Teatro del Viento y el “arte” de la puntualidad

Freddy Núñez Estenoz, director de Teatro del Viento, ha echado por tierra la “teoría” de que en Cuba existen dos horarios: el oficial, en el que, supuestamente, deben comenzar los espectáculos, y el “real” en el que inician, más tarde de lo planificado. ¿Les cuento?

Resulta que la puesta en escena Mi otra geografía fue la escogida para inaugurar la décima Semana de Arte Contemporáneo en Ciego de Ávila. Además de mi interés por razones de trabajo, quería disfrutar del quehacer de una compañía recomendada por amantes del género. Solo que no me alertaron de lo estricto —me recuerda a un profesor de la universidad— que es Núñez Estenoz con el tiempo.

Al llegar a la sala Abdala, dos de sus trabajadores custodiaban la entrada, cual fieros cancerberos a las puertas del inframundo. Me identifico: «soy periodista, vine a ver la función” y recibí una respuesta tajante: “tenemos la orientación de no dejar pasar a nadie más».

Miro el reloj, 9:07 pm, solo siete minutos habían pasado desde el comienzo de la obra. Intento hacerlos entrar en razón: «miren, yo vengo a trabajar». Como no dependía de ellos, me indicaron que al cruzar la calle, sentado en un banco, se encontraba Yosvani Abril, director de la Abdala (y del grupo Polichinela), y que a él podía dirigirme para ver qué opinaba al respecto.

Cruzo la calle, saco la credencial de periodista otra vez, planteo mi propósito de hacer una valoración de la obra, y la respuesta de Abril me dejó aún más absorto: «Núñez Estenoz me advirtió que no podía acceder personal después de comenzada la función, y si esto se violaba la daba por terminada al instante… Imagínate que hasta yo me quedé afuera por llegar unos minutos tarde». Sin comentarios.

Regreso a donde están los custodios y pregunto qué cantidad de personas hay adentro. «No deben pasar de 15», reconocieron.

Ahora bien, es comprensible que a algunos artistas les moleste la impuntualidad de los asistentes, el movimiento de personas en la sala, y que, por este motivo, se interrumpa el vínculo que se establece entre actores y público al comenzar la puesta en escena.

Sin embargo… ¿Acaso la finalidad del arte no es “tocar” a la mayor cantidad de gente posible? ¿Cómo dejar escapar a los interesados por el teatro en un lugar como Ciego de Ávila donde no abundan las compañías ni los espectáculos de calidad? ¿Qué ganancias monetarias reportó una presentación tan diezmada?

Se obvió, además, que era la primera jornada del certamen, en la que muchos avileños andan todavía un tanto despistados con el cronograma de actividades. No se trata de hacer una oda a la impuntualidad, sino de ser conscientes de que, por lo general, la divulgación falla y algunos se enteran en el último momento.  

En mis continuos intentos por llegar hasta Mi otra geografía, un joven me preguntó si podía entrar conmigo, de abrírseme una brecha en el cerco plantado por Núñez Estenoz. Luego, me confesó que era la primera vez que tenía la intención de acercarse al mundo de las tablas, que había ido por embullo. Siguieron llegando personas y no les quedó más remedio que continuar su camino, desorientados, como este redactor.

Foto: Tomada de www.laesquinadeltinajon.blogspot.com

 

 

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  • Es una pena Yasmani Gómez Gutiérrez que no haya podido ver la obra «Geografía de una familia» que con tanto placer presentamos dos días consecutivos para el escaso público avileño: superior al dato que le ofrecieron.

    Soy un actor del colectivo que dirige Freddys Núñez Estenoz y no apruebo el continuar educando «al cubano» en la impuntualidad, que nada aporta al desarrollo de la conciencia y la moral. La educación es un legado digno de rescatar y ahora que se ha fracturado, no debe circunscribirse solo a la escuela, el hogar o los mensajes didácticos que, en torno a este tema, escasean en los medios de difusión masiva y de esto son muestra las personas que como usted llegaron fuera de hora.

    Usted como periodista o público debe conocer el horario del teatro o de la función y no incurrir, ni apoyar, desde la potestad que le confiere su profesión, el incumplimiento de esta norma. Incluso el someterse a cuestionar pública y mordazmente y lo cito «dos de sus trabajadores custodiaban la entrada, cual fieros cancerberos a las puertas del inframundo» me resultó ofensivo. La decisión no solo es de su director sino del colectivo artístico y perdóneme, pero considerar el teatro como algo pagano me parece que no pertenece a este siglo.

    Considero además muy triste que solo haya tenido usted en la universidad un solo profesor estricto con el tiempo. Me refería al inminente rescate de nuestro, ya utópico, sistema de educación, porque entonces los teatros quizás se llenen y las personas no descubran que existe el arte o «que tenía la intención de acercarse al mundo de las tablas» ya de joven, sino que fue una necesidad que creció con ellos.

    Admiro su comprensión «que a algunos artistas les moleste la impuntualidad de los asistentes, el movimiento de personas en la sala, y que, por este motivo, se interrumpa el vínculo que se establece entre actores y público al comenzar la puesta en escena» así que comprenderá también que los supuestos «solo siete minutos» que habían pasado desde el comienzo de la obra, se convertirían en diez de haber sido autorizado usted, es decir: mínimo 3 minutos mientras en la oscuridad de la sala usted trataría de orientarse; en el mejor de los casos sin tropezar, seleccionar su asiento y desandar hasta llegar a él entre otros que llegaron puntuales, se acomoda y ya predispuesto intenta comprender de que trata la pieza y comienza a hacer su trabajo, cuando ya otros llevan dos horas y 40 minutos haciendo el que les corresponde. Sin mencionar a todos los demás que llegaron solo 15, 20 o 30 minutos tarde y que como usted tienen derecho a pagar, entrar y molestar.

    Disculpe pero considero que la finalidad del arte no es esperar porque todas las personas puedan atenderlo para comenzar a ser arte, su finalidad es existir y a los que se interesen por descubrirlo y sean sensibles, enriquecerlos. Y en cuanto a las ganancias monetarias… esas, están lejos del arte y mas cerca del comercio.

    La tercera pregunta se la respondo con otra ¿Disfrutó usted de «Abdala un héroe del XXI» el espectáculo que presentamos luego de las funciones de «Geografía de una familia»?

    Yo tampoco quiero «hacer una oda a la impuntualidad» pero su escrito, me parece, que solo trata de justificar eso.

    1. josvani, un periodista a veces no puede llegar a tiempo a una cobertura como a veces tampoco lo puede hacer una persona que vaya a disfrutar la obra, por cuestiones personales o sabrá Dios cuántos motivos más. Lo que pienso es que ustedes dejaron de recibir público por una medida extrema, se mire cómo se mire…porque dudo mucho que en alguna ocasión de su vida no haya llegado minutos tarde a algo.

      Sin embargo, el quid de todo, es que ustedes perdieron público para esa obra y la siguiente, y creo que para un actor lo más importante es que su puesta sea vista y admirada…como se mire, el grupo es el que al final pierde, puesto que el periodista puede hacer disímiles trabajos y coberturas, como es ese que hizo sobre su experiencia del «arte» de la puntualidad.

      Como género de comentario, es válido y aceptable. Ahora tienen que aceptar la crítica, justificable a los que como él, asistieron allí para verlos actuar y no pudieron.

      Cuando se entienda la importancia de vender entradas y lograr el reconocimiento de la mayoría de la población, la cual no tiene la costumbre de asistir a un teatro o ir a ver una puesta en escena, valoraremos qué es lo más importante, si la inflexibilidad o la visualidad.

      1. Estimada Tania:
        En primer lugar quisiera rectificar que el periodista no hizo un trabajo «sobre su experiencia del “arte” de la puntualidad» como usted afirma porque de ser así hubiera encontrado algún elogio en su escrito. El periodista se tomó el trabajo de publicar un artículo para agredir y cuestionar la imagen y la labor del director de un grupo teatral y su colectivo… y para hacer pública su molestia por no permitírsele irrespetar las normas, el arte y los artistas, es decir por no dejarle hacer su voluntad o en buen cubano «lo que le da la gana».
        Como ud afirma está en su derecho de hacer el comentario y yo en en el mio de replicárselo. Tiene también razón al decir que el grupo pierde, pero considero que para lograr educar «al cubano» deben hacerse sacrificios. ¿Que se perdió algún espectador? Es cuestionable también, porque ese, al escuchar los comentarios de la obra, irá al otro día y le aseguro que esa vez hará todo lo que esté a su alcance para llegar en tiempo y comenzará a acostumbrarse y a ser más consiente de la importancia de ser puntual; que tanta falta le hace para asumir futuros puestos de trabajo que no estén protegidos por el paternalismo estatal.
        Los que como él llegaron tarde y piensan como él en molestarse, insultar e incluso en nunca ir a ver otro espectáculo del grupo sin analizar que el error está en ellos y en su incapacidad para desarrollar una bella virtud como la puntualidad, discúlpeme la expresión Tania y demás, ¡son unos tontos!
        Usted me dice que duda mucho, que en alguna ocasión de mi vida no haya llegado yo minutos tarde a algo y le respondo que sí, si he llegado muchas veces tarde a determinados compromisos pero, a diferencia de Yasmani Gómez Gutiérrez, he aprendido a no insultar ni culpar a nadie por mi impuntualidad, yo asumo mi responsabilidad y mi error y trato de corregirme, no de justificarme.
        Para terminar le digo que nadie mejor que nosotros sabe lo importante que es la recaudación y por esa razón tratamos de respetar al público¿cómo?
        -empezando la función en el horario que se anunció para terminar en el horario previsto y que el público pueda programarse.
        -no permitiendo que personas que llegan tarde incomoden al público asistente y los hagan perder la concentración alcanzada.
        -no permitiendo a algún espectador, dentro de la sala, molestar el disfrute de los demás.
        -esforzándonos por entregar al público un producto artístico de calidad y legible para desarrollar sus capacidades cognitivas.
        -reduciendo los errores técnicos que por carencias u otras razones, ajenas al espectador, se producen durante las funciones.
        y otras que no voy a mencionar pues me parece haber dicho suficientes para convencerla, Tania, que somos profesionales y que si tomamos una decisión, por muy inflexible que parezca, sabemos por qué lo hacemos. No debe el periodista ni nadie culparnos por defender, cuidar y respetar precisamente al público, por escaso que sea, que es nuestra rezón de existir.
        Usted disculpe de esta respuesta lo que pudo resultar ofensivo o vulgar pero cada vez es mayor mi molestia cuando no se hace honor a la cultura y decencia que caracteriza y distingue a los cubanos.
        Y permítame dejarle unas preguntas que no necesariamente debe responderme a mi sino a usted misma. Si el periodista o cualquier otro llega tarde a su centro de trabajo(que en el caso del periodista era ver la obra para poder escribir sobre ella)¿Es obligación de la admón pasarle la muy querida raya roja y descontar o perdonarselo?. Si alguien va a viajar en avión a otro país¿llegará tarde al aeropuerto? ¿el avión debe esperarlo? ¿es culpa de la aerolínea que no haya podido viajar? ¿debe la aerolínea por recaudar retrasar el vuelo? en este caso,¿como se sentirían los pasajeros que llegaron en tiempo para su vuelo y que tienen planes para la hora en la que deben llegar? Estas reflexiones mi abuela me las hacia concientizar de niño y aunque parezcan incomparables las situaciones todo esta en la importancia que uno le confiera a las cosas ¿Le importaría tanto al periodista llegar temprano a la función o ya esta tan mal educado por otros que se haya con derecho de hacerlo porque él es «el periodista»?
        Usted esta en su derecho de decir lo que quiera pero¿por qué justificar lo injustificable?

  • Frustrante esta situación para yasmani y para el público avileño en general que pocas veces tiene la oportunidad de asistir a las tablas. Risible la decisión del director de impedir el paso a la sala, y más de amenazar con levantar la función, qué es lo que le preocupa, que sus actores se desconcentren?, tan poco profesionales son que no pueden seguir actuando mientras la sala se llena lentamente. Qué extremista. Realmente me da pena por unos y me río de otros. Ahora me pregunto tiene un director, de teatro o de lo que sea, potestad de hacer semejante cosa? Creo que su actitud podría ser censurable; y si no lo es, me alegro de que al menos se le critique.

    1. Hola Heriberto soy uno de los actores y me conmueve su sentido de la justicia y su discernimiento, incluso su admiración hacia el insulso artículo del periodista Yasmani Gómez Gutiérres; pero para no perder mas tiempo escribiendo lo invito a leer mis respuestas más abajo. Responden también su comentario.

    2. es una las tima que piensen así por que yo fui las que los invito al evento para que ciego de avila viera un poco de teatro con el auspicio de artes escénica y asociación hermanos saiz y en la dos obra el director espero mas de lo que el acostumbra hacer por que yo misma le dije que ciego de avila estaba acostumbrado a que nunca ninguna actividad empezara a su hora y estoy segura que el no llego a las 9 y 7 minuto como el dice

  • voy a empezar por decir que si algo tuvo promoción fue la Semana de Arte contemporáneo y mas la parte de teatro, por que como tu mismo dijiste viene a ciego de avila muy poco teatro de calidad, menciona que la trabajadora de la Sala te dijo que habían 15 personas y nunca fue así ,por que los dos días estuvo lleno el teatro Abdala y luego el teatro Principal
    es una pena que no te enteraras a tiempo , ya que se hizo rueda de prensa , salio en el periódico que trabajas y la obra estuvo dos días en escena, es verdad de la exigencia del director pero así debe ser ya que con los periodista y el publico nunca se queda bien, si se empieza tarde empiezan a criticar que es una falta de respeto hacia el publico y otras cosas en este caso es una lastima que te ocurriera a ti en tu caso particular, pero creo que pudiste ir a ver Addala un Héroe del XXI y hablar del grupo si era de tu interés como periodista y no hablar del horario que ustedes mismo exigen tanto cuando no se cumple , esto demuestra que todavia hay directores que respetan al publico que si esta puntual para ver su trabajo

  • Aquí hay gente hablando con el tono muy subido, atacando al periodista por algo que puede discutirse respetuosamente. es su opinión y planteada con respeto, aunque enérgicamente. el punto de vista del redactor no carece de sentido: nada, menos una función teatral, debe ser tan estricto que impida ver los matices. el teatro tiene q ganar adeptos, no restarlos, y eso es más importante q unos minutos de diferencia. el periodista tampoco cuestiona la calidad de los actores ni de la obra en sí, sino una inflexibilidad.

    1. Perdóneme señor Medina, quizás el tono subido al que se refiere es el mio, que soy el que más he escrito y perceptiblemente molesto, pero le suplico que lea con detenimiento lo comentado por Yoanis Soriano que fue la persona que nos invitó a Ciego y quien merece todo nuestro cariño y condescendencia.
      Sí se comenzó tarde en espera del público pues lo confirmé con nuestra jefa de escena y demás compañeros que no intervinieron en la puesta, pero tampoco se podía esperar toda una vida a que llegara «el periodista». Yo soy un actor y como mi labor es actuar y estar listo para cuando eso vaya a suceder no me preocupé por la hora, sin embargo mis respuestas(que también le pido que lea con detenimiento) están alejadas de lo flexible que ciertamente fue nuestro director con el horario y mas cerca de un reclamo a la puntualidad y al respeto de un horario como norma, cultura, conciencia, en fin como cualidad humana que es, a mi entender, de lo que iba a tratar este artículo al leer su título; pero ¿que ocurrió?… me encontré al periodista apoyando la impuntualidad y cuestionando la inflexibilidad de un modo, según yo, nada respetuoso.
      Exhortándolo a un segundo análisis más exhaustivo y en espera de su criterio queda este servidor. Mi correo electrónico josgodelviento1981@gmail.com

  • Es muy triste darme cuenta que está este escrito entre lo mas leído del Portal. Esta consecuencia que a atraído mi primera respuesta a signado la atracción a un artículo que quizás hubiera quedado en el olvido por lo intrascendente y vano de su contenido. Hay tantos escritos interesantes en este polivalente Portal que le recomiendo leer otro y preferentemente éste: El gesto de Marcel Duchamp, por Ambar Carralero.

  • Bueno, teatro del viento es lo máximo y Freddy uno de los mejores directores jóvenes en Cuba, basta de tanto alboroto, es verdad que hay que ser puntual y menos informal.

  • realmente es demasiada alaraca por nada: el evento fue una basura, el teatro fue lo mejor pero no fue gran cosa, el periodista debió llegar antes, y el director no debió cerrar las puertas.

  • Soy actor, y no quiero que por ello mi opiniòn se lea con viento a favor o en contra. Respeto entrañablemente ese don maravilloso que es el teatro, respeto ademas al publico avileño (para quien he tenido el honor de trabajar), respeto a esa esa proa que representa TEATRO EL VIENTO en el centro de la isla, respeto el trabajo de Freddy Nuñez , le admiro y ademas respeto a los trabajadores y Actores que laboran en la Sala Abdala de Ciego de Avila ( mis amigos)……………..el teatro tambien es eso RESPETO, al público, a la obra, a lo bello. Son incontables las horas y el sacrificio que un actor dedica a su preparaciòn (mucho mas dentro de TEATRO EL VIENTO) , a que las cosas salgan bien, buscando conmover, hacer reflexionar, estremecer. En ello radica gran parte del exito de toda hecho artistico. Desde que me subì a un escenario me enseñaron que respeto era mucho mas que talento entregado con maestria y buen gusto, y en estos años he aprendido eso muy bien, EL PÜBLICO SE RESPETA, si, y uno en retribución espera el aplauso ,o a veces ni eso aun cuando sabe alla bien hondo que ha hecho las cosas bien, uno espera tambien que ese tiempo dedicado al publico sea tomado en serio, que las personas vengan al teatro sin que conspire la casualidad o la erratica confluencia de hora, lugar y puesta en escena………….no he disfrutado de MI OTRA GEOGRAFIA, pero se de obras en las que resulta molesto el acceso de pùblico una vez comenzada la puesta, por su diseño, en unas ocasiones, en otras por las caracteristicas de los locales donde se presentan y en sentido general porque resulta de MAL GUSTO llegar tarde, esto ùltimo es y sera una verdad planetaria. No trengo nada en contra de los periodistas, pero es cierto que a veces no comprenden ciertas reglas. Cada puesta es un mundo, una atmòsfera inviolable, un estado de gracia que puede quebrarse cuando alguien viola el espacio o cuando un periodista «preocupado» por el arte de las tablas , llega tarde, abre una puerta, deja entrar la luz , distrae a los demas y en el peor de los casos, lo hecha todo a perder. En mi experiencia como locutor de Radio la oportunidad de entrevistar a Freddy Nuñez en Bayamo con motivo de la puesta URRACAS, y en esa ocasiòn mi entrevistado me dijo hora y lugar, cita a la cual acudi con rectitud inglesa, Se trata de eso, repito la palabra a punto de resultar reiterativo…RESPETOOOOOOO, si se aclara siempre, sin fotos, sin flhasch, sin grabaciones y PUNTUALES…¿ porque no respetar eso?

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