, pues déjame aprovechar una narración deportiva y utilizarla entonces como un leitmotiv que me dé el comienzo, el medio y el cierre. ” Por eso le pedí a un comentarista de Radio Revolución y Radio Mambí que la narración debía comenzar describiendo una jugada en la que la bola se va de foul. Por esa misma razón, algo que me pareció no debía faltar, era cómo se vive en el estadio de pelota esa circunstancia que da lugar a la expresión.

»Ahora, algo que pensé indispensable en el trabajo era cómo podría escribirse. Porque uno tiene claro que es una “i” y una “o”, pero cuando lo escribes no puedes poner simplemente “io” porque cómo graficas la nasalización, ese sonido nasal que lo distingue en la fonética. El profesor Bonne tiene una nueva investigación que es una propuesta para su escritura pero esa historia no está en el trabajo.»

Y por último la canción de la conga que llegó de una manera fortuita. «Yo no quería usar música en el trabajo. Pero de alguna manera debía ambientarlo. Para mí debía hacerlo con sonidos muy típicos de Santiago o del estadio. Finalmente, deseché la idea de los sonidos de la ciudad porque iba a ser muy engorroso. Aún con las cosas del Guillermón, el documental me quedaba seco, así que me dije que si algo identificaba al estadio santiaguero era la conga, y decidí utilizarla. Lo que pasó después fue fruto de la casualidad, yo ni siquiera sabía que existía el tema. Yo estoy revisando una carpeta en la computadora donde hay congas y eso es lo que empiezo a utilizar, llega el musicalizador de la emisora que se pone a escuchar mientras yo hago el montaje del documental y me dice que en esa carpeta, al final, hay un tema de eso mismo; y después que me lo dice se va. Cuando yo busco, en efecto, encuentro la canción. Y aunque cuando la escuchas parece una grabación antigua es un tema que hizo la conga de Los Hoyos y se llama Sonido Santiago. En la letra se siente que antes de componerla los miembros de la conga investigaron sobre el tema  porque en ella se escucha el verso: Arcilio me dijo que nació en Santiago, parece francés pero es muy cubano.»

Además de hablar cantando, antes de ser presentado en el Lloga compitió en el encuentro de radio joven Dial Centro. En Villa Clara a la gente le gustó muchísimo, confiesa, pero no deja de asombrarse porque aunque el profe Arcilio se lo comentó, no es hasta que se escucha el trabajo en otras provincias que te percatas que el «ioo» es un patrimonio lingüístico de Santiago de Cuba y Guantánamo. Cuando estás con gente de otros lugares de Cuba te preguntan ¿qué es eso? Se te acercan para preguntarte cómo se pronuncia porque tienden a decirlo sin el acento nasal que lo singulariza.

Siempre le llamó la atención que en Santiago de Cuba, en el estadio Guillermón Moncada, sin ponerse de acuerdo, sin planificarlo, a la vez, a una sola voz digan «ioo», «eso es tan llamativo, Julio siempre lo ha pensado para ese momento, para filmarlo en un estadio de pelota. Aunque el profesor dice que en el boxeo también se utiliza, la teoría que él apoya es que viene de una palabra francesa que se utilizaba hace mucho tiempo y que actualmente está en desuso, por lo menos de esa manera: gnon. Antes era eso lo que se gritaba en las peleas de boxeo, cuando la presencia francesa en Santiago era fuerte y también se usaba en el idioma galo en esta ciudad que tenía en su vida cotidiana mucho bilingüismo. En su teoría la palabra se fue modificando hasta quedar en el habla popular tal como la usamos hoy.

Dariela, como cualquier santiaguero también ha dicho «ioo» siempre en circunstancias muy familiares. «Si alguien se cae como una burla uno le dice “ioo”, algo así como toma, me alegro. Es una burla sana, nadie en su sano juicio o con un mínimo de sensibilidad, como dice el profesor en el radiodocumental, lo utiliza cuando ha ocurrido algo serio o cuando le tiene estima a la persona que se ha equivocado. Es algo para reírse, para dar chucho, como decimos los cubanos y sí, dije “ioo” y lo voy a seguir diciendo bastante, sobre todo a mis amigos más cercanos, gente con la que tengo confianza.»

Aunque Dariela cree que la idea de una producción audiovisual sobre el «ioo» puede resultar atractiva, «nunca se me ocurrió, y no me tienta, hacer una versión audiovisual. Es que me cuesta pensar en imágenes. Ya yo pienso las cosas para la radio, en la radio.»

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