Frank Pérez Aguayo: Entre hacer reír y dirigir

Conocí primero al presidente, después al actor profesional, instructor de teatro, líder, promotor, al amigo, y por último a Colorete.

Frank, ¿cuántos ejemplares publicará Reina del Mar este año?… Confírmame la fecha del Rockasol… Oye, por cierto, estás invitado esta semana a la revista Impacto, es en vivo….

«Periodista, afloja…Cien preguntas y temas por segundo». En eso una niña lo descubre en medio del bulevar cienfueguero y feliz habla con el payaso de su fiesta de cumpleaños.

Pérez Aguayo, no sabía esa faceta tuya.

«Faceta no, la faceta: primero artista, la satisfacción que me da mi personaje preferido, después se ordena todo lo demás», respondió decidido.

Con un contraste de sobriedad y bromas sin límites se define. A pesar de sus 27 años, lo ampara un amplio currículo, que destaca, sobre todo, por la implicación comunitaria, la superación profesional y su ejemplaridad al frente de la filial cienfueguera de la AHS.

Al graduarse de instructor de teatro, el conocido entre sus amigos de la infancia como El Colorao —de ahí el título de su personaje—, labora en el Centro Dramático de Cienfuegos y el grupo My Clown. Durante dos años se desempeñó como metodólogo de teatro en el Consejo Provincial de Casas de Cultura, hasta que en 2003 se integra a la AHS como Jefe de la Sección de Artes Escénicas. En la organización de la vanguardia artística joven del país, trascendería luego de vicepresidente no profesional a presidente en noviembre de 2013.

A la par concluye estudios en el Nivel Superior, participa en diversos proyectos culturales y anima las principales peñas a donde asisten los niños y niñas de la Perla del Sur.

Descendamos al primer peldaño:

¿Estudiar teatro siempre fue la elección?

«Cuando tenía siete años entré a la antigua compañía de teatro infantil Arlequín, dirigida por Fifi Cosme. Durante esa época participé en diversos festivales, eventos, presentaciones y en la filmación de la película La estrella fugaz (Dtor. Philipe de Broca). Una década después me incorporé a este mismo colectivo como director artístico, la misma función que realizaba, además de actor, en el proyecto Pharos Teatro, un elenco integrado por miembros de la AHS. Entre las obras que preparamos en esta iniciativa de la asociación se incluyen: La yuca de Casimiro, Dos narices y Pareja abierta, piezas con marcado perfil comunitario.

»Toda mi vida ha estado signada por el arte de las tablas, por el intercambio, por el público, por la risa, y también por escribir. Sin embargo, siempre tuve claro mi preferencia por la técnica del clown, aunque he interpretado personajes dramáticos, apuesto más por el tono humorístico, hacer juegos….».

¿Se limitó tu carrera artística durante el tiempo que estuviste en el Consejo Provincial de Casas de Cultura?

«La verdad, sí. Me alejé un poco de la creación, pero aproveché al máximo este período para concluir mi licenciatura. Durante los dos años como metodólogo intercambié con todos los instructores de arte de esta manifestación vinculados a los centros educacionales, trabajé con los artistas aficionados, formé parte de jurados de festivales, visité las prisiones. También laboré con el Conjunto Artístico Integral de la Montaña, conformado por miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), revisé sus obras, realizamos talleres prácticos.

»Es muy difícil fiscalizar el trabajo de tus propios compañeros, conjugar las responsabilidades de metodólogo con la superación personal, siendo además tan joven, pero en sentido general fue un periodo en el que aprendí mucho y aproveché al máximo».

¿La Licenciatura en Educación te ayudó en tu desempeño como actor y futuro dirigente?

«Me permitió incorporar herramientas metodológicas y pedagógicas en el diseño de cualquier trabajo. Durante la carrera consolidé además la peña Con jugo de Tamarindo, organizada en coordinación con la Escuela Primaria Jesús Villafuerte, con sede en la comunidad cultural Palo y Piedra en el Consejo Popular de Reina. Sobre esta experiencia realicé mi Tesis de Graduación. Estos estudios me acercaron además a técnicas de la Educación Popular, participativas y dialógicas, métodos que empleo constantemente como clown y como presidente de la filial cienfueguera de la AHS».

¿Cuáles son los retos actuales de la filial de la AHS en Cienfuegos?

«Actualmente preparamos la celebración de nuestra asamblea provincial, cita en la que valoraremos el impacto de la Cruzada Artística y Literaria por el macizo montañoso Guamuhaya y qué debemos consolidar sobre este encuentro. Abordaremos además los resultados del evento de trova Al Sur de Mi Mochila, el festival Rokasol y las publicaciones de nuestra editora Reina del Mar.

»Realizaremos una actualización sobre el estado constructivo de varios de los espacios que enriquecerán nuestra sede: el Centro Cultural Julio Antonio Mella, donde aún faltan por concluir un ciberespacio, salones de conciertos y presentaciones, galerías y una sala de cine 3D. Ya funciona con muy buena acogida el Álbum Café.

»Todavía debemos fortalecer el reflejo del quehacer de la AHS en la ciudad cabecera, centros educacionales, en las comunidades rurales, así como el intercambio con la Universidad de Cienfuegos. En este sentido, es válido reconocer que también es preciso incrementar las relaciones con las instituciones culturales de la provincia y su dirección en el territorio.

»No obstante, nuestra primera meta es promocionar la obra de los jóvenes creadores, consolidar sus espacios de exhibición, insertar sus obras en los circuitos de estreno y acompañarlos siempre en todas sus dinámicas de trabajo».

¿Te defines cómo líder, dirigente o presidente de una organización de vanguardia?

«Yo soy un artista más del grupo. Un joven con sus mismos gustos, preferencias, compromisos y aspiraciones. Aunque esta vez me tocó el rol de ordenar, diseñar y apoyar nuestro trabajo al frente de la asociación, somos un equipo: nos formamos prácticamente juntos, asistimos a los mismos lugares, creemos en el arte y en su papel transformador.

»No es fácil lidiar con tantas personas, mediar entre sus intereses y las posibilidades reales de concretarlas, pero siempre es muy estimulante apoyar el trabajo y los proyectos de otros. Me gusta lo que hago, puedo mejorar mucho en cómo presido nuestra filial y los retos como te contaba son muchos, pero “vale la pena”, como dice el sicólogo Calviño.

»El otro día, en nuestro recorrido por comunidades montañosas del Escambray, alguien preguntó quién estaba al frente de la brigada y cuando le respondieron exclamó: “¡Pero el payaso es el presidente de la AHS!”. Esa es una frase que escucho mucho, y no sabes cuánto me agrada.

»Trompoloco, el clown más reconocido del país, surgió en Cienfuegos. Es un reto para mí hacer de Colorete un personaje que se acerque a su estatura».

¿Y has tenido que reír y hacer reír con ganas de llorar?

«Recientemente falleció mi madre y ese día presentaba en la Sala de Teatro Guanaroca el monólogo Don Cangrejo. Esos fueron los momentos en que más dolor he sentido en mi vida, incluso un dolor físico que no te puedo describir. Sin embargo, sólo comprendí lo que sucedía y cuánto cambiaría mi vida a partir de entonces, cuando comencé a quitarme el maquillaje. Así de fuerte es Colorete, no Frank, aunque a veces somos el mismo».

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