Promoción y arte: conjunción necesaria

La adecuada promoción de lo mejor del arte joven es una de las premisas que defiende la Asociación Hermanos Saíz. En vísperas de su trigésimo aniversario, a celebrarse el año que viene, se impone repensar mecanismos y estrategias, a fin cumplir con la misión de seguir conduciendo el arte.

El tema de la promoción fue el que ocupó el debate de la primera de las tres comisiones de trabajo que se desarrollan en el Consejo Nacional Ampliado que por estos días realiza la AHS. Con la presencia del Abel Prieto y Luis Morlote, además de otros invitados de la UJC, el ICRT y miembros de la prensa, durante más de dos horas el debate giró en torno a aspectos esenciales de un tema tan delicado como la promoción, factor en el que está en juego mucho más que el mayor o menor conocimiento de unos artistas con respecto a otros.

Desde perspectivas cuestionadoras, se debatió sobre temas tan complejos como la necesidad de diversificar los soportes que se usan para la promoción, potenciando, además de los espacios físicos, los virtuales, como una alternativa que debemos aprovechar, so pena de quedar rezagados en un mundo cambiante y, cada vez, más multimedial. En la ecuación son importantes factores como los medios de difusión masiva, particularmente la radio y la televisión. Se debatió sobre la importancia de continuar intencionando la difusión que se hace en estos, de lo mejor de nuestra producción artística. Resurgieron los planteamientos críticos respecto al papel de unos medios no siempre conscientes de su función en el proceso de orientación del gusto, y que caen pasivamente en la trampa de darle al público lo que desea, obviando el hecho de que ellos mismos conforman el gusto público. Se sostuvo la idea de que tanto la televisión como la radio, no deben limitarse a crear mejores espacios, sino discriminar a la hora de promocionarlos y, sobre todo, generar nuevos espacios de crítica.

El tema de la crítica es, desde hace tiempo, una de las preocupaciones más serias de los jóvenes creadores. Es necesaria una crítica a la altura del arte que se produce y del público que la consume, que oriente, cuestione y eduque, sin dejarse llevar por vínculos personales, capaz de actuar como el elemento moderador que es y se necesita. Esta llamada debe venir también aparejada con un desarrollo de la cultura del debate y, sobre todo, de una mejor remuneración a los trabajos.

Otra cuestión clave del debate fue la referente al mercado. Este es uno de los grandes retos que se abre ante la cultura y las instituciones cubanas. La necesidad de desarrollar un mercado del arte no debe estar guiada por criterios únicamente económicos, sino que debe estar en función de insertar lo mejor de nuestra cultura allí, sin hacer concesiones que atenten contra el espíritu de los artistas o del arte que estos producen.

La necesidad de un observatorio de medios, la posibilidad de insertar las propuestas editoriales de la AHS en Ferias Internacionales de otros países, y el poco apoyo que reciben los jóvenes creadores en provincias como Guantánamo, fueron también motivo de intercambio.

Lo cierto es que los retos son muchos, y difíciles. Múltiples factores atentan contra la apropiada promoción del buen arte. La mediocridad, el mal gusto, el facilismo y el mercantilismo, copan casi todos los espacios, hasta el punto de que lo que verdaderamente tiene valor en el arte cubano de hoy, queda relegado, en muchos aspectos, a un carácter casi contracultural.

Sin embargo, la AHS juega en todos estos procesos un papel protagónico. Su juventud, su versatilidad y la capacidad de renovarse, son factores que la convierten en piedra de toque para revertir estos procesos. Es preciso entonces traducir en la práctica todo lo que se ha planteado en el trabajo de esta comisión, y en las otras, para que nuestra organización pueda seguir siendo, como dijo Abel Prieto, la vanguardia del arte en Cuba.