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El periodismo cultural y el reto de lo digital

Muchos son los retos del periodismo cultural en Cuba. A los tradicionales se suman otros relacionados con plataformas digitales, redes sociales y un complejo entramado comunicativo y social, que demanda un ejercicio de la opinión y la crítica sobre temas artísticos y culturales en general cada vez más profundo.

Lo primero será siempre el conocimiento, la superación y la capacidad de análisis de las obras y los sucesos creativos. Resulta muy difícil que un profesional de la prensa tenga todas las herramientas para el reflejo profundo y el análisis del teatro, la danza, la literatura, el cine, el patrimonio, las artes visuales, etc.; por eso es tan pertinente el trabajo conjunto y la inclusión de personas que ya ejercen la crítica en otros espacios —o tienen la formación para hacerlo— como dramaturgos, musicólogos o autores con prestigio —aunque ello implique que deban aprender las dinámicas de los medios de comunicación y el periodismo—.

Su realización con calidad tiene vital importancia para los creadores y la formación de los públicos. No se trata de decir “voy a ser crítico” o “haré un buen periodismo cultural”, no depende solo del propósito ni de apretar botones mágicos. Es primordial tener en verdad el conocimiento y las competencias profesionales para hacerlo, porque con intentos desacertados podríamos tener efectos negativos, como confusión e imaginarios erróneos.

En el presente contexto resulta esencial impulsar el periodismo cultural en plataformas digitales, con el aprovechamiento máximo de la gramática hipermedial, por los debates que suelen ocurrir en esos espacios desde posiciones diversas. Ahí resulta cardinal también el ejercicio profundo y argumentativo de la crítica.

Tenemos mucho por hacer en ese sentido. En Cuba el reto de aprovechar al máximo el mundo web es doble por las dinámicas desfavorables que persisten en lo tradicional, con profesionales, creadores y audiencias poco acostumbrados al ejercicio del criterio “incómodo”. La crítica siempre va a molestar. Resulta casi imposible que algún autor aplauda de felicidad al escuchar o leer críticas a una de sus obras. Y a eso se le suma la necesidad de dominar otras herramientas y códigos de lo digital. El trabajo en equipo parece ser la manera más efectiva de dar pasos más rápidos en ese sentido, aprovechando las potencialidades de cada uno.

Alegra ver algunos ejemplos positivos de iniciativas como podcasts y perfiles hipermediales en medios como el periódico Juventud Rebelde y la revista El Caimán Barbudo, pero falta muchísimo. Aquí todavía no hay experiencias como youtubers o grandes influencers sobre esos temas en las redes.
Nosotros consideramos que cualquier acercamiento desde lo comunicacional al arte o a los sucesos artísticos no debe ser considerado periodismo cultural, porque eso implica también un conocimiento, una ética, un análisis.

Ya en el artículo “Hacer un mejor periodismo cultural no depende únicamente de las formas”, publicado en junio de 2020, comentamos la necesidad de cambiar rutinas productivas y encontrar maneras más atractivas en la presentación de los contenidos, aunque hay otras esencias principales.

Durante la edición más reciente del Taller y concurso Rubén Martínez Villena, convocado por la Asociación Hermanos Saíz, profesionales de varias generaciones debatimos muchísimo sobre este tema y otros retos del panorama comunicativo en Cuba. No basta con intentos aislados, debemos articularnos con estrategias que favorezcan también la superación y la multiplicidad de visiones. La AHS y la Uneac son fundamentales en ese empeño.

El periodismo cultural adquiere cada vez más importancia, como lupa que analiza, desentraña, orienta y guía. Rebasa el arte, la literatura… Es transversal a fenómenos de la sociedad toda, por eso debemos cultivarlo y enarbolarlo siempre de la mejor manera posible.

 

*Publicado orginalmente en La Jiribilla


«El Lloga va a remover los cimientos de la radio»

Desde hace varios años la radio joven tiene como principal evento el Antonio Lloga in memoriam en Santiago de Cuba. Programas creativos alejados de convencionalismos y cánones catapultaron a este concurso como uno de los más prestigiosos del país. Durante no pocas sesiones, un jurado integrado por destacados realizadores de esta ciudad y Holguín, en polémicos debates, lograron premiar las categorías convocadas en esta 30 edición. La directora de programas de Radio Siboney, Zulima Nicolau Lahera, fue la presidenta del jurado del «Lloga» y analiza sin ambages la calidad de las obras presentadas y cómo entender las luces y sombras de este taller.

¿Las obras que concursan tenían la calidad para un evento tan prestigioso?

Este ha sido un año atípico en cuanto a la realización radial debido a la situación epidemiológica que ha atravesado nuestro país. Quizás por eso se ha visto un poco mermada la participación. No obstante, recibimos un total de 35 obras con una calidad discreta.

Hemos escuchado obras muy buenas pero otras no tanto. Me parece que ese no debe ser el medidor, pero sí te digo que las obras que premiamos tenían calidad. Este año no solo ha sido un concurso de la radio, también se ha abierto el espectro, y a partir de ahora será para el universo sonoro. Por primera vez, se concursó en la modalidad del podcast, con excelentes propuestas, historias novedosas, sensibles, creativas, y ha sido un reto para los jóvenes radialistas que se concurse en esta modalidad.

El «Lloga» se dedica a la experimentación radial. ¿Hay experimentación en los trabajos que concursan?

La mayor experimentación fue en los podcast. Quizás en esta 30 edición se haya querido volver a los inicios del “Lloga”. Es la primera vez que soy jurado del evento, pero desde los inicios de la AHS he estado como participante y he visto crecer el Taller.

Creo que el “Lloga” ha traicionado un poco su esencia porque siempre se concibió para premiar la creatividad, lo diferente. Este año se trató de buscar en el espíritu mismo del concurso y hacer un guiño a la experimentación. Pero esa debería ser su esencia, no una categoría o modalidad. Las obras que se presenten deben estar impregnadas por ese espíritu de búsqueda, de creatividad, y no todas las obras respondieron a esa particularidad.

¿A qué le atribuyes esa discreta calidad de buena parte de las obras en competencia? 

Quizás la situación del país no ha permitido hacer la radio que se debería. Recuerda que se modificó toda la programación y puede que eso influyera un poco. Pero también pienso que cuando vas a enviar una obra a un concurso no deben ser obras del trabajo diario; hay que prepararse para el evento. Eso influyó en que la calidad haya mermado un poquito.

Aunque no todas las obras fueron de menor calidad. Hubo algunas correctas, buenas obras. Esto puede haber marcado el evento, incluso su participación, pues en otras ocasiones, más provincias se han sumado a la convocatoria, y esta vez fueron cinco incluyendo a Santiago de Cuba. Se añaden Holguín, Guantánamo, Sancti Spíritus y La Habana. De la capital, para satisfacción del jurado, fueron de medios no radiales como Juventud Rebelde y el Caimán Barbudo.

jurado del lloga in memorian 2020/ foto del autor

¿Significa que el «Lloga» se ha convertido en un espacio no solamente para las emisoras tradicionales? 

Así es. A partir de ahora hay que repensar el universo sonoro, tenemos que mirar con luz larga y las nuevas tecnologías se están imponiendo; y que otros multimedios se sumen al “Lloga” va a remover los cimientos de la radio. Entonces los jóvenes deben repensar la radio, porque si se trata de contar historias, de que las personas se sientan reflejadas en la manera de hacer de la radio y no lo encuentran, puede que hallen eso en otros medios. Los jóvenes tienen que poner su creatividad en función de una radio mejor.

Si tomamos como referencia las obras de esta 30 edición, ¿esa es la radio que queremos?

Creo que no. Estamos mirando la radio desde una mirada contemplativa. Hay que ser más activos a la hora de crear. No puedes estar ajeno al momento que te toca vivir. Tienes que sumarte no solo con tu presencia, también tus ideas, tu talento y eso está faltando un poco. Una vez dije que estábamos haciendo la radio del “copia y pega”, y esa no puede ser la radio. Hay que buscar maneras creativas de hacer. La radio debe ser más inclusiva, participativa, cercana a la gente.

¿Qué géneros o modalidades abundan en esta edición?   

Hubo mucha diversidad. Prevaleció el radio-documental, los programas culturales, etc. Escuchamos temas sui generis como por ejemplo, el transformismo, pero en general fueron trabajos tradicionales de una parrilla de una emisora. Cuando tienes una obra y no sabes si ubicarla en un género o no sabes encasillarla y se sale de formatos, estás ante una pieza experimental.  

¿Fue muy difícil para el jurado escoger las obras premiadas?

Fue bastante difícil. El jurado tuvo un trabajo intenso y extenso. Hubo casos en que escuchabas el programa por primera vez y podías decir que eso era para premio, pero en otros llevó a una búsqueda; incluso con opiniones encontradas, porque casi tuvimos cuatro horas de debates para llegar al gran premio. Creo que no podemos conformarnos con que la radio es la que está, o que un programa esté hecho de una manera correcta que responda a los códigos establecidos. Cuando puedes situar un programa correcto, en una parrilla de programación, eso no significa que esa es la radio novedosa, diferente que queremos.

A este jurado le ha tocado la suerte de haber tenido los podcast y ha sido una responsabilidad. Te pongo el ejemplo, en los podcast no hay un locutor que cuenta, es el periodista; tiene banda sonora, pero es el periodista que se ha apropiado de esos recursos para crear algo y ofrece un significado. Pienso que este concurso va a remover los cimientos dormidos de la radio. Va a poner a pensar a los jóvenes realizadores que la radio debe crecer, mirar hacia otros espacios; que la radio va a asumir otras maneras de hacer.

¿La radio no debería ser experimental?

No puedes vivir eternamente experimentando, pero puedes vivir eternamente creando. Hay momentos en que una experimentación no responde a una obra de arte ni toda experimentación es creación. Siempre el creador debe ir buscando lo novedoso, lo diferente, pero tampoco puede ir rompiendo los códigos establecidos de la radio per se; tienes que saber qué violentas a la hora de hacer una obra artística. Entonces eso hay que definirlo bien.

¿Qué les sugieres a los jóvenes realizadores en este país?

Que sigan participando en los concursos, que busquen maneras creativas de hacer. Quizás en las vivencias que experimentan nacen obras valiosas. Las historias estar para ser contadas, solo falta el tino de qué cuento y cómo lo cuento. Que no se pongan barreras. Hay tabúes, pero pueden romperse. Que no se conformen con lo tradicional. Tienen una responsabilidad con el tiempo que vivimos.

¿Cómo remover los cimientos de la radio para que se convierta en un espacio creativo, que enamore a los diversos públicos?

Pienso que es momento de poner en las manos de los jóvenes las nuevas tecnologías, porque la radio cubana está en audio real en Internet, pero ¿estamos haciendo la radio para Internet? Entonces, si nosotros mismos no nos actualizamos, si no buscamos que esas nuevas maneras de hacer estén en función del arte y la creatividad, no lograremos hacer la radio que queremos. Podemos seguir haciendo la radio tradicional y de ahí hacer obras artísticas. ¿Vamos a conformarnos con eso? La radio ha estado y debe seguir siempre en la vanguardia de la creación.


Bits para expresar la Memoria Nuestra

Por estos días los bits dan vida a las palabras para salvar la memoria nuestra. Un grupo de WhatsApp fue el punto de encuentro que en esta ocasión sirvió para aglutinar los resultados de los jóvenes investigadores de varias provincias, quienes sometieron sus trabajos a la consideración de un público que estuvo muy activo en relación con las ponencias.

Aunque ciertamente se extrañó el ambiente que por lo general impera en el Museo La Periquera, el espíritu fue similar, se generaron interrogantes y comentarios que sirvieron de complemento a las investigaciones presentadas, las cuales a su vez trataron temáticas variadas que se acercan a fenómenos que constituyen patrimonio cultural de la nación cubana.

Las ponencias de la jornada abordaron temas como los valores patrimoniales en la arquitectura de batey, el complejo de la rumba en Camagüey y el rol de la Asociación Hermanos Saíz en el panorama cultural avileño a más de 30 años de fundada la organización. Fueron objeto de análisis  las metodologías, los criterios de selección de las muestras, así como las experiencias similares en las diversas regiones del país.

José Mario Viamonte, participante en la sección de trabajo, respecto a lo acontecido señaló: “los debates fueron estimulantes para el pensamiento joven. Tal vez la oportunidad de estar en casa  es favorable, pues los debates digitales abren oportunidades no exploradas en Cuba, facilitan el intercambio personalizado de forma que se expresan las opiniones de una forma dinámica. Creo que la experiencia de hoy genera una nueva experiencia de intercambio intelectual y de retroalimentación teórica. Para mí ha sido  exclusiva la oportunidad de conocer investigaciones, realidades y problemáticas asociadas a la cultura cubana, lo cual tiene un valor agregado si se tiene en cuenta que proviene de jóvenes investigadores”.

Durante una hora y media materiales de diverso formato –audios, videos y fotografías– permitieron una nivel de interacción multimedial que permitió a través de ese grupo de WhatsApp el desarrollo de una experiencia sensorial muy interesante que lejos de limitar el intercambio, facilitó la comprensión de las posturas de los ponentes.

Por su parte, Yuleidys González Estrada, quien es vicepresidenta en la provincia Granma y miembro del comité organizador, al valorar la jornada comentó al Portal del Arte Joven Cubano: “Se bordaron en profundidad los temas tratados, sin embargo, debo resaltar que lo más importante fueron las alianzas que comenzaron a construirse en torno al desarrollo de acciones conjuntas para la recuperación de la memoria histórica de nuestra organización y la salvaguarda del patrimonio histórico de la nación.

“Ciertamente, la experiencia virtual abre la oportunidad de una participación activa tanto en el debate como en la construcción del proceso en sí mismo. Es la oportunidad de crear de conjunto y constantemente al tiempo que lo vamos socializando, además de que me ha permitido incorporarme como productora del evento aun en la distancia.”


Analiza Consejo Nacional de la AHS funcionamiento interno

Miembros de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) debatieron este miércoles en el Salón de Mayo, del capitalino Pabellón Cuba, el reglamento interno aprobado en el III Congreso de la organización.

Tras un año de la cita y como parte de los acuerdos tomados, el Consejo Nacional ampliado analizó las inquietudes surgidas en los diferentes territorios sobre el funcionamiento y las estrategias de la AHS para este período.

Artistas debaten en Consejo Nacional de la AHS

Durante la jornada, aspectos tales como la ética, los concursos, becas y eventos que se proponen; así como también las conductas a seguir en los crecimientos de los nuevos integrantes fueron resaltados.

Bajo la conducción del presidente de la AHS, Rafael González Muñoz, y el vicepresidente Yasel Toledo, la joven vanguardia artística propuso nuevos enfoques para algunos de los códigos que rigen los caminos de la organización.

También el espacio fue propicio para revisar cuestiones administrativas y logísticas de cada provincia y los procesos de diversa índole que se realizan. Al finalizar el encuentro los presentes aprobaron con unanimidad el reglamento.

Hasta el 18 de octubre en la sede nacional de la Asociación, los jóvenes creadores examinarán con una mirada crítica la ejecución de los acuerdos aprobados en el III Congreso, ocasión que además servirá para compartir la obra artística de sus miembros.