David Blanco: un genio del pentagrama

David Blanco ha sido una suerte de genio del pentagrama que a los 13 años ya formaba parte de la Orquesta Sinfónica Infantil y a los 14 años daba su primer concierto a piano en el Museo Napoleónico. Después dominaría la trompeta y el violín, y lograría una fusión fabulosa entre el rock, el rap, la balada y la canción, todo bajo un filtro rítmico muy cubano en el que se regodea sin miramientos.

Esa historia la conocieron los avileños que disfrutaron de la gira promocional por toda Cuba, que el popular músico realiza como parte del 9no. Congreso de la Federación de Estudiantil Universitaria (FEU). En el concierto de este territorio David Blanco mereció una ovación cerrada del público, aun cuando la lluvia pospuso la presentación para el siguiente día.

Con el presagio de que sería un concierto diferente arrancó la cita, no sin antes responder un aluvión de interrogantes salidas desde le público. Se habló entonces de cuando rechazó propuestas de trabajo que le exigían una música etiquetada y envasada bajo sonoridades similares al tema La Pachanga hasta su enclaustramiento en un edificio alquilado de La Habana de donde surgiría, con calma, La evolución.

Recordemos que en el 2000, luego de mostrar su talento en numerosos proyectos y concursos, David Blanco crea su propia agrupación y el ascenso sería indetenible. De a poco vendrían La Pachanga, El despecha’o, viajes, giras, premios, y un ranking de ventas en ascenso.

“Trabajo para un público consciente que no sigue modas, por eso, la música de ahora, aunque diferente a la de ayer, sigue ganando seguidores. Los temas de Vida Libre llegaron con más calma y me detuve en perfeccionar cada detalleâ€, apuntó.

Este fonograma salió al mercado en el 2016 sin ningún tipo de presión comercial y, a juego con el propio título, buscó la libertad creativa en modo superlativo a recurrir a temas que van desde el amor hasta la crítica social, para mostrarnos un autor más reposado, que sin ser un trovador con letras profundas, dice desde el pop-rock, y mucho.

Todavía no sabe cuál es su musa. Habla de canciones que la vida le pone delante y surgen rápido, y de otras que salen con calma y cifra sus influencias musicales en Queen, The Beatles, The Rolling Stones, Irakere, Van Van o Elvis Presley.

No le interesa demasiado sonar en la radio, pegar en todas las listas un single o ser reconocido como el intérprete o el cantautor de tal género, sino ser sincero consigo mismo y con su música. Quizás por esta sinceridad con que ha asumido su música proyecta un talante diferente que se le ha pegado a toda una generación de cubanos que no ha podido permanecer ajena a sus melodías.

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