Heriberto Machado


Los libros prestados

Insisto en prestar mis libros porque creo que mientras más ojos se posen sobre ellos más efectiva será la vida de ese objeto perdurable, aunque no imperecedero. No obstante, siempre lo hago con desconfianza; hay una parcela egoísta de mi ser a la que no le gusta mucho esta acción de dádiva. A veces siento que me sentiría mejor si no prestara ninguno, y los dejara todos a mi alcance, para mi único y denodado roce; actitud que se exacerba cuando alguno no vuelve a casa por tal o más cual razón, o cuando viene deshecho o con las hojas dobladas. Pero es solo una leve parcela, insisto.

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