Una llave pública ¿necesaria?

Del 26 al 29 de mayo se realizó en la ciudad de los portales un evento de la AHS que ya va para su segunda edición y que cuenta con una historia que es más rica que su propia actualidad. Me refiero al II encuentro nacional de narradores La llave pública 2016.

Pensado en el marco de la celebración por los 30 años de la AHS y el 90 cumpleaños de nuestro líder histórico Fidel Castro, es un evento que no se aparta de las principales líneas de la política cultural cubana cuando se acerca al público y permite que la obra artística se manifieste con total libertad.

Se trata de un evento que surge en el 2005 como taller de apreciación literaria y que contaba con los detalles de tener el nombre de un libro de cuentos de Félix Sánchez, su presencia a tiempo completo en el suceso y servir como espacio de celebración por los 50 años que ese mismo día cumplía.

Fue un hecho cultural con todo lujo; precioso en su concepción y dinámico en su estructura. Pero con el paso inevitable del tiempo, las cosas cambian.  A veces para mal.

No digo que todo en esta nueva edición fue un descalabro. Digo que pudo haber sido mejor si hubiese un jefe de sección de Literatura más enfocado en el evento literario que estaba sucediendo. Esto, a lo mejor, hubiera hecho que muchas cosas se permearan de una identidad estilística, más personal. Cada evento en el país se parece a la persona que lo construye, porque algo de su identidad personal se transfiere a esa cosa que se construye.

Por ejemplo, los talleres se realizaron de manera continuada según lo previsto. Y por personas autorizadas porque cada participante es graduado del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, una verdadera oportunidad para adquirir conocimientos y fundamentar otros ya adquiridos. Pero faltó el liderazgo, el carisma para encausar las discusiones de los textos, para focalizar la orientación en función del producto artístico.

Se hicieron las tertulias durante los cuatro días de evento y con identidad, el promotor de la Casa del Joven Creador, el poeta Eduardo Pino, llevó la batuta en estas tertulias y les colmó con su carisma, su versatilidad, para que estos espacios divulgativos y de comunicación alcanzaran sus puntos climáticos.

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Se llevó a cabo una mesa de opinión sobre la literatura infantil cubana de los últimos tiempos con un contenido deslumbrante y cargado de sugerencias. Debate que se orientó sobre la base del respeto primero a los niños y luego a la creación literaria.

A mi juicio, este fue uno de los puntos culminantes del evento puesto que le echó  más leña al fuego del pensamiento y de la crítica. Se tuvo en cuenta, en primer lugar, que los niños son personalidades en formación y que necesitan que se les oriente, se les eduque de manera constructiva.

En segundo lugar, que los escritores son libres de escribir y que por lo mismo, tienen el derecho de plasmar en el papel todo lo que les venga a la mente. No deberían existir barreras creativas que no sean las naturales.

Y en tercer lugar, se recuerda que la literatura tiene dos funciones básicas que son la Contemplativa y la Educativa. Y en los últimos tiempos, a partir de la década de los 90, solo se cumple la función Contemplativa. Por lo que les damos a los niños una literatura plagada de terror, objetos nefastos, rupturas familiares, temas inadecuados, y toda una suerte de parafernalias de lo inútil que, lejos de formar, deforman la personalidad en desarrollo de esos infantes.

El escritor, se tuvo en cuenta y fue el reclamo de la unanimidad presente, debe construir un mundo infantil que produzca imaginación, hábitos de lectura, deseos de vivir en familia como primer grupo social y luego en sociedad.

La música en este II encuentro nacional de narradores La llave pública jugó un papel importante. Motivos Personales, en una variante necesaria por problemas personales de dos de sus integrantes que les impidió asistir, se vio reforzado con la voz estelar de la presidenta de la AHS Oristela Pérez Betanzos, quien le supo dar la profundidad y la maestría vocal que un grupo como este necesita para el completo disfrute de sus cualidades.

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El todavía no miembro de la AHS, Julio Cesar, con sus canciones, su ritmo rapero y su carisma para llegar a la gente, hizo que algunas de estas noches también fueran del deleite del público con buena canción y una excelente lectura narrativa entre cuerdas.

Pero las palmas, a mi entender, se lo lleva la agrupación de flautas y clarinete Música abierta, que dirige el maestro Juan Carlos Pérez de Corcho. La misma inauguró el evento con uno de los movimientos de Las cuatro estaciones, de Vivaldi, «Primavera». A tono con la narrativa pues, como se sabe, Vivaldi es uno de los pioneros de la música programática, esa que a través de secuencias melódicas y armónicas nos va contando una especie de historia.

Junto a estas veladas nocturnas que fueron armónicas, con cierto sentido lúdico, interesantes y hasta arrebatadoras, pudimos apreciar las lecturas de obras narrativas de autores de la talla de Marvelis Marrero, Ailyn García, Herbert Toranzo, Llamil Ruiz, Carmen Hernández Peña, Masiel Mateos, Vasily M. P., entro otros, no menos importantes autores.

La última noche, la del 29, a pesar de la lluvia que no trajo consigo el público esperado, se hizo la entrega del premio La llave pública 2016 con la impronta de estos cuatro días de debates, taller, de narrativa por todas partes.

En esta oportunidad, con pocos libros en concursos, la decisión del jurado conformado por Marvelis Marrero, Llamil Ruíz y Vasily M. P., fue bastante consecuente con la calidad de las obras presentadas. Se llevó a cabo una discusión bastante profunda de cada obra, más como si fuéramos lectores especializados de una editorial, que como jurado, pues hasta tuvimos en cuenta sugerencias para el mejoramiento de aquellos cuadernos.

Se decide entonces, por unanimidad, dar una mención al libro «Mordidas», del camagüeyano Jorge Lázaro Foronda, miembro de la AHS. Este libro mantiene un alto nivel de intelectualidad y paráfrasis que lo hace por momentos muy interesante y cautivador, pero por otros, lo vuelve un tanto tedioso y de difícil lectura. Pero es un cuaderno que mantiene un nivel de tensión muy sugerente debido al tratamiento de los temas eróticos, de pareja y los de índole más social.

Este jurado decidió por unanimidad, entregar el premio a la obra «El sentimiento más importante», de la holguinera Zulema Leonor Gutiérrez Lozano, quien desde la perspectiva infantil, nos hace entrega de un cuaderno sutil, hermoso, cargado de fantasía, y propicio para ese público infantil que queremos formar desde el buen gusto, el respeto y la fantasía.

De esa manera, y con las canciones de Julio Cesar, en una noche de 29 de mayo de 2016, con lluvia fina incesante, concluyó el  II encuentro nacional de narradores La llave pública 2016.

Nos deja un sabor que pudo haber sido más fuerte, profundo, pero nos queda la nostalgia y el deseo de que en futuras ediciones la llave pública tome otro nivel para alcanzar el vuelo necesario y abrir todas las puertas pertinentes.

 

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