José Rolando Rivero


Descansa en paz José Rolando Rivero

Pareciera que la muerte se ha ensañado con la cultura en Ciego de Ávila. Y más con los miembros de Honor de la AHS.

En estos tres años nos ha quitado más hijos ilustres que los que podemos darnos el lujo de perder.

Entre los que se nos han ido de la isla, para disfrutar de otras economías, y los que han pasado a mejor o peor vida, se reciente el vacío intelectual que van dejando a su paso.

No hace ni un mes que perdimos al poeta, librero, promotor cultural, miembro de la Uneac y de Honor de la AHS, Arlen Regueiro Mas. Apenas nos estamos quitando esa angustia. Y ya sobreviene otra, más sorpresiva, tan dolorosa.

Pareciera que la muerte nos quiere arrebatar a todos los que le han puesto luz, color, sonido, letras, a esta ciudad de los portales y los poetas.

Ya extrañaremos al poeta, narrador, artista visual, maestro de muchos, diseñador, melómano, cinéfilo, taciturno… José Rolando Rivero.

Son muchos los que le debemos un consejo a tiempo, un chiste, una crítica mordaz, un pescozón intelectual, una taza de té, la lectura de un buen libro o la grata conversación sobre cualquier película.

En mi caso, le debo lo que me supo enseñar en cuanto al diseño de libros y revistas por allá por el 1997, cuando él era el diseñador de Ediciones Ávila e intentaba llevar a cabo el sueño de la revista Videncia. Comenzó a darme un norte sobre cuestiones de diseño. Y aprendí tanto, que al fin que me dedico al diseño de todo tipo.

Siempre fue perspicaz y, cual arma de doble filo, te hablaba en tonos muy matizados en dependencia de cómo se sentía o lo que pensaba que merecía su interlocutor.

Conmigo tuvo palabras felices, palabras soeces; pero sus enseñanzas estaban por encima de todo.

Tengo la dicha de ser de los primeros en leer sus primeras narraciones. Textos breves que me parecieron muy bien y que nunca les vi un destino final. Me habló de un libro que iba a conformar con ellos. Pero ahora mismo no sé si lo soñé.

Su tono de voz era confesional. Y el recuerdo de sus largas conversaciones aún persiste. Es como si lo tuviera a mi lado. Como si no se hubiese ido. Aunque ya no eramos tan asiduos, hubo un tiempo que éramos bastante inseparables, siempre tuve ansias de verlo y que me sacara de dudas sobre cualquier asunto.

No olvido las veces que lloré en su hombro cuando alguna novia se convertía en tormento, espina, herida sangrante.

Cuando lo propusimos como Miembro de Honor de la AHS, pensé que era el que más lo merecía. Porque ayudaba en todo lo que tuviera que ver con la organización. Si a alguien se le ocurría un evento o un espacio promocional, ahí estaba él como el más entusiasta, participativo y locuaz. Se volvió el centro de cada suceso.

Así continuó y llevó a planos hermosos el Espacio Cero de artes plásticas que habíamos creado en la presidencia de Natacha Cabrera. Y de ahí salieron excelentes momentos visuales en toda la ciudad, año 2005, con las últimas tendencias del arte visual  y que incluían performances e instalaciones públicas. Ciego de Ávila se empezaba a vivir de esas tendencias. Y Roly fue uno de sus cabecillas.

Al mudarnos para la actual y definitiva Casa del Joven Creador, se pensó en una galaería llamada Nexos, y el nombre de Roly para su dirección vino casi por inercia. Aunque no vio sus sueños totalmente realizados en ella. Y es una pena.

Ya desde el claustro de la academia de Artes Plásticas avileña supo revolucionar todo ese mundo creativo y, como frutos, entre tantos, pueden verse los graduados con títulos de Oro Naivys Pérez y Lainier Díaz.

Pero muchos otros artistas jóvenes quedaron impregnados de su gracia y talento convocante. Muchos que ahora mismo están a la vanguardia del arte visual.

En la editorial Ávila, a la que volvió años después, como editor y editor jefe de la revista Videncia, su legado se mantendrá intacto. Su tesón y su sentido de pertenencia son meritorios y, de seguro, echará raíces.

Muchas fueron las espacios laborales en los que dejó su impronta, el taller de confección y enseres menores de la industria básica, los consejos provinciales de las Artes Plásticas y de las Artes Escénicas, la Casa del Joven Creador, ediciones Ávila, la revista Videncia, así como la Academia de Artes Plásticas.

Cada uno tiene algo de sí y, a su debido tiempo, podrá contar la historia de José Rolando Rivero, el poeta, el amigo.

En los perfiles de Facebook algunos de sus amigos le han dejado sus palabras:

 

VIRGINIO MENÉNDEZ MORO

De luto la Cultura Avileña. Nos dejó físicamente Jose Rolando Rivero ( Jose). Escritor, dramaturgo, artista plástico, crítico y maestro de varias generaciones que de seguro hoy están consternados. Fundador de dos de las etapas de Videncia. Hombre de luz y enamorado permanente de las artes, amigo de sus amigos. Miembro de la UNEAC y de Honor de nuestra AHS. Sin dudas una sensible pérdida que muchos no aceptamos pues parece inexplicable. Me consuela sabre que siempre nos acompañará su espiritu creativo, su pasión e inteligencia. Mis condolencias a familiares y amigos. Que en gloria esté.