De la sed que provoca Lourdes Mazorra

Versiones de la sed (Ed. Letras Cubanas, 2020) me regala por segunda vez el sabor de una noticia. Ahora, por tener el privilegio de su primera presentación en Camagüey que es la ciudad de la autora, Lourdes Mazorra. Antes, fue un titular de hecho auténtico en el peor momento de la pandemia de COVID-19, cuando no sabíamos nada del virus, estábamos encerrados en casa, teníamos demasiado miedo a morir.

 El Premio Pinos Nuevos 2020 de Lourdes Mazorra por este conjunto de seis cuentos nos iluminó el día. Tampoco era un día cualquiera, sino el 23 de abril, Día Mundial del Idioma Español y Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor. En el periódico Adelante Digital está disponible la entrevista, en la que responde:

 «Una celebra la literatura, celebra la posibilidad de que exista el libro y sobre todo de que existan lectores, y celebra también la necesidad de escribir. Es un premio para celebrar la constante necesidad de la escritura y la lectura”.

 Como entonces yo seguía viendo a Lourdes Mazorra solo como periodista y no me parecía tan en serio su carrera como narradora, entre otras cosas le pregunté cómo se había enterado del resultado, quién le habí dio la noticia. La recibió desde la presidencia nacional de la Asociación Hermanos Saíz. Fue Yasel Toledo, presidente actual de la AHS. Traigo de vuelta este otro dato porque no había un mejor espacio para presentar por primera vez este libro en la Feria de Camagüey que la Carpa de la Reina.

 En la foto de aquella entrevista para Adelante está Lourdes Mazorra, delante de un librero bien nutrido. Alza una copa y con la otra mano sostiene Rayuela de Julio Cortázar. De hecho, aplicó al premio con el seudónimo Evohé. Lourdes Mazorra ama a Cortázar y también a otra argentina, a Alejandra Pizarnik, de quien eligió los versos iniciales del libro.

 Ya con el libro de papel en mis manos, un libro que aún su autora no ha podido oler ni tocar pues salió de la imprenta en diciembre pasado, me hace feliz encontrarla a través de los seis relatos que fluyen en este manantial creativo de la joven escritora. Como lectora sedienta de sus versiones y diversiones confieso que me va ganando su perfil de narradora que llegó al titular de Adelante con otro importante antecedente. En el 2019 conquistó el Premio Celestino de Cuento con Las Fauces, donde une nueve relatos.

 En Versiones de la sed, como en Las fauces está esa perspectiva femenina, esa mirada con lupa que va fijando con agudeza y elegancia en su escritura, para poner en valor la voz de una mujer libre y segura de sí misma, una mujer que pone en práctica aquello de para romper las reglas hay que conocerserlas bien. 

Ella se ha gestionado su formación literaria. Ambos libros son, evidentemente, un fruto del aprendizaje en el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso en el 2018, del cual además mereció la beca El caballo de coral. 

 Ha pasado casi un lustro desde que Lourdes Mazorra puso a caminar Versiones de la sed. Ahora nos llega hecho libro de papel y nos provoca más sed, la sed de leer lo que ha trazado desde entonces, las tramas que suma a su vida, los giros que va dando a la escritura, los nuevos personajes que trae al mundo, las historias que se le antoja contar. Aunque ahora solo pueda imaginar respuestas para todo eso, no dudo que la camagüeyana Lourdes Mazorra alza el vuelo como una cuentista cubana. Ella me mantiene atenta porque para una periodista como yo no hay mayor placer que el sabor de las buenas noticias.

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