Me quito el sombrero

La música cubana se fortalece con la nueva generación, basta con preguntar al público sobre los preferidos y ahí surge el listado a la vez, que te enumeran con los dedos de las manos. Entre esos, alguien que sin pretenderlo se ha colado en cada corazón de quienes siguen sus temas. Unos más movidos, otros más de pensamiento intelectual, pero cuando se unen en amalgama perfecta, gana quien esperaba lo mejor del artista, que no por su tamaño, deja de ser grande.

El cantautor o trovador, Adrián Berazaín, es de los que piensa en qué para insistir en el cómo y por qué. Tanto ha premeditado en ello, que nos comenta su preferencia a cambiar la imagen y ya no se presentará con el sombrero (por lo menos por ahora), porque trata de ser diferente a lo que estaba haciendo hasta la contemporaneidad; es decir, en cuanto a la estética, ya que fue la razón por la que la gente lo asociaba más a la imagen que a las canciones, y esa justamente, no es la intención de su carrera, sino que lo vean más a lo interior, o sea, ser un artista diferente, pero que no tenga un patrón, por lo menos material que lo identifique, sino emocional para el público, al que le dedica sus canciones.

El artista dio respuesta a algunas preguntas, cuando la Asociación Hermanos Saiz (AHS) transcurre el calendario de sus primeras tres décadas.

¿Qué te inspira para hacer tus canciones?

Principalmente el amor, pero también me atrae la crítica social, crónicas de la vida, lo urbano, lo cotidiano, la gente; porque sobre todo soy un cantautor de la ciudad y a ella me entrego, es por ello que cuando estoy en cualquier lugar ya empiezo a repensar la letra para los temas y cojo guitarra en mano y ahí empieza todo, para una canción.

¿Cómo te iniciaste en la AHS?

En el año 1999 en unas peñas que se hacían en la Madriguera, Casa del Joven Creador de La Habana, me reunía por supuesto con los que ya eran asociados, yo cursaba el preuniversitario y hacía mis primeras canciones, cuando me proponen formar parte desde una convocatoria para ingresar a la Asociación y llevo hasta ahora 16 años, muy bien entregados al arte –pienso- porque ya casi me vuelvo un chico veterano del movimiento de la Vanguardia Artística del país.

¿Después del Segundo Congreso de la AHS, cómo valoras a los representantes de los Hermanos Saiz?

La reflexión y la mención de lo que está sucediendo viene desde ese congreso, creo que fue un cónclave donde los miembros estaban conscientes de lo que pasaba y había que darle un vuelco. La solución desde la base, entra en otros factores, unas cumplidas y otras no, pero por lo menos todos sabemos por donde debe ir el camino y qué se puede lograr en él.

¿Cuál es el consejo para los que te siguen, pero que quieren parecerse a ti?

Se trata de ser lo más original posible, que si toman algo de mí, que sea para aprender y ensanchar su frescura al cantar, pero que siempre sean ellos mismos, que tomen la esencia y que encuentren la forma de decir y que encuentren su propia forma de ser, algo muy importante para marcar una pauta en el escenario.

¿Qué ocupa a Adrián Berazaín por estos días?

Sin dudas, la promoción de un nuevo disco que no tiene ni un año de creado: Si te hago canción, con presentaciones por todo el país y bueno maquetando y generando ideas para lo que será un tercer fonograma, de este servidor.

¿Cuál de tus canciones es la que más te identifica?

Si te Hago canción, esa, es la que me envuelve cada vez que la canto, me es muy fácil interpretarla y cada vez que estoy en concierto también me hace sentir muy bien y hasta es motivo para dedicarla a alguien que me acompaña, a las amistades, en fin, a todas las seguidoras y seguidores de mi cansionística.

¿Lo inmediato?

Bueno, terminar los temas para completar el tercer disco y sin dudas, la presentación este jueves 27 en el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes, creo que será la oportunidad veraniega para compartir con el público y entre todos, realzar las canciones acompañadas de mis cuerdas, de esa guitarra inseparable.

“Estoy muy contento porque este año fue la cuarta ocasión que subí al Pico Turquino con la AHS, entre los 29 integrantes hubo muchas iniciativas, cuentos y hasta juegos infantiles; de alguna manera eso me ha dado fuerzas, porque desde que subo –por primera vez- todos llegamos y con gran entusiasmo y esa misma alegría me llevará al escenario del Museo, porque la gente quiere subir al Turquino pero con mis canciones y para entonces… me quito el sombrero.

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