El títere es mi salvación teatral

Amelia sueña mariposas, puesta en escena de Arneldy Cejas y Erduyn Maza para Teatro La Proa, reconocido grupo de teatro para niños y de títeres de La Habana, llega al Festival de Teatro Joven. Al autor del texto, el dramaturgo, actor y titiritero Erduyn Maza le conozco del/desde el ISA, donde fuimos compañeros de aula en el seminario de Dramaturgia y de quien conservo la imagen de –como refiriera alguna vez Rubén Darío Salazar en una conversación– un “escribidor nato”, alguien que piensa en la escena, trabaja y escribe todo el tiempo para, sobre y por ella. Decidí conocer un poco del Erduyn dramaturgo y sobre el proceso de escritura de sus piezas teatrales, el cómo y el por qué.

Fotos Robert Rodríguez

El tablado de un teatro. N. y Erduyn trazan con tiza un cuadrado azul sobre el tabloncillo. Dentro, una silla donde Erduyn cuenta a N. de su vida de dramaturgo y titiritero titiritesco. N., un niño-adulto que quiere saber cómo enredar un sueño con el hilo de una marioneta, trae una agenda en la que garabatea palabras.

N.: ¿Cuáles son los principales desafíos a los que te enfrentas al crear obras de teatro para niños en Cuba?

Erduyn: Hay que hablarles a los niños de hoy con la sinceridad que merecen estos tiempos, alejado de ñoñerías, de todo tipo de edulcoramiento. Los niños están bombardeados de muchos estímulos visuales y el teatro no debe ser ingenuo. Se debe indagar mucho sobre las problemáticas del ahora, del niño cubano y pasarlo por un tamiz poético, que enriquezca la puesta visualmente y sea entonces atractiva para ese público tan obnubilado por las nuevas tecnologías e Internet.

Fotos Robert Rodríguez
  1. (Sin despegar la vista de la agenda): ¿Cómo logras adaptar el lenguaje dramatúrgico para que sea accesible y comprensible, a la par de atractivo, para el público infantil sin perder la calidad ni el rigor artístico?

Erduyn: Asumo la creación de una obra de teatro para niños con el mismo rigor que puede asumir cualquier creador una obra de arte. No hay por qué minimizar el trabajo o la artesanía de un texto teatral escrito para niños frente a ninguna otra expresión artística. Mis obras tienen un recurso principal: el recurso titiritero… (Intenta llamar la atención de N., se para sobre la silla e improvisa un baile). A partir de ahí creo que se gana mucho a través de la visualidad y del ritmo, de lo irreal y fantástico que pueda ser el personaje titiritero que crea su propia poesía y mística. Mi reto es que ese recurso esté bien explotado, en el sentido que no es solo el texto sino la figura animada quien teje el espectáculo frente a dos realidades, dos focos de atención, la del niño y la del adulto. (Hace un ademán a N. para que le de la agenda. Carraspea. Vuelve a carraspear. N. lo mira, accede a la petición). Por ejemplo, en Amelia… el adulto logra leer el discurso de matiz político, de abuso infantil de una forma más directa, no tanto el niño que prefiere la fábula otra, inclinada más hacia sus referentes imaginativos. No se trata solo del lenguaje de la escritura teatral, también del lenguaje escénico y cómo esa propuesta encaja y dialoga con el espectador infantil y el adulto, y de cómo ellos reaccionan y recepcionan ese material espectacular.

Fotos Robert Rodríguez

Erduyn usa la agenda como una marioneta, un objeto animado que puede ser un ave o una mariposa. N. intenta atrapar la agenda/ave/mariposa, pero no puede, desiste por un momento.

  1. (Respira hondo): Háblame de tu proceso como autor dentro del contexto, ¿qué elementos poéticos, estilísticos consideras clave al escribir una obra para niños en relación al teatro cubano actual y cómo esos elementos reaccionan con el público y tú como autor evolucionas y tomas experiencia para próximas escrituras y montajes?
  2. Fotos Robert Rodríguez

Erduyn: Existe una serie de autores teatrales en Cuba que le hablan al niño de hoy y me hablan con mucha sinceridad, como Blanca Felipe, Yerandy Fleites, Ulises Rodríguez Febles… (Baja de la silla de con un ligero salto, casi alegre, de brisa otoñal). No hay temas del que no se le pueda hablar a un niño, el reto es encontrar las herramientas para hablarles y en mi caso, tengo a los títeres; ellos me ayudan a entablar ese diálogo. No porque se use un títere ya quiere decir que es una obra de teatro para niños, también hay teatro de títeres para adultos… (Usa el libro de máscara, deja ver solo sus ojos por encima del libro. Luego solo su boca. Susurra, en confesión). Pero el público aún tiene ciertos tabúes con este otro modo, por así decirlo… (Transición rápida. Borra una de las líneas azules del cuadrado de tiza. Se aleja un poco, se aleja). Durante un viaje a Sudáfrica para participar en el Congreso Internacional del ASITEJ, asistí a un festival de teatro colateral llamado Cradle of creativity o Cuna de la creación, y vi una obra política para niños muy fuerte… (Simula que está perdido en una sabana de África. Se mueve entre leones, hasta imitarlos, ser parte de la manada. Rodea a N., que se protege dentro de lo que queda del cuadrado de tiza azul, como jaula). Fue una adaptación de Rebelión en la granja, de George Orwell, y me pareció tan buena que me motivó a escribir una obra donde el trasfondo fuese igual de despiadado y hermoso. (Ruge. Carraspea y luego sonríe. Invita a N. a que se siente en la silla, le devuelve la agenda). En segundo año de la carrera escribí solamente la fábula para la entrega de final de semestre de la carpeta, para luego en tercer año escribir la obra junto al maestro Yerandy Fleites, quien ayudó cantidad a enriquecer el proceso de trabajo y gracias a eso di con la resolución del conflicto del personaje principal (Borra poco a poco lo que queda del cuadrado). Cuando está bien explotado el elemento titiritero puedes estar seguro: la obra será un éxito rotundo, si a eso le sumas las diversas maneras de hacer, de potenciar la espectacularidad y conectar con el público mediante el tema que trates, entonces ya estás encaminado hacia un buen ejercicio, tiene muchísimo ganado (Da dos palmaditas en el hombro de N. Mira hacia la nada y hace una reverencia). El títere es mi salvación teatral.

Aplausos.

Erduyn invita a N. a ponerse de pie y hacer una reverencia, la hacen. Se saludan y saludan al público invisible.

La última luz que se apaga sobre el escenario da pie a la palabra…

TELÓN.

Fotos Robert Rodríguez

Amelia sueña mariposas apenas tiene cinco funciones. La de Holguín fue la sexta y según Erduyn, la obra está cosechando lo que él como dramaturgo y director, y Arneldy, también director y diseñador, imaginaron. Es una magnífica oportunidad para disfrutar del espectáculo de La Proa y su troupe, saber del oficio noble y difícil del titiritero, del teatrista, gracias a la propuesta llevada por estos timoneles que son Erduyn y Arneldy, donde Amelia sueña junto a nuestros anhelos de infante y no escatima en brindarnos belleza.

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