Retoos de Almendro


Un cuento de Llamil Ruiz en versión animada

Cuando hace unos años el escritor Félix Sánchez puso bajo la lupa del guantanamero Eldys Baratute la obra de Llamil Ruiz, todavía Retoños de Almendro. Cuentos para niños de jóvenes escritores cubanos era un proyecto de libro incipiente, el cual pretendía reunir 35 cuentos con temática infanto-juvenil de autores noveles, ilustrados por 19 artistas visuales, nacidos todos después de 1970. La idea se concretó en el año 2012, bajo el sello de Ediciones La Luz y con la edición de Luis Yuseff.

A estas alturas parecía que todas las alegrías estaban dadas, incluso sumando el audiolibro que vino después de ganar la beca de creación El reino de este mundo, entregada por la Asociación Hermanos Saíz; sin embargo, otra buena nueva ha venido a engordar “el orgullo de padre de Llamil”: su cuento Lazarita, incluido en dicha antología, tendrá, también, una versión en dibujos animados.

El escritor explicó a Invasor que “será llevado al lenguaje audiovisual por el proyecto Estudios de Animación Anima de Holguín, que ya estrenó Funfún, de Teresa Cárdenas, a través de la plataforma YouTube y en el canal de Ediciones La Luz.

“Luego de este primer dibujo animado se presentarán otros, y Lazarita se estrenará el próximo 10 de octubre, fecha significativa para todos los cubanos”.

Según destaca el sitio web de promociones literarias Claustrofobias, en los materiales se utilizan técnicas de animación vectorial y escenografía en 3D, y han sido seis los animados producidos hasta la fecha por un equipo liderado por Rosell Morales y José Calzadilla Fernández.

 

Llamil no lo asegura a ultranza, mas sí ve una conexión clarísima entre la trascendencia del día elegido para la salida a la luz del animado y el argumento del cuento, el cual versa sobre la discriminación racial entre niños, con un clímax contundente y un cierre rotundo, que nos deja en suspenso y esperando más, cualidad innegable de una narración que va in crescendo en cada línea.

Quienes ya conocemos su obra, nos hemos acostumbrado a la sensibilidad de su prosa, al desenfado, a la verosimilitud y a las provocaciones constantes. Que este “giro argumental” en su carrera sea influjo positivo para hacer más y mejor.