Gerardo Alfonso, un artista que no le hace reverencia a la banalidad

Pocas veces tiene uno la suerte de entrevistar a un hombre de tanta obra y creación musical como lo es Gerardo Alfonso, un trovador de carrera intensa y que se ha ganado un espacio no solo en la cultura cubana sino en los corazones de muchos hombres y mujeres que vibran con su Sábanas blancas o Son los sueños todavía.

Es un artista que ha sabido conjugar música, letra y público escapando a la banalidad que puede conllevar complacer siempre a este último. Sobre eso nos comentó en exclusiva para el portal de la AHS:

“Es un tema delicado porque uno se debe a la época y al pueblo en el que vive, por tanto tienes que pensar en ese tipo de entrega, no se puede ser egoísta en pretender hacer lo que yo quiera sin importarme si a la gente le gusta o no.  Hay que tener en cuenta que los artistas somos una consecuencia de nuestras circunstancias, de nuestro tiempo y de nuestro lugar.

“Pero al mismo tiempo uno no puede ir declinando cuesta abajo tratando de complacer gustos, porque la labor de un artista es educar, hacer crecer, es ensanchar el espíritu, el conocimiento y la cultura de las personas. Es decir, yo te complazco, pero no te hago la reverencia a la banalidad. Hay que ir trabajando con eso… Yo no soy exclusivo, a mí no me gusta el arte exclusivo, incluso muchas veces se dice que las llamadas músicas cultas son exclusivas. Yo siempre pienso en que todo el mundo puede participar de todo. Hay piezas clásicas de música culta que son absolutamente populares en manos de los grandes creadores.

“No se puede permitir que el artista sea arrastrado tiranamente a una cultura vacía, banal, grotesca, que es lo que está sucediendo en estos momentos en algunos casosâ€.

 Desde la década de los 80 del pasado siglo Gerardo Alfonso es parte del Movimiento de la Nueva Trova, estética bajo la cual creció musical y artísticamente derribando los estereotipos del trovador convencional no solo porque incluyó el piano como instrumento acompañante, además de la guitarra, sino también porque se ha convertido en uno de los compositores cubanos más versionados y sobre todo porque su música puede expresarse en muchos géneros del panorama musical cubano. 

Es un artista con mucho que decir y de una manera fresca y atractiva, lo que lo hace muy cercano a los jóvenes, que lo siguen y ven en él un paradigma musical.

Entre los proyectos que lo acompañan está Té de Jazmín, que lo componen tres instrumentistas que se desdoblan musicalmente en la escena.

“Soy muy abierto a ese vínculo con los jóvenes. Lo que no se debe es tener una relación paternal con ellos, hay que darles el espacio y que ellos aren la tierra, que caven el surco para que cuando tengan un fruto sea verdaderamente original y enraizado. Eso es lo que yo aplico a mis hijos y un poco también a las muchachas de mi grupo, yo les hago el repertorio pero ellas son capaces de improvisar y de crear dentro de ese proyecto y han pasado de ser instrumentistas a cantantesâ€.

Reconoce la necesidad que tienen los jóvenes de la libertad del alma creativa en busca de una identidad y de un espacio donde puedan encontrar su camino hacia la creatividad y la verdadera obra de arte musical.

“En la actividad juvenil general veo mucha relatividad, mucha autosuficiencia de la gente en el sentido de su capacidad, pero también me parece que la política es un poco paternal: en el afán de crearles los espacios, también veo como una necesidad de control. Eso tiene dos lecturas, hay quien lo puede estar viendo como una garantía de que vayan por buen camino y otros pueden verlo como un límite a la libertad espiritual. Al alma no se le pueden poner condiciones, hay que dejarla, uno lo que puede es sembrar valores, transmitir principios, pero tienes que dejar el alma libre, y ahí a veces yo veo una tijerita tratando de recortar el jardínâ€.

La obra de Gerardo Alfonso ha sido ampliamente versionada por artistas de la talla de Xiomara Laugart, Anaís Abreu, Beatriz Márquez, Miriam Ramos, Haila Mompié, Rochy Ameneiro, Marta Campos, Isaac Delgado, entre otros muchos que encuentran en sus letras maneras de decir que hacen suyas.

También sus piezas forman parte de filmes, programas de televisión, documentales, eventos artísticos como la Bienal de Artes Plásticas de La Habana en el 2000, aniversarios de la caída en combate de Ernesto Ché Guevara y otros eventos y acontecimientos importantes de la música y el panorama social cubano y foráneo.

Por  toda esta trayectoria artística y mucho más que no se reseña aquí fue merecedor de la  Distinción por la Cultura Nacional, que otorga el Ministerio de Cultura de Cuba. La Medalla 23 de Agosto concedida por la Federación de Mujeres Cubanas. El Instituto Superior de Arte le otorgó el Diploma al Mérito Artístico y la Asociación Hermanos Saiz le concedió el Premio Abril. Le fue asignada además la Orden Alejo Carpentier por parte del Consejo de Estado de Cuba; así como la Réplica del Machete de Antonio Maceo conferida por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba y la Giraldilla de la Habana por el Gobierno de la capital. 

Ante una trayectoria tan reconocida y versátil cabría preguntarse ¿qué pasa con Gerardo Alfonso que no se ve en los medios ni sus presentaciones son favorecidas por la divulgación?

“Estoy trabajando mucho, tengo numerosas cosas que no sé si las podré hacer, en La Habana por lo menos, porque cuando salgo de la capital se llenan los teatros. Hace poco hice uno a piano en el Teatro La Caridad de Villa Clara y fue tremendo.

“Ahora, lo que no tengo es en La Habana una infraestructura de divulgación que me conecte con el pueblo, a veces no sé si es que a la gente no le gusta pero a mí me paran en la calle, me besan y me dicen veinte cosas, pero sin embargo no van a los lugares. Algo pasa, hay un puente de conexión  que yo no domino y que atrae a la gente, y eso me angustia…

“Sin embargo, de pronto me invitan en Canadá a la jornada Ernesto Che Guevara y yo soy el centro del evento que dura varios días. O en Alemania, donde hice una gira por el 25 aniversario de Cuba Sí y tuve una repercusión tremenda.

“Cuando veo esas cosas me digo hay algo raro aquí en la capital que no me funciona, estoy un poco a ciegas, no entiendo qué pasa. 

“La otra cosa es que por alguna razón discográfica me demoro mucho en hacer un disco, el penúltimo lo terminé en el 2008 y han pasado prácticamente diez años sin poder grabar. Ahora en octubre pasado terminé de hacer uno que hace 19 años proyecté, que es La Luna,  un disco precioso del cual no me quiero aferrar en la divulgación ya que considero que tenía que haberlo hecho hace 19 años y eso me provoca una mezcla de alegría, de rabia… El hecho de que pase mucho tiempo sin hacer disco te limita en la producción de video clip y por tanto la presencia en la televisión, etc…

 “No me gusta repetir en los programas las canciones que he hecho antes… Suerte que tengo canciones como Sábanas blancas que se ha vuelto todo un himno, y como la que le hice al Che que es legendaria y todo un clásico. Esos dos puntales me mantienen más o menos vivo.â€

  A pesar de ello Gerardo asegura que no para de componer y crear música.

  “¡No, no, no, muchacha! ¡Tengo cantidad de canciones! Es que mi manera de componer se ha ido organizando en proyectos, tú sabes que yo tengo un género que se llama ochanga y otro que se llama guayason, y tengo las canciones que hago en el piano y otro proyecto que se titula Saco de plomo, que es afro rock. Y voy componiendo canciones para cada uno de esos cuatro proyectos.

 “Soy incapaz de poner una palabra en la que no crea.

 “A veces tengo la canción terminada… por ejemplo Adjetivos, un tema que compuse hace poco, del proyecto Saco de plomo. Ya la había terminado pero cuando la dejo unos días y vuelvo a revisarla  le quito cosas, pongo una palabra, un punto suspensivo pensando en otro color –porque veo la música en colores–, esperando el momento en que me encuentre con la canción de nuevo y aparezca la palabra justa, y así…â€

 Gerardo tiene una peña  todos los primeros viernes de cada mes en la Casa del Alba Cultural de La Habana donde comparte su música con invitados de lujo y además con creaciones audiovisuales, un espacio que él mismo califica como una verdadera batalla de ideas. Para finalizar la entrevista nos compartió algo de sus próximos proyectos y desvelos.

 “Quiero hacer un concierto de los ochangas –un género en el que yo vengo trabajando hace 30 años– y otro de los Guayasones. Yo veo el género de los ochangas de color azul prusia y estoy procurando que sea lo más bailable posible… Es la idea que tengo…

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  • Muy buena entrevista, que además nos da cuenta de ese gran cantautor de nuestra nueva trova que es Gerardo Alfonso, inexplicablemente invisible en nuestra televisión en los últimos tiempos.

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