Pensando el rap desde Guantánamo

Recientemente concluyó en Guantánamo la novena edición de la jornada de rap y hip hop Lenguaje de Adulto, organizada por los jóvenes creadores pertenecientes a la Asociación Hermanos Saíz en el extremo Oriente.

Los conciertos y descargas de música underground constituyeron el plato fuerte del evento. No obstante, hubo momentos reservados para el diálogo, el análisis y el pensamiento donde participaron los convidados, provenientes en su mayoría de La Habana, Isla de la Juventud, Santa Clara, Camagüey, Holguín, Santiago y Guantánamo.

Invitada especialmente para el apartado teórico, llegó a la cita Yorisel Andino Castillo, investigadora del Centro de la Música de Santiago de Cuba, que lideró el conversatorio titulado Oye mijo, ¿dónde está el rap?

En el mismo, a través de un recuento narrativo contextualizado en el escenario santiaguero, sobre diferentes períodos y etapas que han incidido en la evolución del quehacer rapero, se señaló aspectos que más allá de particularidades en un determinado territorio, establecen hoy las características que condicionan la imagen del movimiento de rap y hip hop y lo relegan a la representación urbanística de un estereotipo negativo; a permanecer siendo considerado un sonido incómodo.

Refirió, en este sentido, que al no formar parte de los emblemas tradicionales como la trova, el son o la conga, ni acomodarse a las etiquetas  de lo que se considera música cubana, las expresiones del género en cuestión, no se logran insertar a la construcción de la identidad local; por una parte, debido a la inexistencia de una política cultural y de programación en los medios de difusión a todos los niveles, y por otra, resultante de consideraciones tabú que alejan a estas manifestaciones artísticas de la legitimación más allá de los espacios culturales y de socialización que les proporciona la AHS.

Al respecto, dio cuenta de la no existencia de festivales, de la renuencia de los catálogos de los centros provinciales de la música a integrar a los raperos en su programación, excluyéndolos de esta forma de los discursos oficiales —el rap no está entre las manifestaciones que se emplean en las galas y celebraciones de fechas connotativas— patentizando, a la postre, una interpretación periférica con asignación de espacios asimismo periféricos.

En la cita, los participantes —que agradecieron el desarrollo de este tipo de espacios y elogiaron el florecimiento del rap en Guantánamo; así como, la marcada intención de sostener el movimiento en el tiempo— también esclarecieron que no niegan la importancia de lo tradicional para la cultura cubana, pero que debe tenerse en cuenta que la identidad es un proceso en construcción en el que interactúan diferentes subprocesos, géneros y subgéneros artísticos con ciertos puntos de convergencia desde su diversidad, y que sin dudas la mejor producción, es aquella que dota de sentido la identidad nacional.

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