peñas literarias


Peñas, talleres, espacios artísticos en Las Tunas, tierra privilegiada

Siempre se habla de La Habana como la meca del arte en el país. Muchos comentan de los programas, conciertos, casas de cultura y demás; sin embargo, en La Habana nunca escuché hablar de estos espacios en las provincias. Tampoco es que en la capital se hable mucho de peñas, tertulias y programación fija. No es que no existan; sino que están tan distantes una de otras, son tan escasas y con una promoción tan deficiente, que prácticamente se podría decir que no existen. Y quizás, excepto para un gran grupo, no lo hagan.

De ahí mi sorpresa cuando mi amiga escritora Yuslenis Molina me incluyó en un grupo de WhatsApp creado para mantener informado a varios artistas[1] del trabajo que se realiza en la provincia de Las Tunas. Casi todos los días me enteraba de una peña nueva, de un concierto, un taller literario, una exposición, etc. Imaginen el nivel de fascinación que tuve que, al instante, me ofrecí para impartir un taller, solo para apreciar aquello con mis propios ojos.

Las Tunas es una provincia privilegiada en este aspecto, como les decía. Estos son los espacios a los que he asistido, y de los que tengo conocimiento. Sé que existen más, pero desconozco de dónde se realizan, o sus horarios.

Vale aclarar, que al ser escritor, voy a centrarme en la literatura, más que en las otras artes.

Algunas peñas y espacios artísticos en Las Tunas

  • El tercer deseo, de Yuslenis Molina. Peña de Literatura y música con sede en la UNEAC.
  • Del sueño a la poesía, de Elvira Skourtis. Peña de música, con sede en la AHS.
  • El manuscrito perdido, por Yury García Fatela. Peña de Literatura, con sede en la AHS.
  • Nido de cuervos, de Amaury del Río. Peña de música, con sede en la AHS.
  • Luna creciente, de Jesús Ricardo Pérez Cecilia. Peña de música, con sede en la AHS.
  • Sinestesia, de Eduardo Rosell. Peña de Literatura, con sede en la AHS.
  • Cronopios, de Dayislenis Velázquez y Lismary Fernández. Peña de Literatura con sede en la AHS.
  • Cuarto corazón, de Freddy Laffita. Peña de música con sede en la AHS.
  • Siempre que hay trova escampa, de Iraida Williams Eugelles. Peña de música, con sede en la AHS.
  • Hojas sueltas, de Armando López Carralero. Peña de literatura con sede en la AHS.
  • Trova sin traba, de Oberto Calderón. Peña de música con sede en la UNEAC.
  • El tercer deseo, de Yuslenis Molina. Peña de Literatura y música con sede en la UNEAC.
  • De qué callada manera, de Marina de Lourdes Jacobo. Peña de Literatura con sede en la UNEAC.
  • Desde el verso a la estrella, de Marina de Lourdes Jacobo. Peña de Literatura con sede en la UNEAC.
  • Alrededor del aforo, de Alberto Carlos Estrada. Peña de crítica de artes escénicas, con sede en la UNEAC.
  • Peña de Olimpo, de Ramón Leyva Pérez. Peña de Rock, con sede en la UNEAC.
  • La música de todos, de la filial de música de la UNEAC. Peña de música, con sede en la UNEAC.
  • Tardes de concierto, de Carmen Rosa Núñez Daumy. Peña de música, con sede en la UNEAC.
  • Café palabras, de Lesbia de la Fe. Peña de narración oral, con sede en la UNEAC.
  • Vibra, de Wilner Rondón Peña. Peña de carácter bohemio, con sede en la Fundación Nicolás Guillén.
  • De arpegios y palabras, de Argel Fernández. Peña de Literatura y música, con sede en la Fundación Nicolás Guillén.
  • Vuelvo al canto y al sol, Argel Fernández y Julián Tamayo. Peña de décima, con sede en la Casa Iberoamericana de la Décima.
  • Café ConVerso, de la Casa Iberoamericana de la Décima. Peña de poesía, con sede en la Casa Iberoamericana de la Décima.

¿Qué tienen de especial estos espacios tuneros?

En primer lugar: la calidad

La música de concierto, la trova, la narrativa y la poesía que se está gestando en estas sedes de la capital tunera, están a un nivel de excelencia y de una variedad totalmente diferente al que he podido presenciar en y de otras provincias.

Los escritores tuneros, en su inmensa mayoría, no se han visto influenciados por las llamadas “modas literarias” de otros escritores, o provincias como Holguín, Santiago y La Habana. La literatura en Las Tunas tiene un estilo bien diferenciado, tanto en la narrativa como en la poesía. Los escritores, sin caer en generalidades, gracias al sistema de peñas en la provincia, muestran una gran camaradería e interactúan tanto con músicos como con otros artistas. De ahí que se encuentren en constante consumo de lo que escriben sus coterráneos y en constante ejercicio de la lectura y escritura.

Sí, quizás no los publiquen en libros, revistas o antologías (no tanto como se debiera y quisiera) pero, al poder participar en espacios orales, se ven obligados, como mínimo, a escribir un texto mensual para no repetirse. Incluso, si no son invitados de forma oficial, pueden leer también. Esto, a su vez, funciona como una sana competencia de la que todos se benefician y los ayuda a crecerse.

Versatilidad

Como vieron más arriba, cada peña tiene una sede y una manifestación artística en específico. Sin embargo, eso no quiere decir que sea algo estático, cuadrado, sino que son todo lo contrario. En las peñas tuneras, en cada espacio de trova hay, al menos un escritor, y viceversa. Las peñas pueden tener más de dos manifestaciones artísticas cada semana, y no tienen por qué hacerse en espacios interiores necesariamente. Algunas, de hecho, son itinerantes y otras, se hacen en la calle, para que el público sean los transeúntes de la ciudad. Entre los sitios habituales de las itinerantes están las escuelas, parques y las casas de cultura. 

Participación

Algo de lo que me sorprendí y de muy grata manera, era de la participación y puntualidad del público. Imaginen mi sorpresa cuando, después de estar en varios espacios en La Habana (incluida la Feria del Libro) donde, si llegaban 10 personas y comenzaba a tiempo la actividad, era un éxito rotundo; o el extremo de la Feria del Libro de Santiago de Cuba, donde realizaron espacios sin público alguno, llego a Las Tunas y en cada peña casi siempre encontraba más de una docena de personas en todo momento.

Otro aspecto del que disfruté, es que en muchas, después de concluir el guion preparado, en ocasiones el público espectador se convertía en participante. Las peñas en Las Tunas son como un organismo vivo, que evoluciona, se adapta al día, lugar y al público.

Variedad

Si miramos esta lista de peñas habituales que les compartí (y recuerden que solo son algunas de las muchas existentes en la provincia) podemos notar su variedad. Para aquellos que no conozcan de ellas, les cuento que, aunque diga, por ejemplo, son de literatura, estas pueden ser de poesía en general, de décima, narrativa, crítica o mixtas. Y, por supuesto, en ninguna de ellas falta la música.

Las de música, si bien predomina la trova con muchos de los mejores trovadores del país, también podemos encontrar la música clásica, el rock, los boleros, la canción y el canto coral. En muchas de estas peñas también son invitados poetas y artistas de la ciudad.

Por lo general, cada peña es temática y todo gira en torno a este tema.

Valores culturales

Algo de lo que se enorgullecen los tuneros es de ser cubanos, de nuestra cultura y del patrimonio.  En esta provincia me percaté que la décima, elemento de orgullo del patrimonio cubano, es defendida a capa y espada. De hecho, la Casa Iberoamericana de la Décima, se encuentra en Las Tunas, la Jornada Cucalambeana se realiza en esta tierra y muchos de los máximos exponentes de esta hermosa forma poética, son tuneros.

La defensa de nuestros valores culturales se encuentran en cada una de las peñas; el respeto a las tradiciones y a nuestros ancestros. Esto es algo envidiable, desde mi punto de vista. Ojalá y fuera algo que encontrara en cada provincia de nuestro país.

Sin embargo…

No todo es color de rosa y sería injusto si omito que, como en toda Cuba, también me he topado con algunos detalles que enturbian tanta maravilla artística y sería doloroso que no se corrigieran. Hablemos, por ejemplo de

También, la variedad

Sí, en general, las peñas gozan de gran variedad, sobre todo cuando las comparas con otras provincias. No obstante, no es suficiente y puede ser mejor. Hay un gran número que se repiten. Por lo general, repiten el esquema: moderador, poeta, trovador, poeta, trovador (y el moderador llamando al poeta o trovador de turno). En muchos casos se recicla el público y los invitados. Lo peor es cuando un mismo invitado lee el mismo texto en cuatro peñas o días diferentes. Esto anterior, sucede mucho en las peñas literarias.

En las musicales, es casi más de lo mismo, solo que sin tanta o ninguna poesía o literatura en general. En varias peñas son los mismos músicos con las mismas canciones.

En cuanto a los espacios literarios, vale destacar que más del 90%, y soy generoso, son sobre poesía. La narrativa es casi intocable entre estas peñas y no por falta de excelentes narradores.

Con las peñas de música sucede similar. La gran mayoría de las peñas musicales tuneras son de trova, o invitan a trovadores a “amenizar”, (como he escuchado decir).

Las Tunas tiene a un grupo de Rock de los mejores del país, y solo puede tocar una vez cada dos meses; y eso, si hay presupuesto. Tiene grupos de jazz, de música popular, una orquesta sinfónica, orquesta de cámara, músicos concertistas, raperos, agrupaciones soneras, etc. En este último caso podemos mencionar a Son del barrio, quienes perdieron su espacio habitual con la pandemia y no han podido recuperarlo.

Al igual que la música debe ser de diferentes géneros y formatos, las peñas literarias deben abarcar todas las especialidades, incluyendo la crítica y el ensayo.

Calidad

Si bien podemos decir que los espacios artísticos en Las Tunas gozan de gran calidad en todas sus manifestaciones, es cierto que el punto anterior y los siguientes, inciden sobre la calidad de muchas peñas.

No me refiero solo a los textos o canciones presentadas, sino a la realización del espacio. Hay peñas a las que el público solo asiste si hay oferta de bar, ya que se conocen de memoria los temas del trovador de turno. Hay algunos en que no desean escuchar los mismos poemas de siempre, etc.

También afecta el ruido, el ambiente y el personal flotante cuando la peña se realiza en un sitio con tránsito de consumidores de la cafetería o bar del local. No obstante, lo peor que he visto que afecta la calidad de un espacio, al punto de que me ha quitado las ganas de regresar, ha sido la falta de profesionalidad de algunos anfitriones.

He asistido a algunas donde el anfitrión:

  • Detiene el programa para realizar una “ponina” para comprar ron.
  • No tienen un guion establecido y la realizan “con los que asistan y a lo que salga”.
  • Aprovechan el espacio para realzar su ego. Un culto al YO.
  • No dominan bien la actividad propuesta.
  • Demora el inicio en espera de alguien en específico.
  • No se prepara correctamente para realizar el espacio, y todo lo que eso conlleva.
  • No se viste de forma adecuada y profesional; se toma su espacio como una descarga en un parque.

Quizás esto sea lo peor de todo, ya que son actitudes poco profesionales e irrespetuosas hacia el público. Por suerte, son muy pocas y aisladas.

Algo que afecta en gran manera la calidad de las peñas tuneras es la falta o ineficiencia en la

Promoción

Muchos de los buenos espacios son realizados en ocasiones con los invitados y un par de personas que se enteraron. La gran mayoría de las promociones de estas peñas se realizan uno o dos días con anterioridad (cuando más). También se da el caso que lo anuncian un mes antes y no lo vuelven a hacer hasta ese día o dos del que hablaba.

La gran mayoría de espacios no tienen una imagen diseñada y la divulgación que debería llevar para romper la burbuja de los algoritmos de Facebook. Lo cual es otro detalle: son casi inexistentes los espacios que tienen su página o perfil en las redes sociales.

De hecho, algunos ni los promocionan.

Y hablamos de peñas que son auspiciadas por instituciones que, la mayoría, pagan un salario a comunicadores.

Otro asunto con la promoción es que no se realizan estrategias de comunicación para llevar este alcance a las periferias o fuera del municipio. Hay escritores, por ejemplo, fuera del municipio cabecera, que desconocen la existencia de estos espacios o no son llamados a participar en las actividades; y viceversa. Las Tunas debe funcionar como una sola provincia y no como pequeñas áreas de actividad, demarcadas por las fronteras municipales.

Muchas veces te enteras de una actividad, horas o días después de realizada y no debe ser. La labor de promoción debe ser constante, planificada, original, eficiente, periódica, previa, durante y después de la actividad. Ah, y por todos los canales y plataformas existentes.

Un ejemplo de un caso de éxito en labores de promoción es Jesús Ricardo Pérez Cecilia, con su peña Luna Creciente… ¿a que todos saben qué día es la próxima?

Desaprovechamiento de espacios

En Las Tunas existen un sinfín de locales y sitios magníficos para realizar disímiles actividades y no se aprovechan o están subutilizados. Me refiero, por ejemplo, a los museos, el patio de la casa de la trova y el de la UNEAC, la azotea de la AHS, las áreas de la fundación Nicolás Guillén, el patio de los Tamarindos, las galerías de arte y el amplio espacio de la FERIA.

Estos son sitios que deberían revitalizarse con nuevas propuestas artísticas. Algunos de estos  que menciono, son recordados como lugares de gran afluencia de público en antaño.

Escaso Público

Muchas de las peñas, como ya quedó claro, por falta de variedad, promoción, calidad o alguna otra causa, suelen tener muy poco público. Algunos de estos espacios, en ocasiones son realizados con dos o tres personas, cuando más. Y no es un evento aislado, sino que es algo reiterativo en cada cita.

Estamos hablando de un presupuesto asignado a estos espacios que, si no logran atraer al público necesario para promover nuestra cultura, en mi opinión, no tienen razón de ser. Esto es algo que cada institución responsable debería revisar de forma autocrítica.

Descuido del patrimonio cultural del país

Este punto le toca tanto a los artistas como a las instituciones. En el caso de los artistas que se dedican a manifestaciones que son parte del patrimonio cultural cubano, deberían presentar proyectos de peñas, talleres u otros espacios donde se fomente más nuestra identidad. En el caso de la ciudad de Las Tunas, pude constatar que los talleres y peñas de repentismo y décima cada vez son menos. Las actividades de la Casa Iberoamericana de la Décima no cubren todo el potencial de la provincia; líder indiscutible en esta forma poética.

Lo mismo sucede con los soneros y los músicos de concierto.

Por otro lado, están las instituciones.

Cada año rebajan más los presupuestos y algunas de las peñas ven disminuidas sus propuestas, ofertas, número de invitados y frecuencia. Varias, de hecho, han sido canceladas.

Un ejemplo claro de esto es la peña Vuelvo al canto y al sol, de Argel Fernández, dedicada a la décima. El presupuesto de esta ha sufrido varias reducciones, le quitaron audio, gastronomía, producción e incluso la han cambiado de sitio en dos ocasiones, para evitar que la suspendan. Actualmente solo cuentan con unas sillas en la Casa Iberoamericana de la Décima para sus actividades, y en espera de que en cualquier momento le retiren lo poco que les queda de presupuesto.

La peña del grupo de Rock, Olympo, solo puede realizarse una vez cada dos meses ya que el presupuesto “no es suficiente”. Este espacio, no es solo el único de su tipo en la provincia, sino que es una oportunidad de lujo de escuchar a una de las mejores bandas del país.

En la ciudad hay una escuela de arte, hay profesores y músicos de primer nivel y sin embargo, están subutilizados.

Las instituciones cubanas, no solo las artísticas, deben proteger, defender nuestro patrimonio cultural. Deberían fomentar las peñas y espacios donde nuestros artistas ofrezcan de su arte al pueblo. No se puede hacer más con menos, no se puede elevar la calidad de los espacios disminuyendo el presupuesto. Los salarios de los artistas y la asignación de las actividades deberían aumentar cada año, no disminuir.

De continuar rebajando el presupuesto de las propuestas culturales, será la cultura cubana la que más sufrirá las consecuencias.

A modo de conclusiones

Independientemente de estos problemas, Las Tunas sigue siendo el paraíso de las peñas, talleres y espacios culturales en el país. Los tuneros lo saben, lo reconocen. Tal vez parte de la responsabilidad la tengan instituciones como las Casas de Cultura, la AHS y la UNEAC. A diferencia de sus homólogos de otras provincias, en Las Tunas estas instituciones gozan de gran número de actividades y su funcionamiento es de casi las 24 horas diarias, durante toda la semana.

Al hacer notar estos problemas, lo hago con la esperanza que la buena obra realizada hasta el momento se mantenga y mejore. El sueño es que alcancen todo el potencial artístico del que son capaces y se conviertan en un referente nacional de lo bien hecho.

Deben continuar el trabajo e ir más allá. Algo que me parece maravilloso es la interacción de los jóvenes artistas con los consagrados, tanto en peñas como en la vida cotidiana. Es impresionante cómo los ambas generaciones se invitan mutuamente a sus espacios, como muestra de reconocimiento y respeto a la obra y a al artista. Además, lo hacen con gusto. Es algo muy común ver en los cafés, AHS y UNEAC de la ciudad de Las Tunas a artistas de renombre, en constante intercambio con esos que aún andan dándose a conocer.

Esto es algo que deberían fomentar más en el futuro. La posibilidad de mejorar está en sus manos. Deben tumbar esa valla que separa a los noveles de los consagrados, a la AHS de La UNEAC. Las colaboraciones entre ambas instituciones deben incrementarse y eliminar esta división. Hasta el momento, la UNEAC solo puede pagarles a sus miembros en sus actividades. Lo mismo sucede con los invitados a las peñas de la AHS. Si eliminaran estas normas excluyentes, el vínculo incrementaría y la calidad artística de los miembros de ambas instituciones, fuera en constante ascenso. No se dejen engañar, los consagrados también pueden aprender de los jóvenes. Aunque lo más común es al revés, es un hecho que podemos constatar casi a diario en esta acogedora ciudad.

Quizás los tuneros vean esto como algo normal, cotidiano, nada extraordinario. Pero, para el que lo ve desde afuera, se queda maravillado. A lo mejor, al tener todo este movimiento artístico, este paraíso de peñas, estos privilegios, se hayan acomodado a que funcione, a que el show nunca pare, aunque en ocasiones debería tomarse un descanso y repensarse.

Esa es la razón para nombrar las manchas que enumeré anteriormente; pequeñas manchas de un sol inmenso y poderoso, que ilumina al balcón del oriente cubano, como un faro eterno que indica, al resto del país, cuál es el camino a seguir.

[1]Por “Artista” entiéndase a escritores, dramaturgos, músicos, actores, plásticos, etc.