Me gusta el ¡¡¡PUM!!!

Ernesto “Papote” Parra, porque “no puede concebirse el uno sin el otro”, bien ha bautizado su ritual creativo como Teatro Tuyo, entonces podemos asumir que nos entrega su teatro y nos hace cómplices de su arte que en lo esencial es la relación público-actor.

Confieso nunca haber estado en una de sus presentaciones por cuestiones del destino, ¡¡¡PUM!!! ha sido mi primera experiencia; sin embargo, como todos los criterios que giran en torno a su obra, esta vez ha dejado satisfechos a más de uno. ¡¡¡PUM!!! logra, a través de una escenografía minimalista, lo que se propone y lo que defiende: el clown, un arte bien serio y difícil, que muy pocos logran hacer como se debe, sobre todo en Cuba.

Fotos Adrián Aguilera

Este unipersonal, protagonizado por el propio Ernesto Parra y que ubica la economía como eje central, hace repensar los valores sociales desde la sensibilidad humana y un arte que ha reivindicado con inteligencia y sabiduría. Con una estética única dentro del arte del clown, este montaje tiene un trasfondo bastante sugestivo, fruto de un largo y minucioso proceso de indagación de lo que somos, de nuestra sociedad.

¡¡¡PUM!!! enlaza muy bien los elementos dramáticos para que, más allá de hacer divertir al espectador, se piense, se reflexione, se cree a partir de los propios temores, sueños y obsesiones de su director-actor. La música y las luces, es meritorio destacar, acompaña cada gesto, cada movimiento; por tanto no es necesario que Papote “ese payaso tan inteligente y sabichoso” nos hable. En Papote todo habla: el vestuario, el maquillaje, su nariz, su racimo de globos, su carrito para venderlos a 200 cuc, su carriola…

Fotos Adrián Aguilera

Del mismo modo, es significativo subrayar la utilización de otros elementos del teatro, específicamente del teatro de las sombras, a través de las frías luces de neón que acompañan la presentación.

Papote –aunque no es muy hablador– se dio cuenta de que todos necesitábamos una respuesta a toda costa y al fin habló: ¡¡¡PUM!!! “Es un estallido de júbilo, es una explosión de festividad, pero es también el latido de un corazón palpitante que se estremece por cada instante…”, asegura Rubén Darío Salazar en las palabras del catálogo.

Bien merecido tiene entonces Teatro Tuyo sus cuatro Villanueva de la Crítica, el último de ellos entregado este 2018 a la obra ¡¡¡PUM!!!, porque hacer reír es un arte bien serio, sobre todo y aunque no lo notemos, al público infantil. Esperemos, entonces, que el corazón de Papote siga haciendo ¡¡¡PUM!!! y logre traspasar edades, espacios, tiempos, y apuntar, con cada una de sus presentaciones, hacia los sentimientos.

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