Con los nervios de punta, flauta en mano y ¡a tocar!

Para enriquecer el espacio en el que el arte joven propone su quehacer artístico, en la noche del 22 de julio, debutó la joven y entusiasta flautista Jennifer Burgos, la que brindó al público su primer concierto; inaugurando sus dotes como flautista concertista, graduada del Nivel Medio y también asociada recientemente a la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en Guantánamo.

Continuadora de la labor de sus maestros, Jennifer tipificó en su creación interpretativa la herencia aprehendida en su trayectoria académica; visibilizándose en el repertorio escogido, al  conjugar los códigos de la música de concierto con la popular.

Un repertorio que, sencillo en algunas de sus recursos técnico-musicales, mostró paulatinamente, las habilidades y destreza de la misma en su instrumento. Obras como la Sicilienne, de Phillipe Gaubert; Dúo No.1, de flauta de Juan Sebastian Bach, enmarcaron su interpretación en códigos de la música universal que subrayan el estilo barroco hasta el romanticismo. Haciéndose acompañar en estas obras por Lisandra Rodríguez en el piano y Marlan Dayana en la flauta.  Otras fueron las obras escritas por compositores cubanos como el santiaguero Manuel Barrueco con la obra Tango Bordel y el habanero Eduardo Martín con sus obras para flauta y guitarra. Títulos de este último como Habana, Mirándote, Para soñar contigo, Hasta Alicia Baila y Acrílicos en el espacio, describen recursos compositivos técnico-expresivos complejos, sobre todo para la guitarra, observados en el diálogo que se establece entre los dos instrumentos al desdoblar las cuerdas en solista y acompañante. Vale destacar la presencia de John Carlos y Gerardo Alejo —integrantes de la orquesta de Guitarras en la provincia— que acompañaron a la Burgos en estos temas.

Una noche en la que también se fundieron con la música, el uso de la palabra y el gesto en movimiento, logrando una dinámica interactuante entre música y danza y música y texto, en el pequeño escenario de la AHS. Marcos Castillo, actor del grupo-teatro Ríos y Amaurys Argüelles, bailarín de la compañía  Médula, fueron los invitados a cargo de estas manifestaciones.

Una suerte de bossa nova descargosa fue lo que concluyó la noche con el tema Maracuyá de Aldo López Gavilán. Resaltó la presencia Julio Ãvila en el saxofón y Junior Pérez, en el cajón, ambos integrantes de la agrupación de jazz Bouncing Tempo, además de la repetida presencia de Gerardo Alejo en la guitarra y John Carlos, esta vez en el bajo. La anfitriona de la noche, Jennifer, propuso sus habilidades jazzísticas elaborando, sobre la línea fundamental del tema, sus inspiraciones para una sutil improvisación en la que se perfila pues dicho escenario interpretativo fue para ella también debut en la noche. Alrededor de 50 minutos la Burgos ofreció de música.

Una vez más, el escenario de la AHS fue el espacio para el desarrollo cultural de nuestro territorio. Esfuerzos, anhelos de superación y deseos de  transformar el ámbito de la música en Guantánamo sobran para decir y reconocer en Jennifer que —aunque con los nervios de punta— su realización y quehacer creativo ejemplifican los valores de la vanguardia artística en el oriente  cubano. 

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