Un distrito de demarcación artística

Una historia narrada a través de juguetes me condujo recientemente a la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad de las Artes (ISA). Bajo el título Nueve personajes en busca de un autor, el joven artista Luis González Rodríguez, en una suerte de juego con la pieza dramática escrita por el italiano Luigi Pirandello (Seis personajes en busca de un autor), expone la tercera muestra realizada como parte del taller opcional de curaduría Distrito, una demarcación territorial subjetiva, llevado a cabo por el artista y profesor Carlos Raúl Aguilar.Dicho proyecto se nutre de varios saberes, sin desestimar abrir sus márgenes a la experimentación. Todos sus artistas, así como el que nos ocupa esta vez, han logrado desde su sensibilidad exponer discursos de manera coherente, atractiva e, incluso, sacando verdadero provecho de las bondades que ofrece el manejo de varias manifestaciones.

En esta ocasión les ofrecemos las declaraciones de sus protagonistas.

¿Cuándo comenzó el proyecto? ¿En qué consiste?

Carlos Aguilar (CA): El proyecto comenzó en mayo del curso pasado con un estudiante en ese entonces de tercer año, Eudis Leyva Rosado. Tuvo su inicio como una tentativa no oficial, pero ambos nos unimos y acordamos que lo íbamos a hacer. Empezó con la solicitud del permiso en la facultad, haciendo algo que no estaba oficialmente anunciado y después ha ido creciendo. El segundo artista fue Yeremy Guerra que participó en el proyecto con su tesis de graduación. En este curso ya es un taller opcional del ISA, oficial, que tiene un programa.

un_distrito_de_demarcacion_h¿Cuáles son las líneas que persigue el taller?

CA: El primer objetivo es trabajar con un solo artista todo el mes, porque el proyecto no se interesa por lo colectivo o grupal, sino por el diálogo, la compenetración a nivel personal de un profesor con un estudiante. La idea es no poner ejercicios pautados, ni obligar al creador a que bruscamente cambie de medio, sino tratar de ampliar su espectro con el trabajo ya hecho.

Al final del mes se realiza una exposición que se concibe como el ejercicio del acto de exponer. En ese periodo de tiempo se analizan todos los parámetros que tienen que ver con ella, lo primero es una entrevista en la que el artista expone sus cuestionamientos sobre el arte.

Nos interesa saber cómo llegó a ese tipo de obra, qué libros está leyendo, qué está consumiendo culturalmente. Un poco también para acercarme a la personalidad del artista y a partir de ahí empezar a trabajar con él. Las primeras clases comprenden un análisis crítico y conceptual de su trabajo, que después se desdobla en la presentación del trabajo: curaduría, museografía, publicación, y un análisis conceptual del espacio donde se va a exponer.

Además se analiza la presentación del trabajo como discurso, porque ello influye en la lectura final de la obra. También se trata de incentivar en el estudiante una presentación más experimental. Por ejemplo, si es video tratar de mostrarlo de otra manera, salir de los esquemas.

¿A qué se debe la elección del nombre del taller: Distrito, una demarcación territorial subjetiva?

CA: Me interesaba el hecho de que un lugar que ya está legitimado como una institución (el ISA) sea un distrito en cierto sentido. La idea fue construir un distrito dentro de otro. Es un espacio de diálogo dentro de un macro espacio de diálogo. Una demarcación territorial porque es su significación en el diccionario, pero subjetivo y no físico, porque es un espacio abierto al pensamiento y a la creatividad del estudiante que se presenta al taller; a su manera de entender el arte y ver los procesos de la vida a través de su obra. También porque no hay un espacio físico para exponer. La propuesta es que el estudiante pueda hacerlo en cualquier lugar del ISA. Hasta ahora no nos interesa salir de aquí porque nos parece importante rescatar la academia como lugar donde se desarrolla parte de la producción más joven que se está mostrando.

Háblame de tu experiencia en el taller ¿Qué te aportó?

Luis González Rodríguez (LGR): Yo ya había trabajado la pintura desde la academia. Llegué al ISA y este seguía siendo mi interés, pero el curso pasado un ejercicio de Crítica me llevó a hacer dos videos. También el óleo me hizo alergia y entonces continúe haciéndolos, pero ahora con este proyecto retomé la pintura y amplié mi visión acerca de los temas que me interesaban, que ahora están también reflejados en otros medios.

¿Te ha interesado más un tema en específico, o la experimentación en la pintura como medio?

(LGR): Me interesa la experimentación. De hecho es lo que siempre he hecho: pintar partiendo de una idea simple. Después el proceso de trabajo me lleva a hacer un guion para los videos o una pintura. En la segunda etapa me concentré en hacer escritos a modo de poemas y a partir de ellos creaba una obra. La experimentación con el medio es lo más relevante pero también me interesa la temática social y lo asociado al propio arte y, a veces, combinar ambos.

¿En esta muestra qué te interesaba, porque conviven instalaciones, pintura y video?

(LGR): Quería que no fuera convencional. Por ejemplo, el video no lo proyecté en una pared o en un televisor, sino en la misma mesa donde hago los dibujos, porque son videos de animación. Además tengo una hija y la interacción con ella en las vacaciones, el hecho de pasar más tiempo juntos, me dio ideas para la exposición. Ella dibuja y pinta como cualquier niño, pero la visualidad de sus trabajos es semejante a la expresionista.

El nombre Nueve personajes en busca de un autor viene por sus juguetes, algunos yo mismo los hice. En la exposición eran importantes dos áreas: una, la de un niño y la otra, donde estaba el video, era la mía. Me basé en los momentos en que los más pequeños se reúnen y escriben personajes que luego interpretan. En esta muestra las obras parten de los juguetes y en cada una, son personajes distintos.

Ya concluyó la exposición, ¿ahora en qué vas a trabajar?

(LGR): Voy a hacer un video que no pude tener listo para la muestra que reúne todo lo que me cuestioné para esta exposición. Es una conversación entre un niño y un adulto. Parte de mi hija y yo, y es básicamente la explicación de qué es el arte, sin utilizar conceptos. Esa conversación que con un niño no lleva palabras rebuscadas. Al final del video, aunque yo he estado explicando qué es el arte, se verá al mismo personaje cuestionándose estas cosas como si hablara con el niño que fue.

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