Giraudi Machado Velázquez


Bailo por amor

Giraudi Machado Velázquez es un chico apasionado por el baile. Recientemente ganó el concurso Impulso Urbano, auspiciado por la Asociación Hermanos Saíz de Guantánamo, en saludo al Cuarto Congreso de la organización y como parte de las celebraciones por los 37 años de la AHS.

Demostró su creatividad al danzar, apropiándose del estilo callejero combinado con la estética contemporánea y emotivas historias reflejadas en cada coreografía. Apenas puede creerse ganador del premio, sin embargo, sabe que no fue al azar, sino algo para lo que venía preparándose desde que tiene memoria como apasionado de ese mundo artístico.

«Comencé en el baile hace aproximadamente 11 años. Me pasaba el día entero viendo videos de bailarines de Francia y de Estados Unidos. Ellos me enamoraron para aventurarme en el camino, hasta convertirme en lo que soy ahora, coreógrafo de hip hop”, expresó el joven bailarín.

Como artista aficionado, Machado Velázquez ha participado en varios eventos a nivel provincial y fuera del territorio, no solo en solitario, sino también en grupo. De hecho, en este último formato sus primeros pasos fueron en el equipo llamado Open Society, más tarde entró al grupo de baile urbano Bad Steps, donde se desempeña hasta el momento.

Fue precisamente estando en ese último colectivo que conoció el 10 de octubre del concurso Impulso Urbano, y una semana después el jurado reconocería su talento galardonándolo como el mejor coreógrafo joven del baile callejero en Guantánamo.

«Fue una experiencia súper, la mejor que he vivido en el baile urbano posiblemente y, por otra parte, me sentí un poco mal. ¿Sabes? Porque los finalistas eran mis mejores amigos, con quienes venía bailando desde hace años, pero como en todo certamen es entendible que solo podía ganar uno y, al final, todos nos alegramos», expresa Giraudi.

«Cuando dijeron mi nombre en la final me sentí genial. Soy la primera persona en ganar el primer concurso de baile urbano que se convocó en Guantánamo entre la AHS y el proyecto Bad Steps. Sobre todo, porque exigía ser más profesional y, al ganarlo, pues sentí que era el premio a tantos años de esfuerzo y amor por este movimiento», dice el guantanamero.

Giraudi considera que este tipo de eventos son una oportunidad para los artistas aficionados, quienes así se dan a conocer, aun cuando son autodidactas en el mundo artístico, sin otra academia que la vida. También es importante el reconocimiento que otorga el público que sabe el valor del movimiento de baile urbano en Guantánamo, donde aún se puede trabajar más en su visibilización.

«Hay que educar más a nuestros coterráneos en géneros de baile urbano que no se conocen. Cada vez que se realiza una competencia en la provincia los grupos solo bailan el género afro u otros fusionados, a partir de las influencias que llegan a Cuba. Por eso, a veces los premios se los llevan personas que no siempre dignifican ese movimiento. Existen otros estilos como el pop, dancehall, hang drum, el tutting, el popping… que podrían aportar mayor riqueza a nuestra escena», explicó el bailarín.

El novel coreógrafo asegura que, de todas las audiencias que ha tenido, la guantanamera es la mejor. Quizá porque ha sido la que ha estado presente en la mayoría de sus presentaciones. La cuestión es que siente un gran amor por su provincia y aspira a hacer mucho más por ella.

«Queremos poner el nombre de nuestra tierra en alto, al menos, en este movimiento, para que cuando se hable de Guantánamo no solo se mencionen a los bailarines profesionales, porque también en las calles hay talento, gente que no tuvo la oportunidad de presentarse a una escuela para obtener un título de bailarín, pero se mueve tan bien y con tanta pasión como cualquier egresado de las academias.

“Al final lo importante es que sean personas que trabajen con el corazón, y eso es lo que hacemos, danzar por amor al público y, sobre todo, al baile», concluye el entrevistado.