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Nada de errático y sí mucho de animal

Leer el libro de poemas Errático Animal, del poeta Jorge García Prieto, es de lo más emocionante y al mismo tiempo maravilloso. Es un viaje de ida y vuelta del corazón a la mente con cada poema. Errático Animal fue el premio del concurso de décimas Francisco Riverón Hernández 2017, publicado por Ediciones Montecallado, Cuba, en 2018.

¿Qué es lo más impresionante de Errático Animal? Todo. Lo primero que resalta en la lectura es ese sentimiento que transmite cada poema, cada estrofa, cada verso. Cada imagen d/escrita por Jorge García Prieto llega a ser sinestésica, real, cala en lo profundo de tu ser. Una característica increíble en este poemario, es que cada poema parece mejor que el anterior. Sin embargo, luego de llegar al último, especie de falsa cumbre de calidad, al releer cualquier poema al azar, este vuelve a parecer mejor que cualquier otro leído previamente. Esto da una medida de que no solo cualquiera de los poemas son buenos y parejos en calidad, sino que el libro en su todo, es magnífico. Sin embargo, cuando se habla de poemas memorables dentro del cuaderno, hay que hacer un acápite aparte para aquel que inicia la primera sección del libro: me quito el rostro y debajo…

Otra característica a destacar del libro de poemas Errático Animal es que parece una novela, o un cuento corto. Hay una historia central en el libro, un hilo común que une a todos los poemas. Lectura a lectura vemos como un personaje aparentemente referencial, pero físico en cada poema, nos va narrando su dolor y su viaje de descubrimiento y transformación. Algo que podemos describir en narrativa como el camino del héroe, o evolución del personaje. Una de las reglas irrompibles en las novelas: un personaje principal no puede terminar igual a como comenzó.

Esto es lo que vemos ocurrir en Errático Animal. Que no tiene nada de errático y sí mucho de animal… animal vivo. No es una selección de poemas al azar. Cada una de las partes del poemario Errático animal, Recia Prisión y Pesadillas del insomne, abren y cierran un capítulo de esta historia; donde este personaje inicia con esa búsqueda por encontrarse, re/conocerse, saber quién es en realidad la persona que está bajo ese rostro. Para lograrlo, tiene que encontrar, descubrir algo que necesita, que le falta y le causa dolor su ausencia. Esta persona que se culpa y se castiga por las cosas que dijo y las que calló, es la misma que, ante la pérdida de su amigo, niega a Dios y lo encuentra para renacer en la segunda parte. Algo, o alguien, sucede en esa primera parte entre la pérdida y el dolor en Errático animal, que lo hace ver las cosas desde otro punto de vista (suerte de epifanía) y realiza una especie de renacimiento con Recia prisión para cerrar el primer ciclo o capítulo.

A partir de Pesadillas del insomne poco a poco el lector comienza a notar el cambio ocurrido y a descubrir qué fue eso que buscaba y que siempre estuvo ahí, todo momento delante de sus/nuestros ojos.

Al llegar al final, quizás las únicas pegas que cualquiera puede encontrarle al poemario, es lo escaso de su extensión (cualquier cantidad de páginas siempre serán pocas); lo rápido que se lee y la necesidad que deja de volver a leerlo, para no perderse uno solo de los numerosos mensajes ocultos en la sicología inmersa entre cada décima. Es un poemario, en apariencia simple, sencillo, con un lenguaje bastante directo; pero en realidad, muy profundo.

Es casi imposible no verse, o ver identificado a alguien, o a uno mismo, al menos una vez en el libro. Escenas de la cotidianeidad, del placer y el dolor se ven reflejadas en estas décimas; pero también la belleza y la alegría. En el poemario, el autor nos muestra varios rostros, no solo de él, sino de la vida. Los rostros son como ese leit-motiv que aparece, desaparece y se transmuta durante todo el texto. Rostros tristes, violentos, alegres, felices, esperanzadores y el rostro de la muerte y la pérdida: un rostro debajo del otro, como bien dice el poema.

Pero no es solo del rostro como un todo, como analogía a esa identidad del autor y lector, de lo que hace referencia Jorge García Prieto. También escribe de la lengua y su poder para crear y para destruir “¿Sin lengua hablar será heroico? / ¿Sin voz tendré otro semblante? La cabeza también, lugar de la génesis de las decisiones. Una cabeza que Jorge prefiere dejar en una guillotina metafórica que corte la tristeza; la nuca, sangre, el vacío, Dios, el hambre, los sueños entre otras partes del cuerpo como si fueran objetos inherentes al ser humano. Partes que el autor quisiera quitarse y dejarlas a voluntad con tal de avanzar en la vida.   

En Errático Animal, Jorge García Prieto nos ha abierto una ventana a su maravilloso universo, aparentemente errático y en caos, pero sumamente ordenado y pensado.

Igual de pensado es la estructura de los poemas. El autor nos muestra una maestría absoluta en el dominio de la métrica y estructura de los versos. Jorge García Prieto no solo utiliza la estrofa clásica de los 10 versos, sino que, algunas veces, parte las estrofas y las separa a conciencia para resaltar aquello en lo que quiere que centres la atención. En otros casos lo hace para simular otros tipos de poemas, como los sonetos, el verso libro, e incluso, la prosa poética, etc. A veces, emula varios en el mismo poema. No obstante, no dejan de ser décimas, ni en la rima ni en la métrica. Aparecen tan bien escritos que cualquier lector, sea poeta o no, puede señalar cada octosílabo y cada rima. Es fácil de descubrir gracias a una sabia elección de palabras claves por parte del autor y el énfasis que estas brindan a los versos.

Quizás lo mejor, aunque, al igual que los poemas, cualquiera de estas características puede ser la mejor, es que, al leer estos versos, parece que conversamos con el autor. Se dice que, en cada obra de arte, el artista pone algo de su alma y en dependencia del amor y el alma que se le ponga, será el éxito y la reacción que esta cause en el público que la admire. Pues Errático Animal parece estar escrito con su sangre y sobre el alma. Es un libro sincero, hermoso, magnético, perfecto en todo sentido. En una reseña[i] a otro de los libros de este autor, El lado sano de la lágrima, Ediciones Laponia, el poeta español Antonio Arroyo Silva dice que los poemas en este libro son un diálogo entre Jorge García Prieto y José Martí. Entonces no me parece descabellado afirmar que Errático Animal sea un diálogo, o testimonio, del autor conmigo, contigo, con todos.

 

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[i] https://esquinaparadise.blogspot.com/2020/01/el-lado-sano-de-la-lagrima-de-jorge.html?m=1

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