Poemas como cartas de independencia

Fuente:Sitio web del Granma

La literatura tiene el peligro, que es a la vez encanto, de lo inesperado. No sabemos si tras abrir la página hallaremos retratados nuestros miedos o felicidades, si estará escrito lo que apenas nos atrevemos a pensar, o si adquiriremos la conciencia y valentía necesarias para, al fin, transformar lo que nos inquieta de nuestro (el) mundo.

Quizá sea la poesía el género que de forma más clara establece nexos con el subconsciente del lector, porque nace, precisamente y sin atajos, del sentimiento de quien escribe.

Esa conexión –como cuando alguien nos «roba» las palabras de la boca– la sentí con la obra del poeta, narrador y editor Moisés Mayán Fernández (Holguín, 1983), autor del poemario El factor discriminante (Premio Calendario 2018, de la Asociación Hermanos Saíz), que se presenta hoy en la Feria Internacional del Libro.

«Hay poemas que actúan como un cepo. Poemas mordaza. Grilletes en el purulento tobillo del héroe. Un verso puede privarte de tu libertad con una sencillez sorprendente. No lo subestimes. Pero hay textos que son una legítima carta de independencia…», dice una de las piezas –Doble tracción– y por ese camino, el de los estereotipos que nos atan y las libertades que ensanchan el entendimiento de la vida, desanda el volumen (Casa Editora Abril, 2019).

En el libro, del cual el jurado que lo distinguió el año pasado destacó la coherencia, variedad de poéticas advertidas y expresivos hallazgos discursivos, se entrecruzan esclavos, esclavistas, luchadores sociales, judíos, nazis… en la vida de un corrector de periódico cultural que busca respuestas a su realidad y a la influencia que en ella tienen el pasado, la historia, sus ancestros. En la cotidianidad de su matrimonio interracial irrumpen los sueños y los prejuicios suyos y del resto de la humanidad.

La parte y el todo asoman sus rostros en las páginas, repletas de sentencias y frases rotundas como: «Lo único que puede llevarse a un hombre hasta el mismo fondo del abismo, es la discriminación»; «En mi espacio vital germinan los barrotes»; o «Un verso como un latigazo sobre la espalda del castigador» (Bumerán).

Martí, como incógnita que resurge, está también de una forma sigilosa en los versos. Ejemplo de ello son dos breves poemas: Memoria («Voy a forjar una espléndida sortija con el hierro de estos grilletes. Para no olvidar. Para nunca jamás olvidar») y Relectura («El hombre negro que fui, muere colgado a un ceibo de la finca Hanábana. En 1862. El hombre blanco que todavía deseo ser, jura lavar con su sangre el crimen»).

El factor… comunica y mueve los engranajes, esas son virtudes insoslayables, porque «La poesía es un eficaz sistema de drenaje. Más efectiva que una trepanación o un catéter. Transporta las sustancias residuales a la desesperante blancura del papel. La poesía es al cerebro humano lo que las redes de alcantarillado a las grandes ciudades…» (Aguas negras).

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