afrodescendientes


Un encuentro desde y por la resistencia

Durante tres días la Casa de las Américas reunió desde las plataformas digitales a activistas, estudiosos y representantes de distintas organizaciones, quienes abordaron temas relacionados con la actual realidad económica, política, social y cultural de las comunidades nativas americanas, afrodescendientes y latinas en los Estados Unidos.

El evento, que se convocó desde una perspectiva descolonizadora, permitió analizar los desafíos que en la actualidad enfrentan estas poblaciones en el país norteño.

Winona LaDuke, especialista en desarrollo rural, soberanía energética y justicia ambiental, economista y educadora, comentó sobre su amplia experiencia de lucha contra la minería de uranio en el suroeste de los Estados Unidos; en las reservas Navajo y en la Pine Ridge en Dakota del Sur, y posteriormente en la White Earth, donde el pueblo ha batallado para evitar que su arroz silvestre sea modificado genéticamente por la Universidad de Minnesota y las corporaciones.

Compartió también sobre la lucha contra los oleoductos de arenas bituminosas que son desde el principio, según manifestó, “petróleo de sangre para los indígenas del norte”, donde –luego de ocho años– lograron que se cerrara una de estas tuberías que importaba el combustible fósil hacia Canadá. A pesar de ello, apuntó que ahora han instalado otro en Minnesota; de ahí su lucha y la de muchos otros por sus derechos y el privilegio de la vida, para “tener un buen futuro en el que podamos respirar el aire y beber el agua y comer pescado y tener nuestras frutas y verduras locales de nuestros huertos”.

“Estoy agradecida por este momento en que puedo hablar con ustedes en un país diferente y podemos compartir nuestras luchas. Y lo que quiero decir es que estaremos peleando por estas rocas, tuberías y petróleo por el resto de nuestras vidas”, afirmó LaDuke, quien agradeció el liderazgo de Cuba en el mundo desde su posición como una mujer indígena del lejano norte en el sur global: “Les agradezco su valentía y les pido que sepan que, en mi corazón, pienso a menudo en ustedes”.

Por su parte, el periodista e historiador Nick Estes expuso también sobre su experiencia, y abordó acerca de The Red Nation, movimiento social que cofundó en 2014 en Albuquerque, Nuevo México, cuyo fin era estudiar cuántos indígenas habían emigrado de la reserva debido a problemas económicos y de seguridad laboral, así como el acceso a la atención médica y la vivienda.

Comentó acerca de la batalla de este movimiento contra una compañía de oleoductos canadiense llamada Enbridge, que construyó un oleoducto de arenas bituminosas a través del norte de Minnesota, y el cual atraviesa a más de 200 vías fluviales diferentes, específicamente de agua dulce.

Detalló que el conducto filtró cinco veces diferentes lo que ellos llaman fluido de fracturación hidráulica hacia ecosistemas altamente frágiles, lo que no solo es un problema indígena, sino de todos, pues incluía el agua potable, dijo.

Especificó que solo en lugares como Flint Michigan durante el mandato del expresidente Obama enfrentaron una crisis de agua potable que afectó a los niños pequeños pobres, concretamente a los niños negros en los Estados Unidos. “Esta crisis causó todo tipo de problemas, de daños irreparables debido al envenenamiento por plomo. Entonces, beber agua en los Estados Unidos es lo que llamamos un problema de clase”, aseveró.

Estes también se detuvo en los impactos de la pandemia para las comunidades indígenas, los cuales han sido devastadores, y no porque estos pueblos fueran biológicamente inferiores, como se describió en los principales medios de comunicación.

El III Seminario de estudios sobre las comunidades nativas americanas, afrodescendientes y latinas en los Estados Unidos se efectuó online –debido a la situación epidemiológica– después de 40 años de que la Casa de las Américas efectuara un encuentro de este tipo y reuniera a más de 50 creadores, sociólogos, activistas y expertos provenientes de varios países, principalmente de esa nación norteña y Puerto Rico, para analizar y discutir aspectos y desafíos de las comunidades mal llamadas “minoritarias” en esa nación.

Amanda Sánchez Vega, especialista del Programa de Estudios sobre Culturas Originarias de América de la Casa, puntualizó a la prensa que el evento –con el auspicio también del Centro de Investigaciones de Política Internacional– tuvo el objetivo de visibilizar la realidad de estas comunidades de los Estados Unidos.

Sánchez Vega especificó que en esta ocasión se contó con la participación de una treintena de investigadores, activistas, artistas de diferentes área de estudios; y reconoció el apoyo de varios amigos de la Casa como la escritora cubana Sonia Rivera Valdés, radicada en Nueva York y presidenta y una de las fundadoras de Latino Artists Round Table (LART), a la intelectual afrodescendiente Rosemari Mealy, al director ejecutivo del People´s Forum (New York) Manolo de los Santos, así como a la activista norteamericana Winona LaDuke.

Destacó que en el contexto del Seminario hubo dos presentaciones de libros del Fondo Editorial Casa de las Américas, la antología Aniversarios de Resistance. Reflections from the CSUN (Si ES IU EN) Chicana/o Studies. Department, una compilación de Martha D. Escobar, Alicia Ivonne Estrada y Melisa C. Galván; y el poemario en edición bilingüe Madrigal para un príncipe negro, de la poeta cubana Nancy Morejón, con traducción de María Rodríguez-Alcalá y Juanamaría Cordones–Cook.

En el Portal Informativo La Ventana, de la Casa, así como su sitio web www.casadelasamericas.org y su canal de YouTube, se encuentran disponibles las video-presentaciones que recogió el programa durante los tres días en que sesionó, además de otros detalles de la cita.


En Casa de las Américas sesiona seminario de estudios de comunidades en Estados Unidos

Desde este miércoles, la Casa de las Américas acoge el III Seminario de estudios sobre las comunidades nativas americanas, afrodescendientes y latinas en los Estados Unidos, un evento que regresa, esta vez desde las plataformas digitales, cuando han transcurrido 40 años de que en esta misma institución se reunieran más de 50 creadores, sociólogos, activistas y expertos provenientes de varios países, principalmente de esa nación norteña y Puerto Rico.

fotos: abel carmenate

Jaime Gómez Triana, vicepresidente de la Casa, recordó en las palabras iniciales de la cita precisamente ese momento, en que, justo este día, se efectuara la inauguración del I Seminario sobre la situación de las comunidades negra, chicana, cubana, india y puertorriqueña en los Estados Unidos (1981), que «buscó mirar a los desafíos de las comunidades mal llamadas “minoritarias” en los Estados Unidos en un esfuerzo por conectar con el pueblo estadounidense y que contó con la participación de figuras de enorme liderazgo en sus comunidades que llegaron para debatir y propiciar el análisis científico, pero sobre todo para conseguir el mutuo conocimiento entre nuestros pueblos».

fotos: abel carmenate

El embajador José Ramón Cabañas, quien se desempeña actualmente como director del Centro de Investigaciones de Política Internacional, aseguró que a pesar de los años de aquel primer encuentro, está seguro que se abordarán problemas comunes y peligros por enfrentar, mucho más cuando el discurso político al interior de los Estados Unidos se polariza aún más.

El también Doctor en Ciencias recordó que durante su estancia por más de ocho años al frente de la misión diplomática de Cuba en Washington, tuvo la oportunidad de apreciar muy de cerca los problemas que enfrentan las comunidades afrodescendientes, chicana, india y puertorriqueña, y que no muchas personas conocen en los Estados Unidos que alrededor de 200 jóvenes estadounidenses se han graduado como médicos en la Isla sin costo alguno, la mayoría de ellos pertenecientes a las comunidades de las que trata este seminario.

fotos: abel carmenate

Compartió que constituye un acontecimiento participar en el Festival Anual de Jazz (en New Orleans) –y más cuando Cuba fue país invitado en 2017–, «donde más de 150 artistas y creadores se fundieron con la población local para desentrañar las raíces de una mezcla que se remonta al primer obispo que tuvo aquella ciudad proveniente de Santiago de Cuba, o al momento en que soldados de ocupación afrodescendientes permanecieron por varios meses en el extremo oriental de la Isla, absorbieron la influencia de los ritmos musicales locales y después regresaron a casa para crear el jazz».

Se refirió además a otros hechos que permiten hablar sobre «cuán cerca (o lejos) estamos y cuánto nos parecemos», razones que justifican –afirmó– que se organice ahora un tercer seminario sobre este tema, aunque hayan transcurrido 40 años.

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«Estamos seguros que los resultados del intercambio que tendremos en estos días nos permitirá llegar a ciertas conclusiones, entre otras, que el intercambio debe ser más frecuente y que el diálogo entre comunidades de Cuba y los Estados Unidos es un factor insustituible para el mejoramiento de la relación oficial bilateral», concluyó Cabañas.

El Doctor en Ciencias Antonio Aja, director del Programa de Estudios sobre latinos en los Estados Unidos de la Casa de las Américas, abordó aspectos importantes sobre la migración latina hacia ese país, y su inserción en el escenario político, económico y cultural.

Puntualizó sobre los grandes retos y problemas migratorios relacionados con este tema, y ejemplificó que solo en el año fiscal que recién concluyó en los Estados Unidos fueron apresadas más de un millón 700 mil personas en las fronteras entre México y esa nación, fundamentalmente centroamericanos y haitianos.

fotos: abel carmenate

Detalló que desde 2018 comienza a formarse de manera organizada caravanas de emigrantes, utilizando la ruta del sur para llegar al norte. «En octubre pasado una caravana de más de seis mil personas se dirige desde Centroamérica para arribar a la frontera México-EE.UU», dijo.

Y es que es imposible analizar la población latina en los EE.UU sin examinar la inmigración hacia ese país, «una inmigración que no concluye porque tiene causas, en primer lugar, en los elementos disfuncionales de las políticas de Latinoamérica, en particular en el área de Centroamérica y el Caribe que esperan que la población utilice su derecho a emigrar, y no su derecho a no emigrar, que también es un derecho humano», refirió.

Afirmó que entre otras causas están las redes sociales que viabilizan este proceso, el transnacionalismo, en el papel de las remesas en las economías latinoamericanas que cada vez son más dependientes de estas cuotas de dinero, así como la separación de las familias.

fotos: abel carmenate

Se detuvo en el caso particular de Cuba, muy singular en las Américas en comparación con el resto de los latinos, y comentó brevemente acerca de las posturas de las últimas administraciones estadounidenses en relación con la política migratoria de la mayor de las Antillas hacia su país, que hace que sea un escenario complejo y diferente, aunque la Isla no es una de las principales naciones que le aportan migración latina, aclaró.

Explicó que los latinos es la principal minoría étnica de ese país, por encima de los afronorteamericanos, al sobrepasar los 50 millones de personas, lo que tiene una impronta en la economía y en las relaciones culturales, aunque no así en el poder político-legislativo norteamericano.

Manifestó la relevancia del Programa de Estudios sobre latinos en los Estados Unidos de la Casa –creado por el escritor e intelectual Roberto Fernández Retamar–, el cual «se interesa por cada una de las relaciones de estos análisis y la presencia de cada uno de estos procesos en el quehacer artístico-literario, en general, de los latinos en los EE.UU», de ahí la importancia de las relaciones académicas y culturales con los latinos de ese país y con los que estudian esta presencia allí, aseveró.

fotos: abel carmenate

En el Seminario se abordarán, desde diferentes disciplinas, aspectos relacionados con la actual realidad económica, política, social y cultural de estas comunidades; las estrategias propias de comunicación y diálogo; los procesos educativos y de formación desde una perspectiva descolonizadora; y la resiliencia frente a la Covid-19.

En el Portal Informativo La Ventana, de la Casa, así como su sitio web www.casadelasamericas.org y su canal de YouTube, estarán disponibles los detalles del programa previsto para estos tres días, en el que destaca la presentación de dos libros editados por el Fondo Editorial Casa de las Américas: Aniversarios de Resistance. Reflections from the CSUN (Si ES IU EN) Chicana/o Studies. Department, una compilación de Martha D. Escobar, Alicia Ivonne Estrada y Melisa C. Galván; y el poemario en edición bilingüe Madrigal para un príncipe negro, de la poeta cubana Nancy Morejón, con traducción de María Rodríguez-Alcalá y Juanamaría Cordones–Cook.

Entre los participantes estarán la activista Ojibwe Winona LaDuke, la profesora afrodescendiente Rosemari Mealy, y Sonia Rivera Valdés, escritora cubana que vive en Nueva York, mujeres de gran activismo social y cultural.


“El arte de escribir es un salvavidas para muchos”

Jackeline Rojas A. escribe desde la soledad y el silencio, pero también desde el bullicio de las calles donde encuentra material para sus historias. En su creación se mezclan la poesía, la narrativa y la crónica: así construye ese acto imprescindible en la existencia humana que es el arte de la comunicación con los lectores. Esta entrevista es una invitación a conocer la obra de esta autora novel que, sin duda, establece puentes de conexiones visibles entre su realidad y la del público.

¿Cómo nace en ti la inclinación hacia el mundo de la palabra? ¿Por qué elegiste la literatura?

Desde pequeña me gustó leer, y disfrutaba mucho las sesiones de biblioteca que estaban incluidas en el programa escolar. Aún recuerdo a mi primera bibliotecaria, América, quien tenía tal magia al contar fragmentos de libros que era casi imposible salir de la biblioteca sin haberte leído al menos un pasaje. En mi casa también recibí libros: regalos preciados que he cuidado con mucho cariño hasta el día de hoy. No creo que yo haya escogido a la literatura; ella me escogió a mí. Desde la infancia, sin darme cuenta, he estado garabateando ideas y sentimientos en un papel.

¿Cómo definirías tu estilo?

No soy amante de los encasillamientos y clasificaciones, porque creo que limitan la visión que el público pueda tener sobre el artista. Pero si he de responder a la pregunta diría que soy de una autora que posee un estilo elegante y sobrio en ocasiones.

En tu proceso creativo, ¿optas por la rutina, por los ritos o por la improvisación? ¿Puedes hablarnos más de cómo transcurre dicho proceso?

Adoro escribir en las mañanas, bien temprano, antes de que salga el sol. Disfruto el silencio y el susurro de la naturaleza que despierta lentamente. Prendo una vela y después de unos minutos de meditación estoy lista para llenar la página en blanco. En muchas ocasiones me hago acompañar de música instrumental, la cual selecciono según el tema sobre el que voy a escribir.

¿Sientes que la literatura rinde más frutos cuando hay un método de trabajo que la dirige o apuestas por la libertad creativa en su más amplio registro?

He aprendido que sin metodología y organización el camino se hace más difícil. En mi caso, antes de desarrollar una metodología, yo escribía unas veces más que otras, pero no creo que fuera muy regular. Sin embargo, desde que comencé en Laboratorio de Escrituras “Encrucijada” soy mucho más disciplinada y he podido afrontar retos en diferentes géneros que jamás pensé abordar anteriormente.

¿Cómo le das vida al hijo-libro? ¿Sientes una relación maternal con las historias que creas?

Por supuesto, mis historias tienen una parte esencial de mí o me han sido cercanas. Darle vida al hijo-libro es un proceso que disfruto mucho, incluso llego a tener palpitaciones en disímiles momentos del proceso. Existe también un proceso de investigación que adoro porque es como nutrir tu alma y llenarla de diferentes elementos. Mi relación personal con las historias es estrecha, pero a la vez que doy a luz, dejo ir a mi hijo-libro, que sea libre y recorra otros caminos.

Eres una autora que se mueve en diferentes registros y géneros literarios, ¿crees que ese eclecticismo creativo le aporta al proceso escritural del autor?

En mi experiencia, le aporta muchísimo, porque este eclecticismo te hace buscar otros lenguajes, otras visiones para que tu obra no se haga repetitiva, incluso te permite ponerte en la piel de diferentes actantes, imaginar diversas situaciones que, de encasillarse en un solo género, con probabilidad nunca explorarías.  

Para un autor novel, ¿cuán difícil es abrirse paso en la selva de las palabras?

Es muy difícil. Hay todo un entramado preestablecido que a veces, y aunque lo desees con pasión, no te permite llegar a las puertas correctas. O tu trabajo no cae en las manos apropiadas y se duerme entre otros manuscritos. Pero no por eso hay que abandonar; al contrario, no debemos dejar de perseverar.

¿Dónde encuentras material para escribir tus historias?

Me encanta escuchar a las personas cuando camino por la calle, cuando se acercan a ti sin conocerte y te cuentan su vida. A veces simplemente escucho. Me alimento de todo lo que se mueve a mi alrededor y hasta de lo que no se mueve. Encontrarme una ceiba en el medio del campo puede tener una importancia vital para mí. Cuando observo su forma, las ramas, su majestuosidad, estas me hablan tanto como una persona.

En los tiempos que corren, ¿quién es el escritor?, ¿qué lugar tiene en el mundo? ¿Existe salvación en el acto creativo?

El escritor es un mensajero. En estos tiempos convulsos, llenos de apatía y desesperanza en ocasiones, el arte de escribir es un salvavidas para muchos y un acto de esperanzas para otros. Un poema puede cambiar la percepción de un hecho, te sientas identificado o no con este. Crear es imprescindible para la existencia humana. Es el enorme porciento de espiritualidad y de amor que debe seguir acompañando nuestras vidas. No debemos renunciar al gozo y el asombro que puede provocarnos la más mínima brizna de arte.

¿Quiénes son tus principales referentes creativos?

Me nutro de los clásicos y también de los contemporáneos. No tengo un referente en particular, porque temo caer en la influencia indirecta que puedes recibir cuando lees mucho del mismo autor. No obstante, si lees, si contemplas obras de arte en una galería o vas por la calle andando, de alguna manera tu obra va estar influenciada por ese fluir de la vida.

Ser mujer, negra, madre y cubana, ¿define tu escritura? ¿Son la racialidad y lo femenino temas que directamente impactan en tu creación?

Por supuesto que define mi escritura. Mi poesía no es la misma desde que soy madre. Y sí, el hecho de ser afrodescendiente y vivir en una isla me hace ver la escasez de personajes en la literatura nacional que sean como yo, y entender incluso que los estereotipos con respecto a personas negras se perpetúan aun hoy: por eso he decidido crear personajes que dejen una huella, que se conviertan en héroes negros con valores, virtudes y, por supuesto, defectos.

¿Hasta qué punto la literatura tiene el deber de impactar o cambiar la realidad? ¿Debe acaso apostar por otro camino u otras rutas de sentido?

En esta realidad tan ausente de asideros y de rumbo, pienso que la literatura es una fuente de cambio que debe apuntar a ganar, para influir positivamente en un mundo tan bombardeado de informaciones superfluas. Sí, la literatura no debe aislarse de otras manifestaciones artísticas; al contrario, debe estar siempre en juego con ellas para poder llegar de una manera u otra a más público y no quedarse anquilosada en viejas estructuras.

¿Qué, a tu criterio, es esencial para que un texto literario tenga calidad y llegue a los lectores?

A veces la calidad no va de la mano junto al éxito literario, pero considero que un texto debe ser escrito con el alma y sin grandes pretensiones de fondo. Si es bueno, ese texto solo se abrirá camino en el complejo mundo de las letras. No puedo dejar de mencionar que el trabajo editorial es importantísimo. No debemos conformarnos, sino intentar llegar siempre a lo más alto de nuestra escritura.

Más allá de la página en blanco, ¿quién es Jackeline Rojas A.?

Soy una mujer muy espiritual que adora escribir, estoy llena de sueños. Me encanta reír y pasar bellos momentos. Detesto la rutina. Adoro caminar. La vida cultural es parte esencial en mi vida: ir al teatro, disfrutar de un concierto en la salita del Museo de Bellas Artes, ir de la mano de mi pareja mientras contemplo el mar. Considero que disfruto tanto el pasar tiempo con mi familia como el silencio sonoro de una mañana.


El lado femenino de la afrodescendencia (+ video)

La proclamación del Decenio Internacional de los Afrodescendientes, desde el 1ro de enero de 2015 al 31 de diciembre de 2024, ha sido esencial para el diseño y puesta en marcha de políticas gubernamentales y públicas encaminadas a la defensa de los derechos económicos, sociales, cívicos o culturales de un importante sector de la comunidad global. Si bien es cierto que el vocablo «afrodescendencia» evoca el origen y la evolución de toda la especie humana, en las últimas décadas se ha utilizado, de manera recurrente, para visibilizar un heterogéneo y complejo grupo social que ha tenido que enfrentar, a lo largo de la historia, las vejaciones e ignominias inherentes a la discriminación racial.

Antes de esta proclamación, ya la Asamblea General de las Naciones Unidas había incluido en sus agendas de trabajo un programa de actividades asociado a este tópico: la declaración del “Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente” en 1992, la “Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia” en 2001, la “Declaración y el Programa de Acción de Durban”, aprobada en esta conferencia, el consenso para la conmemoración del “Día Internacional de Recuerdo de las Víctimas de la Esclavitud y la Trata Trasatlántica de Esclavos” en 2007, así como el pronunciamiento a favor de la celebración del Año Internacional Afrodescendiente en 2011.

En cada una de estas resoluciones ha persistido el interés por atender la situación de vulnerabilidad de las mujeres afrodescendientes. Con el propósito de rememorar el “Primer Congreso de Mujeres Latinoamericanas y Caribeñas”, que tuvo lugar en República Dominicana en 1992, cada 25 de julio se celebra el “Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente”, también conocido como el “Día de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora”.

En este congreso se abordaron temas esenciales para el sujeto negro, de manera general, y la mujer negra, de modo particular. Entre ellos podrían señalarse el sexismo, la violencia de género, la discriminación racial, la pobreza, la marginalidad y la migración.

Sin dudas, son muchos los desafíos que las mujeres afrodescendientes han tenido que enfrentar. Varios investigadores e investigadoras han insistido en el hecho de que la mujer debe encarar varios niveles de discriminación: además de la condición de género, debe afrontar el sistema de prejuicios y estereotipos asociados al color de la piel, a la clase social, a la filiación religiosa o a la orientación y la identidad sexual. La coexistencia de estas categorías en un mismo sujeto social es lo que la académica afroamericana Kimberlé Crenshaw (1959) ha catalogado como la «interseccionalidad».

Kimberlé Crenshaw: «Pero de la misma manera que la interseccionalidad intensifica nuestra percepción sobre cómo las mujeres negras viven sus vidas, también expone las circunstancias trágicas cómo las mujeres afroestadounidenses mueren.» (foto tomada de Tedtalks)

La mujer negra, en tanto sujeto social, no es solo afrodescendiente, puede ser también una mujer pobre, musulmana, homosexual, transexual; lo que la convierte en una especie de receptáculo de discriminaciones con las que tiene que lidiar durante toda su existencia. De este modo, recaen sobre ella un sistema de prejuicios y estereotipos de carácter socio-económico, religioso, sexual o cultural.

Ahora bien, no debemos creer que este sistema de prejuicios y estereotipos son reproducidos, exclusivamente, por el llamado racismo anti-negro. Lamentablemente, algunos de los intelectuales hombres, considerados portavoces de las luchas antirracistas, siguen repitiendo esquemas de pensamiento y prácticas bastante machistas y sexistas.

Sin ánimo de ser absoluta en mis lecturas y reconociendo que en este error también son responsables las mujeres, pienso que no todo el discurso y la praxis antirracista, incluso no todo el discurso y la praxis de izquierda, ha asumido las urgencias por articular los feminismos, las alteridades religiosas o las disidencias sexuales, por solo citar algunos ejemplos.

Creo que las mujeres afrodescendientes, de todo el mundo, han tenido que asumir importantes retos: estudiar, sistematizar y valorar lo mejor del corpus de ideas y prácticas que han marcado la cultura universal, atendiendo, de modo particular, las principales voces del feminismo y el afro-feminismo; articular un movimiento multidisciplinario y plural que realice un trabajo sistemático y consecuente con sus principios y pautas de acción; alzar su voz, alejándose de relatos victimizadores y suplicantes; dialogar, constantemente dialogar con aquellos grupos sociales ninguneados por la colonización y la colonialidad.