Con el afán de encontrar la madurez

Dariel Curbelo Rego es de esos jóvenes que le preguntas qué quiere hacer y te responde sin titubear: «trabajar, seguir trabajando». Desde muy pequeño lo atrapó ese bichito que llaman creatividad y llenaba sus libretas con garabatos y figuras deformes.

En su etapa adolescente la inclinación y el talento se volvieron cosa seria y, a pesar de no estar abierta en la provincia de Pinar del Río la Escuela Vocacional de Arte, sintió la necesidad de expresarse y fomentar esa habilidad.

Así llegó a la Escuela Provincial de Instructores de Arte en su primera convocatoria, con la perspectiva de aprender y hacerlo en grande. A pesar de que no llenó todas sus expectativas, la institución le brindó las maneras de estudiar de forma autodidacta y descubrir el mundo de Rembrandt y Dalí durante largas horas en la biblioteca.

Al salir no quiso continuar como profesor y aun cuando los caminos de la vida lo llevaron a estudiar otra carrera no tan afín, el talento y la influencia familiar lo hicieron continuar su incursión por las artes plásticas.

Hermano del pintor Yasser Curbelo y primo del también artista Julio Banasco, Dariel se abre paso entre las obras de estos dos creadores y entreteje la trama de sus propios personajes y palabras, desde lo más íntimo de los sentimientos e inquietudes humanas.

Más de una decena de exposiciones colectivas en galerías de renombre de Pinar del Río conforman su trayectoria junto a las muestras personales: Dos caminos al cielo y Travesía, que manifiestan de su rol como humano un reflejo del subconsciente.

Dariel, en su afán de buscar nuevas técnicas y formas, coquetea con la ilustración y la escultura complejizando las maneras bidimensionales en un universo más real.

El suplemento infantil Chinchila de la editorial Cauce, los libros de cuentos: Alicia y el mundo de las maravillas, del escritor guantanamero Eldys Baratute y Margarita Cun Cun, del pinareño René Valdés son algunos de los textos ilustrados por este artista que muestran su niño dormido.

Hace apenas un año es miembro de la Asociación Hermanos Saíz y aunque se vislumbra, según para él, el acercamiento al artista en su región natal, falta promoción a las distintas manifestaciones lo que interfiere en la motivación y el impacto en los jóvenes creadores.

Para Curbelo, la Asociación es una puerta a las convocatorias de importancia y un escaño obligado para llegar a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), su máxima aspiración.

 

En la actualidad es parte de la Casa Taller Banasco y fomenta la renovación de obras patrimoniales hasta su estado de creación desde la experimentación con variados materiales.

Aunque no ha ganado ningún premio de notoriedad, su mayor lauro es plasmar la cotidiano desde su propia intimidad, sin calco al qué dirán o lo que está de moda o es más comercial; y es que Dariel Curbelo Rego, en el constante afán de encontrar la madurez estética busca ser «recordado por una obra crítica y sincera que refleje el período en que le toco vivir».

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