Regalo para encontrarnos aquí…

Dos importantes exponentes de la cancionística cubana contemporánea llegaron hasta el escenario gibareño para mezclar con el salitre y la brisa marina de este poblado costero, surrealista y soñador, sus excelentes composiciones y regalarnos una noche inolvidable: Polito Ibáñez y Raúl Paz.

BUSCANDO SOMBRAS EN EL MAR…

Foto: Adrián Aguilera

Polito Ibáñez, una de las figuras de la generación de trovadores pertenecientes a la llamada novísima trova, aunque abre su diapasón musical a géneros musicales como el pop, el rock y el jazz, ha conformado un corpus musical único a partir de una poética ya implantada desde sus primeras composiciones.

Su peculiar timbre, con marcada intencionalidad en cada tema que nos regala, no deja indiferente a quienes lo escuchamos. Por lo general, es el público joven quien llega hasta Gibara, y esta vez, fue cómplice de su poético decir, envueltos por la honestidad y sencillez con que aborda cada tema.

Polito incluyó en este concierto canciones que son parte de una amplia discografía que ha cautivado a un público que buscaba nuevos horizontes en la llamada Nueva Canción Cubana: Números, y Aroma de jazmín, del disco Para no pensar (2000), además Piercing de amor, Como a mujeres y Doble juego, que forman parte del disco Axilas (2003). Asimismo, para los “burócratas” que pueblan la cotidianidad interpretó Papeles, incluido en el disco Sombras amarillas, del cual, además, cantó el tema homónimo.

CON EL SWING DE RAÚL PAZ

Foto: Adrián Aguilera

El segundo momento estuvo a cargo de Raúl Paz, quien ha sabido traspasar los criollo de su música para convertirla en universal. Este multipremiado cantautor, cuyos discos son descritos como un conglomerado de siete estilos que incluyen trova, salsa, electro, pop, funk, timba y fusión, ha sido calificado como poeta del punk cercano al rap.

La cubanía es uno de los elementos que distinguen las interpretaciones de Paz y ella fue palpable en este concierto que nos hizo disfrutar, bailar, gritar, saltar, estremecer, reflexionar… porque él canta canciones “a su manera” para que el público “se enamore”, “lo quiera”… y se sienta, como él mismo expresó, orgulloso de haber nacido en esta Isla.

El reconocido cantautor regaló temas incluidos en una también amplia discografía, que combinaron la noche con el swing de Gibara, del Festival, de Humberto Solás, de los afectos calurosos del cubano, con el swing de Raúl Paz: Mulata, Mama, Carnaval, Gente con swing, No me digas que no, La mala suerte, Me enamoré, Chiquita, Tú y yo y Donde va la vida.

Paz agradeció la oportunidad de cantar nuevamente en el Festival, pues en 2006 Humberto lo trajo por vez primera. Ese fue su primer concierto público después de una larga ausencia de escenarios de la Mayor de las Antillas. También reconoció a Jorge Perugorría, presidente del Festival, por asumir la responsabilidad del evento y reavivar la llama que Humberto prendió un día. En uno de sus últimos temas lo acompañó Polito para hacer unas Palabras a la amistad, la razón, los sentimientos, la vida…

El concierto fue un hermoso regalo, un ofrenda que todavía muchos no entienden en su magnitud, o quizás sí, no sé, Gibara tiene su magia, y este fue un agasajo para encontrarnos aquí…

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