El Lloga desde adentro

El radio-documental Cazando pregones de los realizadores Dayana Mesa y Alex Sanders Londres de Guantánamo, fue la obra ganadora de la 29 edición del Taller y Concurso Nacional Antonio Lloga in memoriam, que finalizó en Santiago de Cuba.

Esta pieza también obtuvo el reconocimiento en guion, edición y musicalización, gracias no solo a la limpieza o la calidad de los testimonios, sino a la acuciosa investigación llevada a cabo por varias provincias.

Foto: Lisandra Pérez Henríquez.

Otras de las obras triunfadoras fue el radio-documental HYK (La Hayaca de San Luis), de los realizadores Lisandra Pérez y Georkis Cedeño, quienes se adjudicaron el apartado de mejor dirección y el premio de la Familia Lloga.

Aquí se demuestra que el radio-documental es el gran ganador del evento, quizás demostrando hasta qué punto es pertinente que tenga un espacio en la programación habitual de las emisoras, por la riqueza de las historias surgidas a través de él.

Dedicado a los programas infantiles, el jurado integrado por Magdiel Pérez, Caridad Torres y Daynet Castañeda, premió al programa Tina y tin de Dayron Ferrada Zapatero, y otorgó un agasajo especial a La Edad de Oro de Cmkc. También se homenajeó al destacado director de programas y musicalizador Salvador Virgilí Suñol, recientemente fallecido.

Foto: Lisandra Pérez Henríquez.

En la gala de clausura del Lloga, recibieron la condición Maestros de la radio, las relevantes realizadoras María Elena Hernández, Mirelis Fonseca y Caridad Torres, por su labor encomiable como formadores de radialistas.

Pero más allá de reconocimientos y premios, queremos llamar la atención de algunos detalles relacionados con el Lloga. La 29 edición se dedicó a los programas infantiles. ¿Cómo es posible que solo cinco programas infantiles concursaran en el evento? Aquí podemos señalar que, o hubo falta de convocatoria, o existe apatía de los realizadores, o ya para ellos el Lloga ha perdido fuerzas entre los eventos de la AHS?

Similar problema observamos en que solo 28 programas concursaron en todas las categorías, 47 menos que en la edición anterior. La difícil situación con el combustible que existe en el país diezmó en demasía la asistencia de los delegados al evento.

El jurado reconoció que muchas de las obras no tenían la calidad requerida para un evento tan prestigioso como el “Lloga in memoriam”.

Foto: Lisandra Pérez Henríquez.

De las cuestiones positivas, podemos alabar que el panel dedicado a la programación infantil, integrado por Caridad Torres y Miguel Eduardo Hernández, logró calar en los presentes, pues ambos tienen experiencia en esta temática.

También fue muy interesante el panel La radionovela no tiene quien le escriba, protagonizado por Alberto Jaime Salmón y Carlos Lloga Domínguez, en el que reflexionaron acerca de la necesidad de que jóvenes escritores incursionen en esta modalidad dentro de los programas dramatizados. A diferencia del año anterior, se pudo cumplir en la mayoría de los casos con los horarios previstos de las diferentes actividades.

El Lloga necesita recuperar ese esplendor que a nuestro juicio ha perdido con los años. Esperemos que la 30 edición sea superior en cantidad y calidad de las muestras concursantes, y que revele de manera fehaciente el talento de los jóvenes radialistas de nuestro país.

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