Miguel Díaz-Canel Bermúdez


Lo más importante es lo que hagamos

Todavía me parece escuchar las intervenciones, ver a cientos de jóvenes compartir, analizar y soñar. Éramos muchachos y muchachas de todas las provincias y los diferentes sectores de la sociedad, con el afán de ser útiles y hacer en el menor tiempo posible.

Al escuchar las anécdotas, las historias de vida de algunos, la profundidad de los debates y las propuestas, uno siente orgullo de esta generación. Allí estábamos campesinos, ingenieros, científicos, médicos, maestros, militares, artistas, intelectuales…, todos seducidos por el afán de ayudar, de contribuir al bienestar del pueblo.

El XII Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, realizado del 2 al 4 de abril, fue inspirador, fuente de amistades y tal vez hasta de nuevos amores, pero sobre todo constituyó una plataforma vital de pensamiento y proyecciones de trabajo, para lograr la Cuba mejor que todos deseamos. Junto a nosotros también estaban el Presidente Miguel Díaz-Canel, otros integrantes de la dirección del país, los Comandantes de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez y Guillermo García Frías y el Comandante del Ejército Rebelde José Ramón Machado Ventura.

Hablamos con sinceridad sobre los problemas, la necesidad de eliminar deficiencias y aprovechar la inteligencia colectiva de todas las generaciones para vencer los obstáculos de cualquier tipo, en un contexto nacional e internacional muy complejo.

Lo más importante será lo que hagamos en el futuro inmediato, como convirtamos las palabras en hechos a favor de toda la sociedad. Resulta esencial elevar la producción y la economía, y también alimentar la espiritualidad de la gente, conscientes de que en esto no existen botones mágicos ni basta con la voluntad.

Necesitamos proyectos mucho más abarcadores, que también inspiren, fortalezcan el orgullo nacional y nuestra identidad como cubanos, como parte de una plataforma descolonizadora, que debe incluir también avances en la solución de dificultades materiales.

Nuestras organizaciones, instituciones y otras entidades deben funcionar como el mejor reloj y proyectar de manera integradora propuestas, que sean cada vez más útiles al país. Los dirigentes, en los diferentes niveles, deben mantener siempre una conducta ejemplar, conscientes de la alta responsabilidad de ser servidores públicos, con todo lo que eso significa en cuanto a valores, superación, creatividad y voluntad de aprovechar las diferencias para tener propuestas cada vez más inclusivas desde el amor al país y su gente. Es preciso eliminar totalmente la corrupción, la indecencia, la burocracia y la lentitud en la atención a las personas.

La UJC y los jóvenes que la integramos tenemos el desafío de ser siempre vanguardia, lo cual implica superarnos en todo momento y tener la capacidad de motivar a otros, en cualquier lugar donde estemos. La UJC debe ser una especie de ser vivo, que impulse, salte, enamore, critique, contribuya a la unidad y haga para bien de todos.

En ese sentido otras organizaciones y movimientos juveniles, como la Federación Estudiantil Universitaria, la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, la Asociación Hermanos Saíz, la Brigada de Instructores de Arte José Martí, el Movimiento Juvenil Martiano y las Brigadas Técnicas Juveniles tenemos mucho por hacer, readaptarnos a cada contexto y representar verdaderamente a los jóvenes que agrupamos, con fidelidad a las esencias, como parte de un entramado en el que también son vitales el periódico Juventud Rebelde y la Casa Editora Abril, con sus seis revistas y los libros.

El conocimiento profundo de la historia siempre será fuente indispensable de inspiración y fortaleza para todos los hijos de esta nación. Entre nuestros referentes también debemos incluir a los jóvenes poetas Luis y Sergio Saíz Montes de Oca, profundamente martianos y fidelistas, quienes fueron asesinados el 13 de agosto de 1957 en el poblado pinareño de San Juan y Martínez. Sus versos, los cuentos y artículos políticos revelan el compromiso de dos creadores que se mantienen palpitantes dentro de la actual Asociación Hermanos Saíz.

Nos ha tocado vivir una época de transformaciones, de grandes preguntas. Habitamos un planeta cada vez más complejo, en el que a las dificultades del mundo físico se suman las del virtual. La pasividad, el caminar con los ojos cerrados, el preferir el silencio antes que señalar un problema no son alternativas. Tenemos que ser protagonistas, Quijotes de este tiempo si fuese necesario, sin pesimismo jamás.

Creo en el poder de la poesía, y en la fuerza tremenda del arte, no solamente en galerías y escenarios, también en la vida cotidiana. Hay muchos versos en el esfuerzo diario, en la sonrisa de cada uno y en el afán de no rendirnos jamás. Eso también forma parte de ser cubano.

Las palabras del Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel merecen ser analizadas y debatidas por la claridad con que expuso elementos de los tiempos actuales, la confianza en los jóvenes y los retos que mencionó.

Como él expresó: “¡Ser vanguardia es ser los primeros en todo: los primeros en hacer y los primeros en exigir que se haga! Una organización juvenil de vanguardia, en Cuba, tiene que llevar consigo los símbolos y la historia que los trajo hasta aquí; pero también tiene el deber ineludible de sumar nuevos capítulos a esa historia y nuevos símbolos a la comunicación con sus bases…”

Son muchos los motivos para sentir orgullo de nuestro país y de nosotros mismos. Estamos escribiendo también páginas de historia y resistencia. Algún día los libros tendrán que hablar de este pueblo de hoy, de lo que estamos haciendo, pero sobre todo de cómo vamos a salir adelante. Ese será quizás el mejor poema de nuestras vidas.

*Publicado originalmente en Cubadebate.