El recitalito: ¡Ven y canta!

Teatro El Portazo insiste en decirnos que El Recitalito No puedo, tengo ensayo no es CCPC, la obra –con más de una parte, aunque prefiero la paradigmática primera– por la que fue premiado, conocido y aplaudido en casi toda Cuba. Es como si el grupo, dirigido por Pedro Franco, quisiera advertirnos que aunque ambas partan de códigos que identifican el colectivo matancero –el uso del cabaret, la espectacularización escénica, incluso lo carnavalesco, y la interacción con el público– esta obra es “otra cosaâ€.

Fotos tomadas del Facebook de El Portazo

Quizás se diferencian en que esta última explora menos la sátira social y política, para ser más bien una especie de “divertimento escénico†que, como ellos aseguran, fue creado como una acción promocional orientada al prelanzamiento del proyecto Todos los hombres son iguales, obra con texto del dramaturgo, actor y realizador holguinero Yunior García.

Cartel El recitalito/ Fotos tomadas del Facebook de El Portazo

Una acción promocional –sui generis en el teatro cubano– que “tomó cauces independientes que la convierten en un organismo vivo que respira por sí mismo y funciona solo; sin dejar de responder a las exigencias del marketing para los que fue concebidoâ€, escribe Ledier Alonso Cabrera en el programa que acompaña esta puesta.

Así marketing y teatro, canciones en vivo y diversión, interacción y jodedera se mezclan en este espectáculo: varias canciones ordenadas de manera aleatoria por los espectadores en una especie de participación para nada ingenua que hace al público sentirse cómplice del desarrollo dramatúrgico de la puesta; dos comerciales para productor nacionales, pues –hablábamos de marketing– hay que agradecer a los patrocinadores; un intermedio; divertidas coreografías grupales a partir de temas musicales, sobre todo de programas infantiles de televisión, que nos remiten a la infancia de buena parte del público, que viene a ser la de Pedro Franco, aunque a otros de mayor edad no le digan nada; “una pantalla que discursa en categoría personajeâ€, y un cuadro escénico de lo que será Todos los hombres son iguales cuando se estrene al público.

Con todo esto –cual ingredientes de un éxito seguro que hace al público reírse y hasta desinhibirse y en el intermedio bajar al escenario– toma cuerpo El Recitalito…, obra que se mueve en los contextos del bar´s show, planeando al mismo tiempo “una estructura abiertaâ€. Esta viene a ser uno de sus principales atractivos y como hemos visto, común en el trabajo de El Portazo: todo está pensado, cada escena, canción, personaje, vestuario, música, etc., es minuciosamente concebido, pero al mismo tiempo deja espacio para la improvisación, en un rejuego en que nos sentimos partícipes de la puesta.

Fotos tomadas del Facebook de El Portazo

Incluso las imágenes que la pantalla deja ver mientras los actores cantan y actúan –de filmes como Kill Bill, de Quentin Tarantino, y Náufrago, de Robert Zemeckis– sirven de apoyatura semiótica a las versiones de las canciones: “La malaâ€, del repertorio de La Lupe, o “Parte de élâ€, de La sirenita, clásico de Walt Disney Pictures.

Podríamos pensar que El Recitalito… siempre será una obra en construcción, moldeada al lugar donde se presente y al público, en la medida en que destaca –también a partir de la selección de las piezas musicales– la improvisación de los excelentes actores del grupo, liderados en escena por una actriz camaleónica y versátil –y el adjetivo no está de más–, capaz de pasar de un registro actoral a otro como si nada sucediera: María Laura Germán. Quienes la hemos visto en otras puestas de El Portazo o en Teatro Las Estaciones, sabemos que la Germán es una de las jóvenes actrices más interesantes ahora mismo. La acompañan en escena los también talentosos y premiados jóvenes actores: Camila Rodhe, Odette Macías, Alejandro Castellón, Raudelis Torres y Adrián Bonilla.

Fotos tomadas del Facebook de El Portazo

“El performance musical, la contextualización de metalenguajes [y la descontextualización, añadiría yo], el humor, la sátira social y la democracia en las ideas, componentes trabajados antes por Teatro El Portazo, se mantienen con coherencia en el cuerpo textual de El Recitalito... Desde una intimidad lúcida los actores ironizan con los pactos de ficción, aprovechan la relación con el espectador en modo “descarga†y lo hacen partícipe de la agonía vivida en el procesoâ€, amplía Alonso Cabrera.

Por todo esto, El Recitalito… se asemeja y se diferencia de CCPC: son dos partes de un mismo cuerpo, El Portazo, y bebe –todo salido de la mente de Pedrito Franco– de muchos de los mismos recursos escénicos, incluso potenciándolos en un mayor grado. Musical, improvisación, performances y hasta gozadera y diversión sobre el escenario –cuidado, no son tan light como parecen, la provocación y el sexapil son recursos también muy válidos–, nos hacen esperar con ansias el estreno de Todos los hombres son iguales, que tampoco será CCPC ni El Recitalito…, pero seguro se le parecerá un poco.

Fotos tomadas del Facebook de El Portazo

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