Liuba María Hevia: una obra que enamora y ensancha

Espectadores de Santiago de Cuba, Holguín, Camagüey, Villa Clara… han asistido a conciertos que sobresalen por su exquisita factura, y donde se desborda el gran poder de comunicación de su protagonista con el público. En estos encuentros, la cantautora nos acerca a variados géneros musicales, con sus versiones de la trova tradicional, tangos, milongas, ballenatos… así como a manifestaciones artísticas relevantes del teatro, la danza contemporánea y las artes plásticas.

Ausencia, Si me falta tu sonrisa, Estela, granito de canela, Los hilos de la luna, Vidas paralelas, entre otros títulos, son temas que ha regalado al público en las presentaciones. Son temas con profundo sentido social pues Liuba ha estado preocupada siempre por exaltar los valores humanos en una sociedad consumista como la contemporánea. En sus composiciones afloran guajiras, boleros, sones, habaneras y además nos ofrece cuidadas versiones de grandes clásicos latinoamericanos.

Si algo ha distinguido su entrega durante todo este tiempo es la presencia en su grupo acompañante de las cuerdas clásicas como el cello y el violín, junto a instrumentos folklóricos cubanos como el tres y el laúd. Todo ello le imprimen un sello exquisito, a una mujer que forma parte del Movimiento de la Nueva Trova desde el año 1982, junto a figuras legendarias como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, con quienes ha compartido trabajos discográficos.

Desde los años 90, Liuba ganó popularidad en Cuba y ya en 1993 salió a la luz su primer disco Coloreando la esperanza, el cual muestra una mirada contemporánea a la música campesina desde su inevitable condición de trovadora. Su labor social a través del arte y la cultura, la ha llevado a escenarios no sólo de la Isla, sino también de otras tierras, como el continente africano.

Hablamos de una mujer que ha bebido de la savia de reconocidas trovadoras cubanas como María Teresa Vera, Sara González y Marta Valdés. De igual manera, lleva implícita en su obra la impronta de grandes de la cancionística para niños en el país como Teresita Fernández y Ada Elba Pérez. Teresita Fernández y Ada Elba Pérez. Tanto en sus multipremiados videos clips y animados, como en los diseños de sus trabajos discográficos, se divisa un resultado acorde con su singular personalidad artística.

Todo ello y sus 17 producciones discográficas que alternan entre la música infantil y la de adultos lo avalan numerosos premios y reconocimientos otorgados por diversas instituciones. Tal fue así, que con sólo 31 años de edad recibió la Distinción por la Cultura Nacional, máximo galardón otorgado a los artistas que brindan aportes significativos a la cultura cubana.

De igual forma la Unicef la nombró en 2012 Embajadora de Buena Voluntad, en atención a la sostenida y cuidadosa labor que, como parte de su vocación por el trabajo social, realiza para los niños, no sólo en grandes teatros, sino también en barrios y hospitales del país. Por eso más que un concierto en las provincias donde permaneció ahora, Liuba tuvo a los niños entre su prioridad, y visitó a muchos en sus hospitales.

Desde que la reconocida cantautora llegó al escenario musical —tal y como ha expresado el maestro José María Vitier, Premio Nacional de Música— aportó un timbre inédito, un color irrepetible y que, sin embargo, el pueblo la supo reconocer de inmediato como algo esperado, deseado y necesario. Al decir del destacado músico: “Su obra nos enamora y nos ensancha�. Y eso también podremos sentirlo el próximo 13 de octubre en la Sala White, de Matanzas, cuando allí ponga fin su gira nacional.