¿Qué nombre tiene tu casa?


¿Qué nombre tiene tu casa? ¿Lo sabes?

Excelente sabor de boca me ha dejado terminar el libro escrito por Giselle Lucía y titulado ¿Qué nombre tiene tu casa? Este libro mereció el premio Pinos Nuevos 2018 y salió publicado por la Editorial Gente Nueva este año.

Uno de los mayores méritos que tiene ¿Qué nombre tiene tu casa? es que es un libro que te pone a pensar. Desde las primeras frases te engancha y ese niño interior que llevamos dentro se da cuenta que nuestra casa aún no tiene nombre. Entonces, mientras continuamos la lectura, vamos analizando cuál sería el nombre que le dará personalidad a nuestra casa.

Una gran ayuda para eso es la propia protagonista, Amanda, quien le da una clase de “sicología de casas” (profesión aún no inventada, pero que la habrá) a la señora que permutaba con ella en ese primer capítulo del libro. Amanda es una niña muy adelantada e inteligente gracias al gran nivel de lecturas que tiene (muchas de ellas prohibidas) y que cualquier adulto o niño se verá identificado con ella, su forma de pensar o actuar.

Cada capítulo del libro es una suerte de entrada de diario de la protagonista. En estas páginas narrará su día a día junto a su madre, desde el momento en que esta decide permutar de su casa en el campo para la ciudad. Desde la visión particular de Amanda comprenderemos la forma en que ve el mundo y las relaciones con sus amigos.

Este es un libro alegre, didáctico, interesante y entretenido. Sin embargo, no deja de ser un reflejo fiel del mundo en que vivimos. Por eso, Giselle Lucía también nos habla de la pérdida familiar, emigración de amistades, problemas de vivienda, económicos, de amor, sin hacer de esto el centro de la historia. Como todo en la vida, solo son matices que le dan color. En cada capítulo la autora da una lección de esperanza, alegría, amor y de muy buen humor. Hace mucho más énfasis en lo positivo de la vida de los personajes.

Cada capítulo va nombrado con aquello que más relevancia tuvo en el día de la protagonista y que a su vez funciona como gancho al lector. Desde el propio título de la obra, hasta algunos como Casa mutante, El país de los Híper, ¿Me quiere o no me quiere? Homo Futurus, Macrobrigadistas por el futuro, entre otros más, intrigan y obligan a seguir leyendo.

Esta elección de la autora me parece muy acertada ya que, si bien un adulto se lee el libro de un tirón, los niños podrán disfrutar de cada capítulo en orden, por separado, parar y continuarlo en otro momento, sin perder el interés.

No obstante, a mi entender, el mayor mérito de ¿Qué nombre tiene tu casa?, al igual que grandes clásicos como El principito o Corazón, es un libro con múltiples niveles de lectura y disfrutable tanto para los niños como para los padres.

Las mismas preocupaciones que tiene la protagonista y la forma de ver el mundo, con esa sabia ingenuidad, son idénticas a las de muchos adultos. De hecho, hasta podría proporcionarles algunas respuestas o mejores formas de afrontar estas dificultades.

Sin embargo, no por esto deja de ser un libro infantil por excelencia y la prueba está en los muchos niños que lo han leído desde la salida de imprenta. Desde la primera página, el lector vive una aventura y participa de las vivencias de la protagonista en su nueva casa, barrio y escuela.

Todas estas aventuras transcurren de casa en casa y los análisis de sus nombres y personalidades. Porque, según Giselle Lucía y Amanda, hay casas aburridas, con problemas de personalidad, mutantes, casas palomares o cajas de zapatos, entre muchas otras.

¿Qué nombre tiene tu casa? se lee con una sonrisa perenne. Es un libro hermoso desde el principio al final…; si es que tiene uno, ya que invita a leerlo una y otra vez y jugar a cambiar el orden de lectura descubriendo nuevas cosas cada vez.

Entonces, ¿quieres aprender cómo se llama tu casa?