Mozart entre sombras

Los clásicos, generalmente han alcanzado relevancia por ser una mezcla entre una esencia sencilla y una ejecución compleja. Basta usar un ejemplo que sirve como base a la obra que comentaré más adelante, Bastián y Bastiana. Una ligera obrita pastoral del siglo XVIII escrita por J. J. Rousseau que recrea el amor de dos pastores sirve de base para que años más tarde JustineFavart y su amigo Harny de Guerville relaten una obra llamada Los amores de Bastián y Bastiana. Luego, tres músicos alemanes escriben un libreto y basado en este último un adolescente conocido como W. A. Mozart y muy famoso en Austria compone una ópera en un acto. Está claro que la sencilla historia de los pastorcillos ha viajado mucho y de muchas maneras. Pues a esta jornada titiritera llega en versión de Teatro El Arca.

Una vez más el público disfruta de la historia de los pastorcillos. Sin embargo, ahora el dramaturgo Maikel Rodríguez de la Cruz inicia el relato en una conversación de una madre con su hija. La niña no tiene sueño porque extraña a su padre que no está en casa, su madre necesita que ella se duerma. Así avanza el diálogo hasta que la niña consigue que su madre le cuente una historia. En ese momento advertimos que la madre es Bastiana y ella misma será quien cuente su historia de amor con Bastián, el padre ausente. En este punto se abre una pantalla de sombras y comienza a obrarse la maravilla de esta puesta en escena.

Bastiana, la madre, cuenta desde su máquina de coser la historia de amor. Diminutas figuras de tela accionadas por delgadas varillas son los títeres de esta pieza que a partir de ese momento se convierte en un trabajo minucioso de precisión. Un juego de proyecciones a dos luces permite sobreponer planos a las sombras y entonces los titiriteros trabajan de manera sincronizada desde espacios diferentes. La música de Mozart tiene ahora un montaje que protagonizan las figuras proyectadas desde el costurero de la madre y de algún modo se sugiere que este tejido de fabulaciones en verdad ocurre en la imaginación de la niña. No es tanto la historia que se cuenta verbalmente, y mucho menos la cantada – porque la letra de la ópera es en alemán – sino las peripecias que ocurren en las sombras lo que mantiene atentos a los espectadores. ¿Cómo hacen algo tan delicado y hermoso, algo que parece tan complicado? Es una interrogante que está viva durante toda la obra.

Las sombras se convierten en la cajita de sortilegios de la que todos esperan nuevas maravillas. Una figurita de tela bordada representa a Bastiana, la pastora, que va en busca del hechicero Colás para recuperar el amor de Bastián. Una y otra vez se construyen nuevos espacios en la pantalla de sombras y la composición de Mozart acompaña la travesía. Bastián y Bastiana recuperan su amor después de un juego de ignorarse propuesto por el brujo Colás y termina el cuentecito de amor. La niña se ha dormido y como un espacio de sombras el final de la obra se diluye. Llega Bastián, el padre, besa a su esposa y a su hija y para no despertar a la niña salen los padres en punticas de pie. La fábula ha sido hermosa. Un cuento perfecto para dormir y una música que los niños deben escuchar. Si Bastián y Bastiana, de Teatro El Arca, invita a los pequeños y a sus padres al teatro, les ofrece una historia hecha con ingenio y sencillez, les hace escuchar Mozart de manera entretenida y los invita a pensar en el amor de la familia, entonces esta obra vale y es bueno que la vean los niños y sus padres. Gracias entonces a esta agrupación teatral y también a la Jornada Habana Titiritera: figuras entre adoquines por propiciar este encuentro.

Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Lo más Leído

Lo lamentamos. No hay nada que mostrar aún.

Suscripción

Para recibir nuestro boletín ingrese su dirección de correo electrónico