Fabulaciones de Junior con la historia

Hoy en día, en un país donde el verso rimado ha perdido y pierde cada vez más espacio (quizás por prejuicio, quizás por desconocimiento, quizás por ambos), es fresco encontrarse un libro como Fabulaciones del verbo, Editorial Sanlope, 2015 del escritor Junio Fernández Guerra.

Fabulaciones es la ópera prima de este joven escritor, quien luego ganaría el premio Calendario en la categoría de Poesía infantil con otro libro de similar estilo. Con Fabulaciones del verbo, Junior nos presenta un libro dividido en tres secciones bien marcada temática y estructuralmente: Abstracción de la piedra de la cordura, La soportable necesidad del ser y Las flores del mar.

Si bien Junior fabula con el yo, como especie de monólogo interior o conversación con ese otro lector sobre la soledad, el sexo, el deseo, el abandono o, simplemente, el amor y el desamor en esta primera parte como eje temático, esto es algo que podremos encontrar en el resto de la obra.

Pero, ojo, no es para nada un libro romántico.

Junior tiene la necesidad de fabular, de filosofar: Junior quiere contarnos algo.

Para eso lo hace de la mejor manera que conoce y es con la literatura; en especial, la poesía. Esta le brinda la posibilidad de lucir un lenguaje exquisito, erudito, que le permite realizar un juego inteligente de palabras e imágenes que enriquecen los versos. Además del lenguaje, el rey por excelencia de este libro, Junior le agrega profundidad a los textos con sugerentes títulos a los poemas, jugando con referencias bíblicas, a escenas de la mitología y cultura griega, poemas, poetas, etc.

Esto es buena parte del atractivo principal de este libro (amén de la experimentación y el riesgo) se encuentra en el rejuego del humor, el lenguaje y las referencias. Los títulos de los poemas nos brindan una sinopsis de lo que encontraremos: Mata Hari extasiada ante el pelotón de fusilamiento mientras la muerte interpreta la danza de los siete velos, La décima musa en el estanque de las ninfas, Último delirio de Donatien en Charenton (dormido entre las piernas de Constance), Elegías del bardo (o cualquier silueta bípeda incestuosa), Éxodo 19,94, entre muchos más así de sugerentes.

Junior Fernández no quiso escribir un libro cómodo, sencillo, simple. Eso se nota desde la primera página. Fue arriesgado al elegir temas complicados de desarrollar de una forma original, diferente; el uso de un lenguaje alto, erudito, multireferencial, moderno, fresco, con toques de ironía y humor negro; tal vez, hasta crítico en ocasiones.

Al autor no le bastaba eso y fue más allá.

En una tierra donde la décima es la reina de la poesía, Junior quiso arriesgarse y jugar “en casa del trompo”.

Y jugó con la estructura, con la forma. Tomó la décima espinela, la décima de vanguardia, el soneto, e hizo lo que sintió que era necesario hacer para transmitir su mensaje.

Pero no le bastó.

No le bastó el verso octosílabo, el endecasílabo, y la forma tradicional que utilizó en varios de los poemas. Algunos de sus textos exigían otra estructura, y él la rompió y adaptó la forma al contenido. Escribió lo que podría parecer verso libre, prosa poética e incluso epigramas para el lector menos conocedor de la poesía rimada.

Sin embargo, son décimas.

Décimas octosílabas, endecasílabas y hasta de tres y cinco sílabas. En el caso de Fabulaciones del verbo, la forma no genera contenido, sino todo lo contrario.

Por si fuera poco, no era suficiente experimentación con el lenguaje, con la temática, con la estructura de la décima. Junior necesitaba ir más allá, ir al soneto y escribió (además de sonetos tradicionales) algo que podría llamarse “sonetésima”, como dice el escritor Eduardo Rosell.

Al inicio y cierre de la segunda parte, Junior escribió dos conjuntos de siete décimas, cada uno, dentro de la estructura de cinco sonetos. Si es difícil crear una buena décima o un buen soneto, moderno, fresco, con un mensaje interesante, imagínense mezclar ambas composiciones poéticas, que funcionen cada una de forma individual y como un todo.

Fabulaciones del verbo es un libro que necesita ser leído por los amantes de la poesía rimada y, sobre todo, por los que afirman que la estructura, la rima, es “una camisa de fuerza” ya sea para el contenido como para el lenguaje. Este libro es la muestra de que los jóvenes tuneros, los cubanos, están escribiendo buena poesía contemporánea, moderna, interesante, experimental y transgresora. Y, al mismo tiempo, siguen siendo fiel a las formas clásicas, sin renegar de la historia y nuestro patrimonio cultural.

Junior Fernández Guerra es un ejemplo claro de esto.

El libro es una inmensa historia, una fábula y, como tal, siempre trae una enseñanza, un mensaje, algo que no te deja indiferente, ya sea luego de leer cualquiera de sus poemas o luego de terminar el libro. 

Fabulaciones es una clase, una prueba de que, si salimos de esa zona de confort, si nos arriesgamos, podemos crear obras maestras en nuestra isla. Obras como esta, que nos contaminan y nos dejan con ganas de seguir fabulando por siempre y más.

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