Tierra Roja


«Hasta en lo más cotidiano y común hay algo que contar»

Entre las chimeneas humeantes y los camiones Volvo ciclópeos cargados de mineral, más allá de la tierra roja impregnándolo todo y los paisajes lunares. Por encima de los monótonos edificios y el marchar cotidiano de los otros hacia la industria, anda él.

Una vez fue el testigo privilegiado de las noticias y las multiplicó para la teleaudiencia, con destreza y pasión. Pero la vida estaba reservándole otros rumbos. Todavía intenta averiguar cuáles, en tanto, sigue entregando belleza a quien esté dispuesto a mirar, con el corazón.

Alexudis Leyet, desde Moa, cuenta cómo los detalles inadvertidos por otros captan su atención y son congelados por su lente.

fotos cortesía del entrevistado

¿Cómo llegaste hasta la fotografía?

Hace más de cuatro años me fui del telecentro Moa TV. Anduve algún tiempo haciendo cualquier trabajo para mantener a mi familia. La pasé mal en verdad. Estaba decepcionado, pero la idea y la esperanza de estar relacionado con lo que me gusta hacer, la fotografía, siempre estuvo ahí.

Entonces me regalaron una cámara Nikon D3400 y aunque muchos dicen que es una cámara de iniciación, eso ni me preocupa. Hay quienes tienen tecnología de punta y no la saben usar. No obstante, creo que en este mundo todavía me falta bastante, tengo que aprender más.

Generalmente todos miramos, pero pocos vemos y los fotógrafos debemos ver y graficar eso que otros no logran. Hasta en lo más cotidiano y común hay algo que contar.

fotos cortesía del entrevistado

Sin embargo, tu experiencia profesional era como camarógrafo de televisión. ¿Por qué no seguir haciendo audiovisuales?

Siempre me gustó la foto fija. Siempre. Me impresionaba cuando estaba en coberturas de prensa y veía a fotorreporteros que parecían francotiradores, esperando el momento para disparar… Es muy fácil transmitir un mensaje a través de un video, no así con la foto fija. Es un reto resumir todo en una captura.

fotos cortesía del entrevistado

¿Por qué escoges la naturaleza como tu principal modelo?

Soy de El Cedrito, de Sagua de Tánamo, en el campo. Siempre me gustó la naturaleza y ahora que tengo mi cámara puedo estar más cerca con mi lente 70/300 milímetros.

Me gustan los primeros planos que, en mi opinión, son muy reveladores. Y aún quisiera adentrarme más en este mundo maravilloso, en este modo expresivo.

Facebook se ha convertido en el principal medio para dar a conocer tu obra, ¿en qué otros espacios la has socializado?

En la Casa de la Cultura de Moa participé en la exposición Cubanías, con algunas de mis piezas, gracias a un artista plástico que trabaja allí, Fidel Silvente.

fotos cortesía del entrevistado

Hoy en día la fotografía para ti es un hobby, pero ¿a qué te dedicas profesionalmente?

Hago fotos de quinceañeras, etcétera, pero comencé casi al mismo tiempo que el coronavirus y no he tenido mucha suerte.

¿Con qué sueñas?

Sueño abrirme paso en este mundo y sus tendencias, participar en exposiciones y eventos y estar en lugares donde salir a tomar fotos no asuste a la gente.

Mientras tanto reflejas tu ciudad y sus peculiaridades más allá de los esquemas mentales. ¿Qué tratas de mostrar?

Cuando he hecho fotos donde se ve el mar de Moa, que sabes que no es azul, sino un poco como tierra roja revuelta, la gente me dice, “oye, pero pusiste el mar azul”. Y es que yo espero ver el mar de Moa bien azul y limpio un día. Me interesa fotografiar cosas buenas del municipio que están ahí y las personas ni las ven.

Hoy todo es tan convulso que ya las personas no se fijan en un pájaro o una mariposa y mucho menos en cosas que suceden en fracciones de segundos que, al detenerlas en una foto, se convierten en arte.