La magia del teatro y la danza se apropia de calles y parques. El público –todo aquel que pase en ese momento por las cercanías– se acerca, al principio sigilosamente; luego el espectáculo los va atrapando. El teatro callejero invade, como es costumbre en Romerías de Mayo, varias plazas de la ciudad, principalmente el parque Calixto García. Igual sucede con el evento Danza en paisajes públicos.
Desde diferentes provincias llegaron a Romerías colectivos escénicos para celebrar los 50 años del Teatro Guiñol de Holguín y los 30 años de la Compañía de Danza Contemporánea Codanza: Teatro Guiñol Polichinela, de Ciego de Ávila con las obras La familia de los Papotes y Narices rojas; NC Dance, de Artemisa, con Ella, tú, él y yo; Teatro Andante, de Granma, con La modelo; las compañías Mejunje, de Villa Clara, con No importa, y Tiempo, de Granma, con Persistencia; y el Ballet Folclórico de Oriente, de Santiago de Cuba.
Además compartió su trabajo en el Festival el proyecto Juntarte, de la AHS nacional, con los proyectos Sweet Candy (Pinar del Río) con I am bird now; The Concept (La Habana) con Working Progress; Danza Libre (Guantánamo) con Los hijos de Bernarda, y Transferencia, de Santiago de Cuba, con “Transferencia”. De Holguín, Palabras al Viento con Fábulas de Cuba, D´Okokan y La Campana con un espectáculo folclórico; Fantasía e Ilusiones con El Circo; el Teatro Guiñol de Holguín con La cucarachita; AlasBuenas, con espectáculo de variedades, y alumnos de la Escuela Elemental de Arte. Su propuesta se integra a las calles, principal escenario. La gente lo agradece. Eso es Romerías de Mayo: arte para todos y con todos, fiesta constante de la expresión en todo su sentido.
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